REINGENIERÍA EN JBS S.A.

REINGENIERÍA DE UNA EMPRESA

El notable caso de JBS

JBS S.A. es una empresa de alimentación de Brasil, es actualmente el mayor frigorífico de Latinamérica,1 fundada en 1953, opera en casi 110 países y contiene más de 125.000 empleados. Con 6 décadas de historia, la JBS es actualmente la mayor productora de proteínas del mundo. La compañía opera en el procesado de carnes bovina, porcina, ovina y de pollo y en el procesamiento de cueros. Además, comercializa productos de higiene y limpieza, colágeno, embalajes metálicos, biodiesel, entre otros. La diversificada cartera del grupo cuenta con marcas reconocidas en todo el mundo como Swift, Friboi, Maturatta, Cabaña Las Lilas, Pilgrim’s, Gold Kist Farms, Pierce y 1855. Esta variedad de productos y la presencia en 24 países en 5 continentes (entre plataformas de producción y oficinas) atienden a más de 30 0.000 clientes en más de 150 naciones. Tras desactivar plantas y líneas de termoprocesados, JBS refundó su negocio en la Argentina. Mediante una inversión millonaria, hizo foco en el mercado interno y desarrolló otros productos con valor agregado, sin perder capacidad exportadora. La estrategia frente al nuevo escenario, según el CEO, Gustavo Kahl.
Notable reingeniería de JBS en la Argentina.
por LILIANA ROSENSTEIN
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Valor Carne). “En los últimos años, preveíamos que habría cambios en las políticas hacia el sector después de una década tan mala, y nos fuimos preparando. En 2014, iniciamos un plan de inversiones por U$S 50 millones hasta 2016, para reconvertirnos y ganar eficiencia y productividad. Hoy, con las nuevas reglas, las perspectivas hacia adelante son otras”, planteó a Valor Carne, Gustavo Kahl, CEO de JBS Argentina, primera procesadora  de carne vacuna del mundo.
La compañía entró en el país en 2005 y llegó a contar con seis frigoríficos, un centro de distribución y una fábrica de envases de hojalata.
“Fuimos creciendo hasta faenar 800 mil cabezas anuales. Pero, con las regulaciones a la actividad exportadora, hubo años muy duros para la empresa y finalmente se decidió achicar el negocio”, recordó el ejecutivo.
En tal sentido, a partir de 2010/11, se vendió la planta de San José, Entre Ríos, y se inactivaron otras 4. Sólo quedó operativa la fábrica de Rosario, Santa Fe, que años atrás había sido modernizada, ampliando su capacidad para elaborar carnes en lata y cortes cocidos y congelados, rubros de alto valor agregado destinados a los Estados Unidos, Europa y África, en los cuales la firma tenía una gran experiencia.
“A partir de 2012 se refundó el negocio. De ser una empresa con foco en la faena de todas las categorías de vacas, fuimos migrando hacia una integración más ‘carnicera’, introduciendo mayor proporción de novillos, hasta llegar a un 50% machos y un 50% hembras. Esto implicó cambiar la infraestructura industrial”, contó Kahl.
Y explicó: “discontinuamos las líneas de enlatados y cocidos, seguimos exportando carnes frescas y nos abocamos de lleno al mercado interno, incluso agregando valor y calidad, esta vez, por el lado de las hamburguesas, salchichas y empanados, entre otros. La idea es tener un portfolio cada vez más amplio para potenciar nuestras marcas y disminuir riesgos”.
El plan de obras y mejoras operativas pronto empezó a mostrar resultados. “Ya en 2015, faenamos en un único frigorífico el equivalente a lo que en años anteriores se hacía en dos”, aseguró.
También, se aumentó la capacidad de la mayoría de las líneas, tanto de desposte, como de productos elaborados; se hicieron 2 nuevas salas de empaque, automatizadas, y actualmente se está trabajando en un túnel para congelar más de 300 toneladas por día.
“Además, invertimos en formación del capital humano, que es fundamental para hacer las cosas mejor. Incluso, incorporamos nuevos profesionales a nuestro equipo. Hoy, tenemos 2.000 empleados”, detalló.
Los próximos pasos
Así las cosas, en 2016, la planta de Rosario llegará a contar con una capacidad de faena de 2.200 cabezas por día. “Ya es la mayor de la Argentina y, con la ampliación en marcha, pasará a ser una de las más importantes de Sudamérica”, reveló Kahl.
Y anticipó: “vamos a continuar con el abastecimiento de carne al mercado interno, que forzosamente tuvimos que aprender, y aumentar nuestra participación en el segmento de valor agregado”.
En tal sentido, hasta diciembre 2015, la facturación de JBS Argentina había logrado un buen balance: un tercio provenía de la exportación, otro tercio de la carne para el mercado interno y el restante de la venta de productos elaborados.
Los próximos pasos de la compañía se programarán en función de la disponibilidad de ganado. “Una vez que hayamos colmado la operatoria en Rosario y haya más oferta de hacienda, gradualmente, reabriremos las otras plantas, pero no vemos esto antes de 2017. Por ahí, salió en algún medio que sería algo inmediato, pero no es así”, aclaró.
Para JBS, contar con frigoríficos distribuidos en importantes regiones ganaderas, como el de Colonia Caroya, Córdoba, y el de Venado Tuerto, Santa Fe, además del de Rosario, contribuirá a aprovechar oportunidades.“Con las nuevas reglas oficiales, habrá una vuelta a la recría para agregar más kilos por cabeza. Y nosotros estaremos mejor posicionados para dar respuesta a la paulatina reactivación de la producción de hacienda pesada, incluso en zonas extrapampeanas”, argumentó Kahl.
Otra cuestión estratégica es retomar los modelos de articulación con los productores para brindar previsibilidad al negocio. “Estamos conversando con varios grupos de recriadores  para definir qué tipo de hacienda vamos a necesitar y en qué momento de año. La visión es amplia: desde comprar terneros y capitalizarlos hasta asegurarle a quien toma el riesgo la adquisición de lo producido. Todavía no tenemos una receta, en un par de meses habrá algo más armado, sí podemos decir que serán iniciativas a medida”, indicó. Y ejemplificó: “apuntaremos a un novillo Hilton y a uno para los Estados Unidos, cuando el destino se habilite”.
En definitiva, la reingeniería que llevó adelante JBS en la Argentina frente a los avatares de la última década, es una muestra de su vocación por mantenerse en el país. “Operamos en los principales mercados del mundo donde se produce ganado bovino, compramos todas las categorías de hacienda y estamos abiertos a todos los negocios. Somos confiables y transparentes, los invitamos a conocer nuestra planta, nuestros productos y nuestra gente”, finalizó Kahl.

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