Derrumbe del poder de compra salarial a manos de la inflación
Por MARTÍN POLLERA y MATÍAS REMES LENICOV
Martín Pollera es economista integrante del equipo económico del Peronismo bonaerense. Docente de la Universidad Nacional Arturo Jaretche.@mpollera Matías Remes Lenicov es economista. Docente de la Universidad Católica de La Plata.@MatuRemes
¿24% EN 2018?
El periodista Marcelo Falak le preguntó días atrás a un sociólogo encuestador por qué preguntan la opinión de los encuestados sobre la inflación y no sobre la pérdida de poder adquisitivo, que es la consecuencia cotidiana de la inflación. Muy racional la reflexión. El poder de compra de los salarios se derrumba es mucho más concreto que la opinión sobre la inflación. En especial cuando más de 6 millones de consumidores pierden poder adquisitivo, según los autores
La inflación acumulada desde el inicio de gestión de Cambiemos llegó casi al 68%. Es decir, en sus primeros 28 meses de gobierno, tuvo un promedio de 2,42% mensual. Pero, lejos de pensar en bajar este ritmo, habrá que añadirle la aceleración que le darán a los precios los nuevos aumentos de abril en colectivos, tren, agua y gas.
Pero a pesar de la alarma que encienden sus propios números, el gobierno nacional sistemáticamente (por error, omisión o intención) decidió subestimar las alzas de precios desde el inicio de su gestión.
Veamos. La inflación proyectada por el gobierno fue del 25% en 2016 y del 17% en 2017. Es decir, 42% total en ambos años. Pero la inflació n real acumulada en este bienio llegó a 60%, un 18% más, equivalente a 9 puntos porcentuales anuales extra por año.
Si asumiéramos el “error o la excepción” como regla (léase 9 puntos de subestimación anual), y partiendo de la proyección oficial del 15% para este 2018, la inflación podría alcanzar 24%, casi la inflación de 2017 (24,8%) porque de ese 15% pronosticado en diciembre en conferencia de prensa, el Banco Central 90 días después reconoció que se acerca a 20,3% en una tendencia alcista en línea con lo ocurrido en el primer trimestre del año donde los precios subieron 6,7% frente al 6%de igual período de 2017. Entonces, no se trata de una sistemática subestimación oficial sino de inercia inflacionaria que parece estar lejos de tomar una tendencia descendente.
Frente a este escenario, cabe preguntarse si el error de cálculo sumado a la tendencia alcista de precios es una decisión deliberada de bajar los salarios; o es la incapacidad de resolver un problema que creció, sin que ello signifique también una baja objetiva de salarios.
Ejercer el poder es, ante un conflicto de intereses, decidir qué sectores van a verse beneficiados y perjudicados, a partir de las decisiones que se toman. Acá entonces nos proponemos visibilizar a quienes impacta y cómo la decisión de dejar subir los precios. Y los más afectados son 3,2 millones de personas que perciben el Salario Mínimo Vital y Móvil (SMVM, el 26% de los trabajadores) y 2,8 millones de jubilados que tienen un ingreso menor o igual a una jubilación mínima. Suman 6 millones de personas y sus respectivas familias.
Según el INdEC, en pr omedio entre 2016 y 2017 el conjunto de los trabajadores privados tuvo una caída de sus ingresos reales de 3%, que subió a 4% para empleados del sector público.
Pero si tomamos las mediciones de precios de CABA, hasta marzo del 2018 los jubilados (Reparación Histórica incluida) sufrieron una pérdida del 6,4% y llegó a20,8% para aslariados con el mínimo.
Aquí, para proyectar la caída que sufrirán esos ingresos a fines de 2018 hicimos dos ejercicios:
1. Cuantificar la pérdida real del salario de los sectores vulnerables desde enero del 2016 hasta marzo del 2018, y;
2. Proyectar la caída en el consumo diario de estos sectores para fin de año.
Para ello se relevaron 132 productos de diferentes rubros: alimentos, limpieza, materiales escolares, remedios, combustible y transporte, de los que 35% corresponden a la canasta básica alimentaria. A su vez, se tomó una inflación esperada para el año del 21,3%, que se calcula como resultado de asumir los 15 puntos ya proyectados a comienzos de 2018 por el oficialismo, más un 42% que representa el “margen de error promedio” del gobierno desde el comienzo de su gestión.
Tomamos como medida de comparación la compra de un solo producto con todo el ingreso y así medimos la cantidad de unidades que se ganarían/perderían en términos de capacidad de compra. Surge entonces que, de enero 2016 a marzo 2018, el SMVM perdió capacidad de compra en el 83% de los productos relevados; con la jubilación mínima esa ratio baja al 70%.
Por ejemplo, con el SMVM desde enero del 2016 a marzo del 2018 la pérdida en la capacidad de consumo equivaldría a:
· 1kg de pan por día
· 3 litros de aceite de girasol
· 5kg de azúcar
· 5,3 litros de leche
· 2 litros de nafta.
· 40 boletos mínimo de colectivo por día.
Si estos datos asustan, lo que se puede esperar para finales del 2018 es aún peor.
En el caso del SMVM se observa que en 123 de los 132 productos relevados se podrá menor comprar cantidad en diciembre de 2018 con respecto a enero de 2016: un retroceso en el 91,3% de los productos relevados. Para jubilados el número baja a 93 productos (100% en el caso de los remedios analizados); pero sin la reforma previsional de diciembre, esa pérdida sería de 85 productos (8 menos).
¿Cuánto debería ser el salario mínimo para no perder respecto a enero de 2016? $11.331 en diciembre, $1.331 encima de lo anunciado por el gobierno ($10.000). Las jubilaciones deberían llegar a $9.291, pero con la nueva fórmula estarían en $8.557.
Conclusión: Los aumentos salariales y jubilatorios no son suficientes para compensar la inflación, lo que da una caída de los ingresos reales y distribución regresiva del ingreso.
Pero atención: El gobierno duplicó en 5 meses sus proyecciones sobre la inflación 2018; pasó de 10% (según lo establecido en el presupuesto) a 20% (estimaciones oficiales del BCRA).
Entonces… los datos de este informe estarían desfasados de la realidad y la pérdida de ingresos de la población sería todavía mayor.
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