S&P o el huevo vs. la gallina en días de Macri

LA DEUDA, TODO UN TEMA

S&P o el huevo vs. la gallina en días de Macri

Las crisis de deuda pública de 1976, 1982, 1989, 2001/2002 y 2013/2015 obligan a considerar la situación con prudencia, en especial por las consecuencias que provocó cada cimbronazo. El problema es que, creyendo que ha inventado la pólvora, la Administración Macri continúa su rally endeudador sin bajar el gasto público que genera un déficit fiscal voluminoso.
El endeudamiento, una problemática tradicional de la Argentina.
Manuel Alvarado Ledesma es profesor de la Maestría de Agronegocios de la Ucema, se preguntó en la web Infobae"¿Es posible reducir el déficit fiscal y el endeudamiento a la vez?".

Su evaluación es correcta: "(...) el problema proviene fundamentalmente del elevado déficit fiscal que hoy es resuelto con endeudamiento. (...)".

Sin embargo, Alvarado Ledesma tiene un enfoque optimista: "(...) Hay señales positivas que contribuirán a mejorar la gobernabilidad hasta las próximas elecciones. De a poco irá disminuyendo la entrada de divisas al sistema cambiario local. Porque el blanqueo ha terminado. A su vez, las cuentas públicas mejorarán por el mayor aporte impositivo a resultas de la base imponible ampliada, en especial por la gran cantidad de bienes financieros y físicos declarados. La AFIP aumentará sustancialmente la recaudación de Ganancias y Bienes Personales. (...)".

Sin embargo, por un lado, él debería revisar las cuentas del sistema previsional, en especial a causa de las decisiones que tomó Mauricio Macri, de ampliar, sin necesidad, beneficios que están exprimiendo al Fisco.
En 2017 y el 1er. semestre de 2018, los ingresos tributarios del blanqueo enjugarán ese déficit pero luego la situación se complica tanto que muchos dudan que Macri pueda cumplir su mandato presidencial sin volver a restringir lo que concedió.

El problema resulta de gran sensibilidad política, en especial porque entre los jubilados y pensionados resultan una poderosa fuerza electoral.

En general la Administración Macri ha demostrado un bajo conocimiento de la s consecuencias políticas de sus decisiones de política económica, en especial en jubilaciones y pensiones (“No nos puede correr por un error de $20. El aumento jubilatorio le gana 3 puntos a la inflación del último semestre", dijo Mario Quintana, N°2 de la Jefatura de Gabinete de Ministros, y casi arde en la pira del infierno público).

No hay consenso en la Administración Macri acerca de la gestión vs. venta de las acciones de empresas en la cartera del Fondo de Garantía de Sustentabilidad, de la Administración Nacional de Seguridad Social, pero más le vale tener mucho dinero disponible para el 2do. semestre de 2018 y 2019, un tema sobre el que valdría la pena que Alvarado Ledesma lo estudie con alguna profundidad.

Pero es necesario pasar al otro tema: el endeudamiento público.

Él afirma: "(...) Tanto la Comisión de Valores de Estados Uni dos, como Morgan Stanley y ahora Standard & Poor's han elevado la calificación de los títulos de la deuda pública. (...)".

Manuel Carpintero, contador público y Chartered Financial Analyst o Analista Financiero Certificado nivel 1, acaba de escribir en Carta Financiera sobre la mejora en la calificación crediticia de S&P, que "elevó la calificación crediticia de Argentina desde “B-“ a “B”, asignándole al país un panorama estable, sustentado en algunas variables macroeconómicas y las políticas aplicadas por el Gobierno Actual.
S&P situó su previsión de inflación para Argentina en 20% para 2017 y un crecimiento del PBI del 3% anual para los próximos 3 años. Sin embargo, también aclaró que el escenario político aún está polarizado, lo cual podría afectar la capacidad del Gobierno para concretar su agenda económica."
S&P le está diciendo a los colocadores y compradores de bonos que pueden tomar más bonos argentinos en sus carteras, pero es una herramienta peligrosa en la medida que el Estado argentino incremente su riesgo de deuda a causa de su déficit fiscal imparable.

Lamentablemente, todo el abanico de las calificadoras de riesgo quedaron en duda con la crisis financiera global 2007/2009. Fue evidente que las calificadoras observan la foto pero no la película. Su información se basa en el riesgo presente pero carecen de profundidad en la proyección del presente.

Sin ir muy lejos, horas atrás importantes líderes de opinión estuvieron en un seminario de análisis de la coyuntura que organizó uno de los economistas de más reconocido prestigio en la Argentina desde hace 30 años.

La cuestión de la deuda provocó reflexiones importantes durante la conferencia, en especial porque él fundamentó los motivos por los cuales el horizonte obliga a considerar el servicio de la deuda como un nuevo ítem del gasto público, de relevancia creciente, e inclusive de impacto en el déficit cuasifiscal, no sólo en el déficit primario.

Al desmenuzar la información, el economista arrojó un dato estremecedor: la posibilidad de que Mauricio Macri concluya su mandato presidencial con un déficit fiscal en términos de Producto Bruto Interno equivalente al que dejó Cristina Fernández de Kirchner, y que a los líderes del PRO les parecía tan grave, y hasta lo calificaban de "insostenible".

En su análisis, Carpintero decidió balancear el dato financiero con lo que surge de la macroeconomía: "(...) En contraposición a las perspectivas expuestas por Standard & Poor’s, el REM registró una baja en las expectativas de crecimiento para 2017 a 2.8%, respecto del 3% que había mostrado en febrero. Por su parte, los números correspondientes a 2018 y 2019 se mantuvieron sin cambios en 3.2% y 3.5% respectivamente.
Respecto de la inflación, el REM mostró un incremento en las expectativas para 2017, de 20.8% a 21.2%. Para 2018, también se han incrementado las expectativas de inflación hasta 15%, y para 2019 hasta 10.3%. (...)".

Es cierto que la Argentina ha avanzado 1 escalón en su calificación crediticia acercándose al promedio de la región, alcanzando igual rating que países como Ecuador (que acaba de ir a elecciones), aunque por debajo de Brasil, Bolivia y Paraguay (con calificación BB); y Colombia, Chile, Perú o Uruguay (con notas BBB o superior, considerados como “Inversiones Estables”).

Pero también surg e que la Argentina avanza hacia un ajuste poselectoral imprescindible si quiere seguir mejorando su calificación, lo que exigirá una política de endeudamiento diferente, en especial en términos de volumen.

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