¿Cuánto cuesta robarle al Estado?
¿Cuánto cuesta robarle al Estado? Poco… La corrupción en Argentina puede analizarse en números, y todos ellos exponen dos problemas: es un problema que atraviesa a cualquier gobierno y los tiempos de la justicia no ayudan a clarificar los hechos ni a delimitar responsabilidades. A eso se suma otra discusión: las bajas penas que el Código Penal contempla para delitos de corrupción. | |
POR LUCÍA SALINAS |
EL PRECIO DE LA CORRUPCIÓN: UN DAÑO MILLONARIO CON PENAS MUY BAJAS |
Las estadísticas muestran que de 1.138 expedientes abiertos, aún hay 391 bajo instrucción en los juzgados y tribunales federales. El 70% lleva más de seis años de instrucción y el resto más de una década. Un mínimo porcentaje llega a la instancia de juicio oral, pero una vez ahí entra en un limbo. Cuando por fin se llega a una sentencia, hay penas por defraudación millonarias o enriquecimiento ilícito que no superan los seis años. El gobierno de Javier Milei quiere modificar el Código Penal y duplicar las penas, sobre todo cuando son ex funcionarios o funcionarios en ejercicio del cargo, los que cometen los delitos. ¿A cuánto llevarán las penas? ¿Habrá un agravante para presidentes y ex presidentes? #1. El centro de la discusiónDe los más de 1.100 expedientes que hay abiertos en Comodoro Py, se estima que solo un tercio llega a ser elevado a juicio oral de forma parcial o total. De ese universo, una cantidad muy escasa llega a obtener una sentencia, ya sea una condena o una absolución. Las bajas penas son el corazón del debate, sobre todo cuando se trata de delitos que involucran dinero público.
#2. Un nuevo Código, una materia pendienteLa Comisión que trabaja en el anteproyecto para reformar el Código Penal tiene un claro objetivo: aumentar las penas en casos de corrupción. Todos los integrantes del equipo que trabaja en la nueva iniciativa coinciden en lo bajas que son las mismas. El nuevo Código todavía está en lápiz negro.
#3. Mesa de trabajo con calculadoraEl ministro de Justicia de la Nación, Mariano Cúneo Libarona, puso en marcha una mesa de trabajo que busca sintetizar el proyecto que encabezó el camarista Mariano Borinsky. El objetivo es conseguir la aprobación de un nuevo Código Penal este año. El problema, una vez más, será político cuando empiece el “poroteo” de los votos con los que deberá contar el presidente para aprobar un nuevo código.
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LA LETRA CHICA |
La última reforma del Código Penal argentino fue en 1921. Cambiaron los gobiernos, nuestro sistema atravesó largas rachas de golpes militares, se retornó a la democracia, pero la política y la justicia nunca avanzaron en un acuerdo que permitiera rediscutir el Código Penal. Cien años sin ninguna modificación. ¿Qué sería diferente ahora? La Comisión constituida para trabajar en el anteproyecto cree que, a diferencia de los 19 intentos fallidos que hubo desde 1983 a la fecha para reformar el Código, hay un amplio consenso en temas centrales: el incremento de las penas en corrupción, la necesidad de incorporar la figura penal de terrorismo, los delitos tecnológicos, el decomiso de bienes desde el comienzo del proceso de investigación, la inclusión de violencia de género. El Código Penal actual es antiguo en la concepción del derecho que se aplica a una sociedad que ya no existe. Mariano Borinsky, vicepresidente de la Comisión lo describió de la siguiente manera:
Paradójicamente, en uno de los temas donde más atrasa el Código Penal es en las penas de los delitos de corrupción. Este tema pone en el centro del debate a la propia dirigencia política que deberá aprobar un nuevo marco normativo y sobre quienes pueden pesar estas acusaciones. El mayor desafío estará ahí: que la dirigencia política vote un Código Penal que podría castigarla con penas más duras. |
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