ECONOMÍA & REGIONES: Faltan dólares: Imágenes del descalabro del comercio exterior K

Se está hablando demasiado de precandidaturas y alianzas posibles o ficticias pero no se debate lo importante: la economía que se derrumba, más allá de la ilusión de estabilidad que a muchos les provoca el 'dólar ahorro' que, en definitiva, termina siendo, para la errática 'clase media', el equivalente a una Asignación Universal por Hijo. Pero los K dejan un país deteriorado que necesariamente tendrá que ir a un ajuste. Habría que comenzar a cuestionarse hoy, y exigir a los precandidatos, definiciones sobre el ajuste que imaginan. Cuestionar a los precandidatos porque hablen del ajuste inevitable es una estupidez enorme que sólo es funcional al kirchnerismo que debería estar en retirada, a menos que la idea resulte que se hagan cargo ellos de la bomba por explotar (aunque cuando explote, ellos tendrán una mejor situación económico-financiera para sobrevivir que los de la clase media). En ese contexto, el aislamiento del comercio internacional que promueve el kirchnerismo como uno de sus ejes de política exterior (consecuencia de la escasez de divisas, que a su vez es una derivación del abuso del atraso cambiario como herramienta antiinflacionaria, y de problemas asociados al default financiero del Estado Nacional que acumula ya 13 años ininterrumpidos), es inadmisible. Esta situación ha provocado, en el pasado, la dependencia de Venezuela cuando Hugo Chávez Frías compraba bonos K; y en el presente, una débil posición en la negociación con China por acuerdos comerciales que terminan en compromisos políticos. No sorprende que economías con mayor apertura económica (Chile, Perú; Uruguay) hayan crecido más que economías con menor apertura económica (Argentina y Brasil) durante los últimos años. Este diferencial de crecimiento también se vislumbra en el mercado laboral. Las economías más abiertas no sólo crecen más, sino que también bajan más fuertemente sus tasas de desempleo. Aquí algunos apuntes al respecto:


La Argentina, que no tiene ni acceso al mercado internacional del crédito, ni a la IED (inversión extranjera directa). Por ende, el superávit comercial es la única fuente genuina de dólaresque tiene la Argentina actualmente. Y como las exportaciones caen más que las importaciones, el superávit comercial se reduce y la escasez de dólares aumenta (Gráfico de Economía & Regiones).
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Economía & Regiones). El resultado comercial del 1er. cuatrimestre confirma que Argentina continúa cerrándose al mundo. Las  transacciones  con  el exterior (tanto  exportaciones como  importaciones)  se reducen paulatinamente. Esta disminución no es sólo un problema de los menores precios de los  productos que vendemos, sino que se fundamenta tambiénen una  merma de las cantidades comerciadas. Y esta última caída, a su vez, es principalmente resultado de nuestras políticas domésticas que, al imponer trabas, cupos, cepos y otros tipos de limitaciones a las reglas de mercado, coartan nuestra capacidad exportadora y nos cierran al mundo. 
 
Y cerrarse al mundo tiene costos en materia de crecimiento económico. Tanto la teoría como la  evidencia  empírica  muestran  que  las  economías  más  cerradas  al  comercio  internacional experimentan menor crecimiento económico. Por el contrario, las más abiertas crecen más. 
 
Este  efecto se potencia  en al caso de Argentina, que no  tiene ni acceso al mercado internacional del crédito, ni a la IED (inversión extranjera directa). Por  ende,  el superávit comercial es la  única fuente genuina de dólaresque tiene la Argentina actualmente. Y como  las exportaciones caen más que las importaciones, el superávit comercial se reduce y la escasez de dólares aumenta. 
 
Ante este escenario,  el gobierno responde con más encierro, más cepo y  mayor endeudamiento;  lo  que  termina  agravando  el  problema.   
 
En  concreto, la balanza  comercial de enero-abril cayó un  62.4%  interanual y alcanzó un resultado positivo de sólo US$ 424 millones. Este resultado estuvo forjado por una contracción de las exportaciones del 17%  interanual,que superó ampliamente la caída en las importaciones del 14%. 
 
A su vez cabe hacer hincapié en que la  merma de los volúmenes exportados se da por una caída conjunta de precios y cantidades. Específicamente, en lo que va del año, la contracción nominal del 17% a/ase forjó por una caída de los precios del 14% y una caída en las cantidades del 3%.
 
Los volúmenes  exportados no sólo se contraen por factores externos, sino como consecuencia de políticas internas también. Del lado doméstico, las malas políticas macroeconómicas  (fiscal, monetaria y cambiaria)  que se aplican en nuestro país, impactan negativamente en la competitividad exportadora e incentivan que se posterguen las ventas al exterior  (por expectativas futuras de devaluación bajo la próxima administración), afectandolos  volúmenes  exportados. 
 
Del  lado  internacional, la caída generalizada del precio de los commodities en  el  mundo y las devaluaciones defensivas de nuestros socios comercialesjuegan  también “en contra” del valor de nuestros exportaciones porque  atentan contra  la dinámica y la competitividad-precio de nuestras exportaciones. 
 
Consecuentemente, los  volúmenes  importados  se reducen a  partir de  la  caída  de  las exportaciones.  Al  ser  las exportaciones  la  única  fuente  de  dólares, el  gobierno responde  con más trabas y cepo frente a la reducción del valor de las ventas al exterior, lo cual retroalimenta el círculo vicioso de la falta de crecimiento. 
 
En este sentido, hay que destacar que los sectores manufactureros en general,  y  la  industria automotriz en particular, son los más afectados porque necesitan bienes de capital, insumos y piezas para producir.
 
No esperamos que el actual escenario de comercio exterior cambie en lo que resta de 2015. Por el contrario, se espera un escenario similar al de los primeros 4 meses, caracterizado por un saldo de mercancías contrayéndose con una economía que se cierra cada vez más  al mundo y su comercio internacional (expo + impo) continúa reduciéndose. 
 
En concreto, se  espera que las exportaciones caigan 11%  en  2015, alcanzando  US$  63.753 millones y las importaciones desciendan un 9%, totalizando US$ 59.489 millones; haciendo que el saldo comercial se reduzca un 37% a/a y cierre el año en torno a los US$ 4.260 millones.
 
Más allá de la caída del 2015, es fundamental observar “la mala película” de los últimos años. Puntualmente, en 2015 se experimentaría una caída del 22% (-US$35.000 millones menos) en el comercio  internacional  de  Argentina  contra  2011  (pico  histórico). En  2011,  el  comercio exterior (expo + impo) totalizaba unos US$ 158.163 millones con un superávit comercial de US$ 10.350 millones.Justamente hay un antes y después del 2011,es decir un antes y después del cepo.
 
Antes del 2011 el  comercio internacional crecía año tras año. Luego  del  2011,  con  la implementación del cepo, el comercio internacional se redujo sostenidamente. Si se considera el ratio de comercio exterior respecto del producto bruto, se observa que este ratio cae  desde el 28% del  PBI en  2011antes del  cepo, hasta ubicarse por debajo del  25%  en  la actualidad. 
 
Es más, en la comparación con algunos países de la región, se observa no sólo que Argentina se ha cerrado al mundo paulatinamente, sino que sus niveles relativos de apertura comercial  son  menores que los de  Uruguay  (36%), Perú  (37%) y Chile  (53%). Incluso, en los últimos  años, la mala performance de nuestro  comercio internacional ha  cerrado la  brecha entre dicho  ratio y  el  de Brasil (20%),  que  históricamente  ha  mantenido  unaapertura comercial menor a Sudamérica.
 
En  este  marco,  no  sorprende  que  economías con mayor  apertura  económica  (Chile, Perú; Uruguay)  hayan  crecido  más  que economías  con  menor  apertura  económica  (Argentina y Brasil)  durante  los  últimos  años.  Este  diferencial  de  crecimiento  también  se  vislumbra  en  el mercado  laboral. Las  economías  más  abiertas  no  sólo  crecen  más,  sino  que  también  bajan más fuertemente sus tasas de desempleo.
 
Por el contrario,  la menor apertura lleva a que el país crezca menos y absorba menos empleo. 
 
En  este  sentido,  hay  que  destacar  que  cerrarse  al  mundo  tiene  impacto  muy  negativo  en  el largo plazo, ya que con bajos niveles de crecimiento y de absorción de empleo, los niveles de desarrollo y la calidad de vida de los ciudadanos se reduce. 
 
Los argumentos a favor del libre comercio han recibido la confirmación de la experiencia de las últimas dos décadas que ha mostrado que las economías más abiertas son más ricas y crecen más  rápidamente. La evidencia  empírica  internacional  muestra  la  existencia  de  una  fuerte relación positiva entre el crecimiento del PIB y el grado de apertura comercial. Así, un mayor grado de apertura induce a un mayor crecimiento del PIB y consecuentemente un aumento del ingreso por habitante. Desde este punto de vista, sumarse a la globalización es bueno para el crecimiento económico de un país y existen tres tipos de pruebas que avalan dicha reflexión.
 
En  1er. lugar,  la  apertura  lleva  a  la  convergencia  económica:  lospaíses  pobres  que  están abiertos al comercio crecen más deprisa, enpromedio, que los ricos, mientras que los países pobres que están cerrados al comercio crecen más despacio que los países ricos.
 
En 2do. lugar, los países que abren sus mercados a la economíamundial experimentan una aceleración del crecimiento, mientras que los que cierran su mercado experimentan su desaceleración.
 
Por último, los países que son menos capaces de participar en elcomercio mundial por su posición geográfica tienen una renta más baja como consecuencia de su aislamiento.
 
¿Por qué caen las exportaciones?
 
Las políticas internas han obstaculizado el desarrollo de las economías  regionales  y  de  los  principales  sectores  exportadores  locales.  Entre  estos  factores hay  que  destacar,  el  avance  inflacionario  de  los  costos  de  producción,  la  elevada  presión tributaria, la poco transparente política de cupos para importar insumos y exportar productos, el cepo cambiario, la reducción de las líneas de prefinanciación y el atraso de AFIP en el pago de reintegros a las exportaciones.
 
A  modo  de  ejemplo,  la  alta  inflación  y  laelevada  presión  tributaria  pudieron dejar  sin competitividad-precio al sector agropecuario exportador que esy siempre ha sido la actividad con más ventajas comparativas de nuestro entramado productivo. En 2015, la competitividad promedio de este sector se ubicaría 4 puntos porcentuales por debajo del promediodel 2001, según el Índice  Icopesa  E&R aún  con  una  soja casi  US$200  más  cara que  en  aquel momento (US$350 en 2015 contra US$169 en 2001).Mientras  que  sin   retenciones,  la competitividad  sería  1.21, es  decir  un  21%  superior  a  la  que  se  registraba  a  la  salida  de  la Convertibilidad.
 
Además,  la reciente caída de los precios internacionales de los commodities afecta negativamente el valor total de las ventas al exterior. No sólo eso, nuestros socios comerciales han empezado  a  devaluar  sus  monedas, agregándole  dificultades a nuestro sector externo, particularmente a la industria manufacturera. 
 
La  pérdida  de  competitividad  en  la  industria  ha  hecho  que  las  exportaciones  manufactureras perdieran mucho dinamismo. A modo de ejemplo, el “costo laboral unitario” (medida inversa de la competitividad) se encuentra un 51% por encima de los niveles e fines de 2001, ya que la productividad del trabajo crece muy poco en términos de promedio anual (2%) en relación a los  costos  laborales  (17%),por  lo  que  hay un  fuerte  incremento de los costos laborales unitarios (14%).
 
¿Qué sucede con la  soja, nuestra principal  exportación
 
La  producción  2015 de soja sería record,  alcanzando la máxima cosecha  histórica de casi  60  millones de toneladas, con un incremento  mayor al 7%  respecto del año pasado.  Este  aumento  estaría  explicado  en  su totalidad por un buen  régimen  de  lluvias  que favoreció  el  crecimiento del cultivo y cuyo excepcional rinde compensó la caída en el área sembrada  (2%)  gatillada en parte por la pérdida de competitividad. No obstante, debido a que el precio internacional de la soja y sus derivados (harina y aceite) cayó en promedio un 22% con respecto a 2014, se proyecta que el valor exportado se contraerá un 10.5% y sumará US$ 17.152 millones en 2015.
 
La  esperada caída en el valor exportable (-10.5%), podría agravarse si el productor decide retener la venta de la oleaginosa dado el bajo precio doméstico y  las expectativas de devaluación. Hasta el 22/05/2015, la liquidación de divisas por exportación del cluster sojero sumó US$ 7.573  millones, exhibiendo una merma del  26%  con respecto al mismo periodo del año anterior; lo que deja entrever que los sojeros ya estarían reteniendo una parte de su cosecha.
 
El superávit comercial del sector primario (que obviamente incluye a la  cadena productiva sojera) financia los déficits crecientes del resto.
 
Por ende, cuanto menor sea el aporte de divisas de este sector, mayores serán los cuellos de botella que enfrenten los sectores que son estructuralmente deficitarios.
 
En  concreto, para  2015 esperamos que el resultado de la  balanza comercial  primaria (conformada por las exportaciones del  campo y las manufacturas de origen agropecuario) se reduzca un 11% a/a y totalice unos US$ 33.081millones. Esta cifra alcanzaría escasamente para financiar  el déficit del sector industrial y energético que ascenderían a –US$ 24.558 millones y –US$ 4.259 millones respectivamente.
 
El  superávit  comercial  del  sector  primario se  reduce  sucesivamente y se ubica un 17.7%  por debajo  del  record  alcanzado  en  2011  (US$  40.400  millones).  Esta  sostenida  contracción de la balanza comercial primaria responde a la pérdida de competitividad de las economías regionales y a la caída de los precios de las materias primas descriptas anteriormente. 
 
La balanza comercial  industrial sigue  siendo  estructuralmente  deficitaria a pesar de las crecientes restricciones a importar. Las importaciones de manufacturas industriales se utilizan como “inputs” para la producción doméstica. Por ende, cuanto más se restrinjan -para cuidar la salida de dólares y la estabilidad financiera-mayor será el costo en términos de actividad.  
 
La industria automotriz es el mejor ejemplo de lo expuesto,  ya  que se encuentra  muy integrada  con  el  resto  del  mundo y en especial con los países de la  región.  De  hecho, este sectores estructuralmente deficitario en términos de comercio exterior (déficit record de US$ 8.200 millones en 2013).
 
Por lo tanto, en un marco de escasez de divisas,las restricciones para importar insumos son verdaderos obstáculos para dinamizar suproducción. Tal es así que las importaciones cayeron un  38% y el déficit se redujo un 64%  en  2014.  De  modo  que  la estrategia  de  cuidar  la  “caja  en dólares”  para  generar estabilidad financiera provocó una retracción del 22% interanual en los niveles del producción en 2014. 
 
Para este año, esperamos una  merma  de  la  actividad  del  16%  anual,  con  un  déficit  del  balance  comercial  de  US$  2.700 millones, apenas por debajo al déficit del año pasado (US$ 2.972 millones).
 
En pocas palabras, el sector automotor es el sector industrial que más sufre las  trabas a las importaciones, que el gobierno intensifica día a día y muy probablemente continúe haciéndolo durante los próximos meses.
 
Por último, el saldo comercial energético también resulta ser estructuralmente negativo desde 2011, como consecuencia de las malas políticas aplicadas durante la última década en materia de energía. 
 
Luego del déficit record del año pasado (US$ 6.345 millones), para 2015 esperamos que el saldo negativo del sector totalice unos US$ 4.259 millones, con una caída implícita del 33% como consecuencia de la fuerte caídade los precios del petróleo. 
 
Es decir, dado que Argentina es un país importador neto de energía, la caída del precio de los combustibles achica el déficit de la balanza comercial de dicho sector.
 
De todos modos, este saldo energético negativo tiene una  importancia  adicional,  dado  que no  sólo  complica  al  resultado  comercial  total,  sino  que también compromete el frente fiscal que debehacerse cargo de los costos más elevados de la energía importada (a través de los subsidios energéticos)

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