BIOCOMBUSTIBLES - Exenciones impositivas y garantía de mercado interno

 

SURTIDORES EN LLAMAS A la espera de la prórroga de la promoción, los productores de biocombustibles se defienden La extención de ventajas impositivas y la garantía de un mercado interno tiene media sanción en el Congreso. Las petroleras y las provincias que dependen de ellas piden no renovarlas. Las empresas del sector rechazan que gocen de subsidios.

Biodiesel

A fines de octubre, el Senado le dio media sanción a la ley de promoción a la industria del biocombustible. Se trata de exenciones impositivas y la garantía de un mercado interno para el desarrollo de las empresas del sector. La promoción vigente vence en mayo de 2021. De ser ratificada en la Cámara de Diputados, la extensión sería hasta diciembre de 2024.  Obviamente las productores de biodiesel y bioetanol, muchas de ellas Pymes, son las principales interesadas en la sanción de la ley. Con la misma mantienen ventajas tributarias y el corte obligatorio en los combustibles fósiles (10% de biodiesel en el gasoil y 12% de bioetanol en las naftas).  La principal oposición surge de las petroleras y de las provincias que se financian de las regalías por las exportaciones de crudo.  A principios de diciembre fue el gobernador de Chubut, Mariano Arcioni, quien abiertamente pidió que no se extienda la promoción, por considerarla un desmedro a la refinación de petróleo en un contexto en el que el sector fue fuertemente golpeado por la caída de la demanda producto de la pandemia.  “Prorrogarlo significaría convalidar una menor capacidad de refinación de crudo. En un escenario como el actual, donde hay más oferta que demanda, el esquema vigente provoca una menor demanda de petróleo y, por ende, una caída de ingresos fiscales afectando negativamente a las provincias productoras de hidrocarburos”, sostuvo Arcioni, quee no habla sólo por Chubut, sino también por el resto de las provincias petroleras nucleadas en la Organización Federal de Estados Productores de Hidrocarburos (OFEPHI).  Arcioni pidió que las petroleras también puedan producir biocombustibles y se quejó del "diseño actual de subsidios" del que supuestamente gozan los productores de biodiesel y bioetanol. ya que -dijo- "transfiere recursos a un sector altamente competitivo sin la ayuda del Estado, extranjerizado y con opciones de mercado múltiples".  A declaraciones como estas reaccionó la Cámara Argentina de Biocombustibles (Carbio), que en un reciente comunicado afirmó que "las plantas de biodiesel se construyeron y trabajan sin subsidios en la Argentina".  “Las afirmaciones de que las inversiones realizadas desde 2007 para construir las plantas productoras de biodiésel se hicieron con subsidios es una completa falacia,” dijo Luis Zubizarreta, presidente de la entidad.  CARBIO también aclaró que las empresas exportadoras que no participan del sistema de cupos de ventas al mercado doméstico y reiteró su urgencia de avanzar en un nuevo proyecto de ley de promoción para el sector en sintonía con el formulado en el ámbito de la Liga de Provincias Bioenergéticas, "que permita abastecer el mercado en un marco de libre competencia y contribuya con los beneficios medio ambientales y en la salud humana". La presencia de los biocombustibles en los surtidores también significa una presión sobre los bolsillos de los consumidores, ya que -por la diferencia de costos- se traduce un incremento en los precios de las naftas y el gasoil.  Tal como informó Urgente24, un fallo de la justicia de Córdoba hizo lugar a principios de mes a un reclamo de la empresa Bio 4 para que la Secretaría de Energía actualice sus precio a través de una fórmula polinómica contemplada en la ley de biocombustibles, que le garantiza a las compañías del sector no solo cubrir sus costos sino tener rentabilidad.  De este modo, el precio que recibe esa firma pasó automáticamente de 32,80 a 44,90 pesos por litro de bioetanol. Es decir, una suba cercana al 35%.  Los precios de los biocombustibles se mantuvieron congelados desde el gobierno de Mauricio Macri y sólo hasta octubre último se mantuvieron así, cuando se autorizó una suba del 10%, insuficiente -según los productores- para cubrir sus costos.  Ese congelamiento generó que muchas empresas dejaran de entregar entregar producción, por lo que el corte obligatorio se vio interrumpido.