2020: RENOVAR VENCIMIENTOS Y PARAR LA FUGA

Gane quien gane, la cuenta en dólares no cierra

El nuevo gobierno que asuma el 10 de diciembre de 2019 recibirá la brasa candente de US$150.000 millones de la deuda acumulada que vence en 2020. Lo normal sería que una parte de los tenedores privados de bonos renueven y que el FMI mantenga los 3 desembolsos que restan del crédito stand by, que  suman u$s 11.800 millones. Aun cuando el 40% de las acreencias están en poder de organismos estatales, por lo que no serían ejecutables, y que el 17% están en la devaluada moneda nacional, la perspectiva de balanza comercial apunta a un superávit de US$7,4 mil millones, casi la cuarta parte menos que el de este año, con recesión y todo, según los analistas del REM. No sólo se impondrá conseguir los dólares frescos que hagan falta para cerrar los números, sino que será imprescindible  evitar que haya mayores sangrías hacia el exterior en el balance de divisas. La experiencia que deja el gobierno de Mauricio Macri es que el 36% de la deuda que contrajo se empleó para abastecer la fuga de capitales y la dolarización: US$68.388 millones sobre un endeudamiento de US$187.000 millones. 

Por RUBÉN CHORNY
Desde junio de 2018, el Fondo Monetario Internacional lleva desembolsados a la Argentina US$39.481 del préstamo stand by otorgado: el 22 de ese mismo mes giró el primero, US$ 14.916 millones; el siguiente fue el 30 de octubre, US$ 5.619 millones; el tercero, el 21 de diciembre US$ 8.128 millones; y el 4to. el 9 de abril de 2019, US$ 10.818 millones.
De ese cronograma fueron saliendo los US$5.600 millones para pagar el Bonar 19 y 24 y u$s1.600 millones para el Club de París. Es decir que se destinaron US$7.200 millones a cancelar deuda, mientras la fuga de capitales y los gastos en turismo se llevaban más del triple: US$25.538 millones
En ese lapso, las reservas del Banco Central adelgazaron en US$32.388 millones, que equivalen al 82,6% de lo desembolsado por el FMI, de acuerdo con la información proporcionada por el director del ODE, Arnaldo Bocco.
Actualmente, el país atesora unos US$65.000 millones, mayormente en asientos contables, swaps, papeles de ANSeS. 
El goteo de losUS$60 millones diarios que vendía el BCRA por cuenta del Tesoro venía de las arcas oficiales y formaba parte de las reservas. Pero como el Central tiene swaps con China (en yuanes) y esa moneda se desvalorizó, las reservas tuvieron una baja contable.
En billetes verdes contantes y sonantes, la liquidez para responder por vencimientos de Letes, Lecap y Lecer en poder de particulares que no sean renovados apenas llega a US$20.000 millones.
Renovación o default
El compromiso con el FMI es que el roll over no baje de la mitad de ese stock para no afectar reservas y evitar, de ese modo, presiones cambiarias, pero la volatilidad externa y la incertidumbre electoral no dan tregua.
Hubo sí un alivio por un discurso en Chicago del presidente de la Fed, Jerome Powell, cuando sugirió quepodría llegar a reducir la tasa de interés de referencia en vez de subirla, si los gobiernos de Donald Trump y el presidente chino, Xi Jinping, no arriban a un acuerdo y cesan la puja comercial.
El endeudamiento argentino es muy permeable a esas decisiones por lejana que sea la geografía en que se originen, vaivenes que el ya elevado riesgo-país registra e inciden en las fugas de capital, en primer término, por parte de los tenedores de bonos no residentes. 
Atrás se han ido plegando al éxodo los ahorristas locales, según el consorcio de bancos, fondos de inversión y compañías de seguros más importantes del mundo, el Instituto de Finanzas Internacionales (IIF, por sus siglas en inglés), que releva los datos mensuales sobre las compras de activos extranjeros por parte los privados y el aumento de la dolarización de los depósitos.
Bocco señaló que "frente a la corrida contra el dólar, que sólo se puede esperar que se profundice en los siguientes meses, la pérdida de reservas se torna preocupante: el riesgo de no poder afrontar los pagos de la deuda externa se acrecienta". 
El coordinador del Observatorio Monetario-Financiero del Centro de Economía y Política Argentina (CEPA), Leandro Ziccarelli, desmiente que el propósito del endeudamiento haya sido atacar el déficit fiscal primario, al que se le destinó el 26% (unos US$49.000 millones) del dinero ingresado. 
El 12% se usó para pagar vencimientos de capital, mientras una pequeña parte aún permanece en las reservas.
La conclusión es que la mayor parte de la deuda ha sido para pagar más deuda. 
En rigor, el rojo financiero total, que considera los intereses, ascendió a US$98.000 millones, es decir, significó el 52% de esos pasivos.
Tampoco las obras públicas y la educación fueron las destinatarias de esos recursos: en términos reales cayeron, respectivamente, 53% y 23,3% entre 2015 y 2019, y el peso del pago de intereses en el presupuesto pasó del 6,2% al 20,1% en el mismo período, de acuerdo a un informe de la Universidad Nacional de Avellaneda.
Desde que asumió la presidencia Mauricio Macri, el 11 de diciembre de 2015, fecha, se fugaron divisas por unos US$133.313 millones, según informó el Observatorio de la Deuda Externa (ODE), dependiente de la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET). 
Del cruce de datos surge que abarcan el 71,2% de toda la deuda externa contraída por la Argentina en la administración Cambiemos, que se ubicó en los US$187.298 millones. 
En los últimos 3 años y medio, el 85,6% de toda la deuda contraída por la Argentina, que ascendió a US$187.298 millones, fue colocado únicamente por el Tesoro Nacional. Totalizó US$160.288 millones: 82,3% en moneda extranjera y 17,7% en pesos.
La iniciativa privada no cuenta en este tipo de políticas de endeudamiento, y de hecho la rentabilidad que son capaces de generar en cortos plazos en mercados de consumo doméstico limitados como el argentino subordinan cualquier decisión que tenga que ver con inversiones productivas.
Algo así sucede en nuestro país y Pablo Tigani, máster en Política Económica Internacional, doctor en Ciencia Política y profesor del MBA de UADE Business School, lo expone cuando analiza las causas del éxodo de los capitales: “Desde la Reforma Financiera de 1977-Ley 21.526-RF/77-, no solo las multinacionales endeudan y fugan, los grupos oligopólicos nacionales y las grandes empresas argentinas lo hacen. Inclusive cierta pequeña burguesía que gime cuando quiebra, al mismo tiempo hace edificios en Punta del Este o tiene dólares en el exterior”, señala.
El Balance Cambiario del Banco Central dio cuenta de que la fuga de capitales (FAE del SPNF, Utilidades, Dividendos y Otras Rentas) alcanzó los US$75.260 millones; asimismo, la fuga que contempla el turismo alcanzó los US$99.293 millones; y la total (con intereses de la deuda) se ubicó en US$133.313 millones.

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