BIOCOMBUSTIBLE en la Cuenca del Golfo San Jorge
Hace un poco más de cinco años - precisamente a mediados de julio de 2007 - el gerente de la empresa BIOCOMBUSTIBLES CHUBUT S.A., el Sr. Marcelo Machín, se autotitulaba el creador del Biocombustible y se refería al excelente resultado en la materia haciendo esta analogía: "Esto es un logro de todos, esto ha sido como un parto, y sin la intervención de la madre que es el Gobierno del Chubut, la partera que es Petrominera SE, el médico obstetra que es la Secretaría de Hidrocarburos y el apoyo del ex Ministerio de la Producción con Martín Buzzi, esto no hubiera sido posible" (Diario Crónica de Comodoro Rivadavia, miércoles 18 de julio de 2007, pág. 5).
Se hablaba por ese entonces de la construcción de las primeras máquinas, de la extracción de aceite de algas, de los ensayos y de la presentación de diferentes modalidades de biodiesel. El horizonte era de 40 ó 50 años.
Decía Machín que el objetivo no era fabricar a gran escala el biodiesel sino exportar el know-how a Estados Unidos, la tecnología de aceite vegetala base de algas.
No era solo una cuestión de sueño -decía un Machín exultante-, no era una cuestión de dinero, sino poder llevar el emprendimiento a cabo, una mezcla de 80% de combustible tradicional y un 20% de biodiesel. Un barco y una camioneta eran cargados en forma simbólica.
Se pretendía que Comodoro Rivadavia no dejase de ser una ciudad petróleo dependiente sino que la vida del petróleo se estirase muchísimo más.
Cinco años más tarde, nada ha quedado, ni siquiera los fondos del erario público que no se sabe en qué fueron aplicados. O sí se sabe ...
Se hablaba por ese entonces de la construcción de las primeras máquinas, de la extracción de aceite de algas, de los ensayos y de la presentación de diferentes modalidades de biodiesel. El horizonte era de 40 ó 50 años.
Decía Machín que el objetivo no era fabricar a gran escala el biodiesel sino exportar el know-how a Estados Unidos, la tecnología de aceite vegetala base de algas.
No era solo una cuestión de sueño -decía un Machín exultante-, no era una cuestión de dinero, sino poder llevar el emprendimiento a cabo, una mezcla de 80% de combustible tradicional y un 20% de biodiesel. Un barco y una camioneta eran cargados en forma simbólica.
Se pretendía que Comodoro Rivadavia no dejase de ser una ciudad petróleo dependiente sino que la vida del petróleo se estirase muchísimo más.
Cinco años más tarde, nada ha quedado, ni siquiera los fondos del erario público que no se sabe en qué fueron aplicados. O sí se sabe ...
Comentarios