INFORME DE ECONOMÍA & REGIONES

> "Puntualmente, el próximo gobierno apuntará a un doble objetivo, bajar un “poco” la inflación para reavivar el nivel de actividad. Es decir, habrá un objetivo dual, pero claramente con más importancia relativa para el nivel de actividad que para la inflación. En este sentido, hay que recordar que todos los referentes económicos de Alberto Fernández han sido muy claros en dos aspectos: la inflación no es un fenómeno monetario y se baja de a poco". 
> "Sin atender y resolver el desequilibrio monetario, nada puede salir bien. En este sentido, está claro que en un país sin moneda, no habrá inversión, acumulación de capital, ganancia de productividad, crecimiento, ni generación de empleo. Los desequilibrios monetarios son tan enormes que, de no corregirse, lo más probable es que 2020 termine teniendo más inflación y peor nivel de actividad que 2019. Un rápido diagnóstico es contundente en este sentido:
 La inflación anualizada esperada a diciembre de 2019 rondará el 60% y, de no corregirse los desequilibrios monetarios, es más probable que dicha tasa se acelere en lugar de bajar.
 Como consecuencia del cepo, la brecha cambiaria entre el dólar oficial y el de operaciones de contado con liquidación se ubica en un 33%. De emitir más, con la caída de la demanda de dinero imperante, lo más probable es que dicha brecha se ensanche.
 Y el problema es que hay un déficit fiscal primario que podrá ser financiado sólo con emisión, y se espera una expansión monetaria de +20%/+25% para fin de año, la cual comenzará a impactar en el verano.
 Los pasivos remunerados del BCRA superan en un 75% a la base monetaria y todos los agregados monetarios M1, M2 y M3 caen en términos reales, lo cual muestra la reducción de la demanda de dinero y alimenta las expectativas de mayor inflación futura.
 Caen tanto los depósitos en dólares, como los depósitos a plazo fijo del sector privado, con lo cual habrá mayores presiones cambiarias. Más desequilibrio cambiario se traduce en más desequilibrio monetario.
 En este marco, el BCRA está quebrado y se espera que se quiebre más, prometiendo más devaluación e inflación a futuro.
 Mientras crecen y se esperan que crezcan más los pasivos del BCRA, las Reservas de libre disponibilidad siguen drenando (menos con el CEPO), y ya se encuentran en torno a sólo US$ 9.000 millones."
> "Pensamos que el CEPO no sólo seguirá, sino que muy probablemente se fortalecerá, no solo para transacciones de carácter  intervendría “diciendo quién sí y quien no” (¿vuelven DJAI?). A su vez, de ser necesario, si hay un escenario de fuerte corrida de depósitos, tampoco se puede descartar por completo alguna medida de bancarización obligatoria."
> "En este escenario de CEPO recargado, a más emisión, más el dólar paralelo tenderá a subir y la brecha cambiaria a ensancharse, con lo cual las presiones inflacionarias aumentarán. En este contexto, no se puede dejar de pensar, que intenten más controles y más sanciones sobre las operaciones del mercado paralelo. Casi seguro que se aumentaría el plazo de tenencia en la compra de títulos como herramienta para desincentivar las operaciones de contado con liquidación."
> "En este contexto, el tipo de cambio oficial tenderá a apreciarse en términos reales. Para evitarlo, el próximo gobierno muy probablemente fijará un cronograma de devaluación del dólar oficial, procurando que su cotización siga por “detrás” a la inflación. Obviamente, este ritmo de devaluación irá pari pasu con el ritmo de emisión monetaria, que a su vez respondería a las necesidades financieras del Tesoro. A más déficit, más emisión, y en consecuencia más devaluación en el cronograma oficial."
> "Al CEPO con el cronograma de devaluación para el dólar oficial puede adicionársele un sistema de tipos de cambio diferenciales. Por ejemplo, podría haber dólar comercial, dólar financiero y dólar turístico. El BCRA compraría los dólares comerciales más baratos, y vendería al dólar más alto. La “ganancia” por diferencia de cambio sería emitida para asistir al Tesoro."
> "Adicionalmente, habrá control de precios y salarios debajo del paraguas de un “amplio” Acuerdo Social. Dentro del esquema, puede haber intentos de contener “algunos” precios “elegidos” en determinados mercados “seleccionados”; por ejemplo alquileres de departamentos pequeños para vivienda. Paralelamente, el Estado podría volverse a entrometer en el cálculo de costos y ganancias de las empresas."
> "Por el lado fiscal, hay que apostar a 
 una suba de Bienes Personales,
 un incremento especial de la alícuota que aplica sobre los activos de argentinos declarados en el exterior, así como también
 un aumento de la presión tributaria para el consumo de bienes de lujo. Paralelamente, habría que apostar a
 un incremento de las retenciones para el sector agroexportador, que pasará a tributar nuevamente alícuotas (diferenciales por producto), y no una retención fija en pesos. Las retenciones fijas en pesos quedarían para el resto de los productos, tanto de las economías regionales, como del sector industrial. Del lado del gasto, hay que apostar a un aumento de los subsidios. Habrá subsidios para sectores “productivos” seleccionados y más gasto social, que meterá presión sobre la maquinita del BCRA, retroalimentando los problemas."
> "¿Qué resultado obtendría este plan económico? Dada las características de este plan, que no ataca ninguno de los orígenes del problema, es decir, ni el tamaño del Estado ni los desequilibrios monetarios, no se logrará bajar la inflación en “serio”, ni en forma permanente. Paralelamente, tampoco se logrará recuperar el sendero del crecimiento perdido".
> "Dada la dinámica del tipo de plan, una vez puesto todo en funcionamiento (tardará varias semanas), en el mejor de los casos podría haber resultados positivos, pero escasos, y siempre transitorios. La inflación podría bajar “algo”, pero “lento”. Esa baja sería acompañada por una baja transitoria de la tasa de interés nominal. Justamente, como siempre explicamos, que la baja de la tasa sea acotada y lenta, nos mostrará que el plan no goza de credibilidad y que, por ende, sus resultados serán sólo momentáneos. En pocas palabras, lo más probable es que a lo sumo se logre una pseudo
estabilización pobre y transitoria, no muy diferente de las logradas por el Sandleris I y II, que no servirá para “dar vuelta” el nivel de actividad."
> "En pocas palabras, la pseudo estabilización transitoria se agotará más temprano que tarde. La vida de esta pseudo estabilización será función de la credibilidad el plan. A más credibilidad, más duración."
> "Es más, el “más de lo mismo” asegura resultados similares, pero como cada vez se aplican malos planes empezando de “escalones cada vez más bajos”, los costos se van acumulando en capas uno sobre otros; y en consecuencia los resultados son cada vez peores. El sector privado tiene que pagar una factura cada vez mayor."
> "La verdad es una sola. Hasta que no haya reformas de “fondo”, no se achique el Estado y no se baje el gasto público para poder bajar impuestos y regulaciones “en serio” y en forma permanente de manera de desahogar al sector privado, estaremos cíclicamente al borde de crisis más profundas con mayor inflación y recesión. Además, sin moneda no hay porvenir. Hay que esperar un futuro en un lugar peor del que partimos. El nivel de actividad 2020 muy probablemente termine siendo peor que en 2019. La inflación 2020 muy probablemente también sea peor que la de 2019. Es más, hay una alta probabilidad que la inflación (con el plan económico de “arriba”) tienda hacia los tres dígitos. Tampoco hay que descartar por completo el riesgo de hiperinflación, que depende en mayor medida de la fue rza de la caída de la demanda de dinero, variable que no se puede anticipar, ni calcular."

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