CRECIENTE DÉFICIT DE DERIVADOS DEL CRUDO

Bolivia, una oportunidad desaprovechada

En los argentinos, Bolivia aparece por dificultades en la frontera, por rispideces en la atención sanitaria o por la compra argentina de gas. Pero mientras el pensamiento local es tan limitado, chinos y rusos trabajan en negocios mucho más ambiciosos en Bolivia. Es casi ridículo. El embajador argentino en La Paz, Normando Álvarez García, articula algunos datos muy interesantes para modificar la relación bilateral hacia intereses más ambiciosos.

Por
EDGAR MAINHARD
Es curioso: China y Rusia se encuentran más interesados en concretar negocios con Bolivia que la Argentina y Brasil, que tienen frontera con el país del Altiplano. Para comenzar, es un grave error geoestratégico.
También es un error comercial porque las inversiones de China y Rusia en Bolivia consideran, en parte, la posibilidad de ganar porciones de mercado en la Argentina y Brasil.
Por ejemplo, la estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) y la compañía rusaAcron, especializada en la producción de fertilizantes y minerales, negocian el desarrollo de proyectos conjuntos de compra y venta de gas para producir fertilizantes y urea.
Acron ya manifestó que hay un potencial mercado de exportac ión de urea en Brasil.
A su vez, Gazprom International y Gazprom Marketing and Trading, intentan ejecutar el acuerdo ya negociado que crea una empresa conjunta con Bolivia para promover y comercializar el gas boliviano a terceros países, en particular, a Brasil y Argentina, según la agencia rusa Sputnik.
La fecha de la rúbrica del acuerdo dependerá en gran medida de Brasil y las cantidades de gas que declare en su nuevo contrato con Bolivia.
Brasil
En 2018 es fundamental la renegociación del contrato con Brasil. Bolivia quiere abrir nuevos mercados, en Mato Grosso y Mato Grosso do Sul y asociarse a las empresas distribuidoras de estos estados, vender GLP (gas licuado del petróleo) no sólo a Paraguay, Perú y Argentina, sino también al mercado brasileño.
El contrato de venta de gas de Bolivia a Brasil, que comenzó en 1999, concluye en 2019. El presidente Evo Morales necesita renovarlo. Brasil abrió la posibilidad que privados negocien por separado la compra del fluido, y eso modifica la estructura del negocio vigente.
Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) sabe que ahora Petróleo Brasileiro S.A. (Petrobras) no es el único socio posible.
De julio a noviembre del año que finali za, la venta de gas natural boliviano a Brasil se ha estabilizado en 27 millones de metros cúbicos por día (MMmcd) contra los 29 millones que en similar periodo de 2016 se enviaba a Brasil, informó el diario La Razón.
YPFB ya comenzó con la exportación al mercado brasileño de fertilizantes producidos en la planta de amoniaco y urea: 335.000 toneladas anuales, y por todo eso aparecen los rusos, en las barbas de los argentinos.
Ahora bien: el megacampo San Alberto, ubicado en Tarija, que puso a Bolivia en el mapa mundial de la energía no renovable, en 2012 llegó a producir 11,54 millones de metros cúbicos por día de gas, y luego comenzó a declinar. En 2017 la producción de gas en San Alberto cayó a su peor nivel: 4,14 millones de metros cúbicos diarios. Bolivia todavía no encontró otro yacimiento equivalente.
San Alberto producirá hasta 2021, y por eso el gobierno de Evo Morales intenta aprobar la compresión necesa ria para evitar que decline más, y también ahí aparecen los rusos.
Producción del mejor campo de gas de Bolivia.
Producción del mejor campo de gas de Bolivia.
Argentina
En tanto, Bolivia y Argentina intentan acuerdos complementarios para incrementar los volúmenes de exportación del energético, sobre todo en invierno, cuando sube la demanda.
Ambos países negocian desde el año pasado la posibilidad de ampliar los volúmenes de compraventa de gas natural.
Argentina (ministro de Energía y Minas, Juan José Aranguren) solicitó a Bolivia (ministro de Hidrocarburos, Luis Sánchez), a través del Ministerio de Energías y Minería, adicionar 1 millón de metros cúbicos por día al total del volumen que ya se exporta.
Aparece el tema del Gasoducto del Noreste Argentino (Gnea), que necesitaría unos 200.000 ó 300.000 metros cúbicos diarios de gas.
El ingeniero José Luis Sureda, ex secretario de Recursos Hidrocarburíferos del Ministerio de Energía y Minería de la Nación, relativiza lo del Gnea: “No hay demanda desarrollada a lo largo de su ruta en la región del noreste argentino, salvo la del gasoducto lechero y algunas otras redes en Santa Fe. Lamentablemente, pese a todo lo que se dijo desde 2004, cuando se anunció la construcción de Gnea, no se hicieron redes para recibir el gas. Lo lógico es tenderlas y alimentarlas con propano, de modo que cuando llega el gas natural es sencillo hacérselo llegar a los vecinos”.
El ministro Sánchez señaló su interés en dialogar también sobre las inversiones en territorio boliviano deYacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF), y la intención de Pluspetrol de un contrato de exploración en un área del departamento de Santa Cruz de la Sierra, en el este de Bolivia.
Es sorprendente que la Argentina no asuma un rol más activo en Bolivia, multiplicando una cantidad de negocios tan posibles como necesarios.
Los reservorios bolivianos de petróleo son insuficientes para atender su demanda.
Los reservorios bolivianos de petróleo son insuficientes para atender su demanda.


Una oportunidad
Los ministros Aranguren y Sánchez deberían incorporar otras cuestiones a su agenda. Urgente24 les quiere sugerir un ejemplo:
La geografía boliviana tiene múltiples semejanzas con el noroeste argentino, 2 regiones separadas, y a la vez vinculadas por una línea de frontera altamente transitada.
También son 2 regiones dotadas de recursos naturales similares: en lo agrícola (caña de azúcar, soja), lo minero (litio) y los hidrocarburos (petróleo y gas).
También 2 regiones alejadas de puertos y grandes mercados.
Y 2 regiones cuyos recursos hidrocarburíferos sufren de aguda depletación y alta incertidumbre con respecto a su futuro.
Bolivia demanda cada año 2 millones m3/año de gasoil y 1,8 millón m3/año de gasolina.
El petróleo que procesa Bolivia proviene mayormente del asociado al gas. La producción de derivados sucede, básicamente, en las 3 refinerías operativas:
> 1 en Cochabamba y
> 2 en Santa Cruz de la Sierra.
La capacidad de las 3 refinerías, en conjunto, suma 66.700 barriles/día. Sin embargo, su producción diaria no superó los 55.000 barriles/día en 2017. Es decir que tienen capacidad ociosa.
Dato: mientras la exploración y desarrollo del gas no muestren signos de revitalizarse, no habrá más petróleo asociado para refinar.
La producción local no supera los 840.000 m3/año de gasoil y 1,4 millón m3/año de gasolina.
La demanda, creciente, no puede ser satisfecha con producción local. Bolivia prevé importar casi 400.000 m3/año de gasolina y 1,16 millón m3/año de gasoil. Hace 10 años, la importación de gasolina era casi nula mientras que la de gasoil apenas superaba los 600.000 m3/año.
Bolivia podría pensar en adquirir petróleo de otras latitudes pero, aún con la capacidad ociosa de refinación, no llegaría a cubrir la demanda.
Una alternativa es que Bolivia eleve su capacidad de refinación, pero no parece resultar su estrategia presente. Bolivia está obligada a abastecerse de derivados desde el extranjero, mayormente de gasoil.
Profundizando
El embajador argentino en Bolivia, Normando Álvarez García, tiene algunos elementos para articular un plan. No se lo presentó aún a Aranguren, a quien visitó días atrás, porque todavía está organizando los datos.
El ingreso de los derivados bolivianos ocurre por 3 vías:
 Desde el puerto de Arica (Chile), donde arriban barcos con gasoil de ultramar, e ingresan por camiones hacia la región occidental boliviana.
 Desde puertos argentinos localizados en Provincia de Buenos Aires, o latitudes marítimas y fluviales argentinas, a través de barcazas que transportan el derivado hasta Puerto Quijarro, sobre las márgenes del río Paraguay, para luego ser transportado el producto en vagones ferroviarios hasta Santa Cruz de la Sierra, concentrador de la demanda.
 Desde plantas de despac hos en Provincia de Buenos Aires, a través de camiones que transitan casi 2.000 Km. para cruzar la frontera hacia Bolivia.
Es una logística compleja, onerosa, y lejana. Para Evo Morales es una cuenta no inferior a US$ 150 millones al año, sólo en el transporte, o sea que es un 20% adicional al precio del producto.
Y esto sucede cuando en la región del noroeste argentino hay infraestructura disponible ya, que en el futuro será mayor (Plan Belgrano), para ofrecer un servicio eficiente a Bolivia, una sinergia rentable para todos y más barata que el tren bioceánico que algunos imaginan en Bolivia:
> plantas sobre la frontera,
> ductos que vinculan tanto el Pacífico con Bolivia como el centro de la Argentina con Bolivia,
> ducto que une una planta de recep ción argentina con otra planta de despacho boliviana.
Si la Argentina integrara a Bolivia al Plan Belgrano, tendría una alternativa más rápida de mejorar la competitividad boliviana y apalancar el Plan. Interesante lo que está imaginando Álvarez García.

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