INFORME SOBRE LA INDUSTRIA AUTOMOTRIZ ARGENTINA

(Ecolatina). 
 
 
 Tras la fuerte expansión de la industria automotriz en el primer semestre del año (+19% i.a.), en los últimos meses la producción perdió dinamismo: en agosto, octubre y noviembre la fabricación nacional de vehículos exhibió caídas respecto del año anterior, alcanzado en el penúltimo mes del año una merma similar a lo peor de 2012 (-20,2% i.a. o interanual).
 
Como resultado de ello, entre julio y noviembre la producción de automóviles acumula una caída de 5,4% i.a. (352.000 vehículos vs. 372.000 en el mismo período de 2012). 
 
Si bien se esperaba una desaceleración de las tasas de expansión de la industria automotriz en la 2da. parte del año por la mayor base de comparación (en el último trimestre de 2012 la producción comenzó a registrar signos de recuperación), la serie desestacionalizada muestra señales claras de retroceso del nivel de actividad.
 
Por caso, mientras que en los primeros meses del año la industria alcanzó niveles semejantes a los máximos de 2011, actualmente la producción se ubica 17% por debajo de los valores observados hace 2 años.
 
De hecho, a un mes del cierre del año, la fabricación de automóviles acumula un crecimiento de 6% i.a. (se produjeron a la fecha más de 746.000 vehículos) pero se ubica 4% por debajo del mismo período de 2011, lo que sitúa al 2013 como un año de recuperación pero no de crecimiento genuino del sector.  
 
Esta tendencia genera una gran preocupación de cara al 2014, sobre todo considerando las mayores regulaciones que deberá enfrentar el sector (altamente integrado al comercio internacional) en un marco donde la prioridad del Ejecutivo será cuidar las divisas.
 
La caída de la demanda externa e interna deprimió la producción de autos
 
Los mismo drivers que impulsaron en el 1er. semestre del año la producción local de automóviles socavaron su performance en la 2da. parte. Por un lado, el bajo desempeño estuvo explicado por la caída de las exportaciones (entre julio y noviembre las ventas al exterior se contrajeron 7,2% i.a.), fundamentalmente asociados a la menor demanda de Brasil, destino del 85% de las exportaciones de vehículos nacionales.
 
La desaceleración de la economía brasilera a partir del 2do. trimestre y el malestar social (la confianza de los consumidores en el país vecino alcanzó su menor nivel en los últimos años) deprimieron fuertemente la demanda de automóviles: en los últimos 4 meses la venta de vehículos a Brasil se contrajo en forma consecutiva, acumulando en el 2do. semestre una merma de 7,2% i.a. (vs. +44% i.a. en el 1ra. mitad del año).
 
Peor aún, la participación de Brasil dentro del total de las ventas al extranjero se profundizó en lo que va de 2013 (el 86% de las exportaciones del año estuvieron dirigidas al país vecino, contra el 82% que representó en 2012) lo que revela que en el resto de los destinos la caída de las ventas externas fue más pronunciada (-22,7% i.a.). De hecho, en los últimos años la industria perdió mercados como consecuencia de la menor competitividad externa. 
 
En el frente interno las noticias no fueron alentadoras. Si bien el consumo local de automóviles continuó expandiéndose a tasas elevadas (a un mes del cierre del año el patentamiento alcanzó un nuevo record histórico, con casi 904.000 unidades vendidas, +12,5% i.a.), se concentró en los vehículos importados que funcionaron como una forma de acceso al dólar oficial (percibido “barato” por los agentes).
 
De hecho, mientras que entre julio y noviembre el patentamiento de autos importados subió 33,2% i.a., el de los modelos nacionales se contrajo 1,7% i.a. De esta manera, el salto de la demanda interna en los últimos meses no tuvo impacto sobre la producción local: entre julio y noviembre la venta de automóviles nacionales a las concesionarias cayó 2,2% i.a.. 
 
Pese al descenso de la producción local en los últimos meses, el deterioro comercial del sector siguió profundizándose: según datos del Mercado Único Libre de Cambios (MULC) del BCRA, en el 3er. trimestre el déficit de autos y autopartes creció 34,5% i.a., alcanzando US$ 2.450 millones. Así, en los primeros 3 trimestres del año la industria automotriz arroja un rojo de US$ 5.700 millones, contra los US$ 5.300 millones del mismo período de 2012 (+7,3% i.a.).
 
Junto con el rojo energético y de turismo, la industria automotriz es uno de los sectores que más divisas insume. Y la tendencia era a profundizarse, producto del mayor consumo de importados, la caída de las exportaciones y la elevada dependencia de insumos externos. Por ello, tras las elecciones el Ejecutivo extremó las medidas sobre el sector con la premisa de racionalizar el uso de divisas.
 
Recientemente se aprobó la suba del Impuesto Interno (entre 30% y 50%) a los vehículos cuyo precio de fábrica supere $ 170.000, con el objetivo de desalentar el consumo de automóviles de alta gama, mayormente de origen importado.
 
Además del impacto directo de la medida (el impuesto alcanzaría 1 de cada 10 patentamientos), su alcance podría extender en los próximos años: el tributo está fijado sobre un monto nominal, que quedará rezagado frente al aumento de costos. Según estimaciones del sector, en 1 año la medida afectará, por la inflación, aproximadamente a 25% de la venta de automóviles.
 
En simultáneo, en las últimas 2 semanas el flamante secretario de Comercio (N. de la R.: Augusto Costa) y la ministra de Industria (N. de la R.: Débora Giorgi) se reunieron con las principales entidades del sector exhortando a las terminales e importadores a reducir en el 1er. trimestre de 2014 un 20% y 27,5% respectivamente las compras del exterior. Dado que 75% de los componentes de los autos son extranjeros, la restricción oficial será un nuevo desafío para la producción local.
 
Proyección 2014
 
En 2013 la producción de automóviles cerraría por debajo de las 800.000 unidades, mostrando una recuperación luego de la caída del año pasado (-7,8% anual) pero lejos del récord de 2011 (830.000 vehículos) que esperaba romperse este año. 
 
La mayor preocupación del sector es que la debilidad que exhibió sobre el cierre del año se replique en 2014. En el frente externo la economía brasileña seguirá desacelerándose (+2% anual vs. 2,3% previsto para este año), sumado al riesgo de una depreciación del real brasilero por el avance del programa de desarme de estímulos monetarios de USA, que ponga en jaque la competitividad de la producción local.
 
En cuanto al mercado interno, la demanda será menos favorable: sin el impulso electoral, con un mercado laboral debilitado y posible pérdida del poder adquisitivo, más el encarecimiento de los autos por la suba impositiva, el consumo interno perderá dinamismo.
 
Asimismo, las posibilidades crediticias, que en lo que va del año explican casi el 43% de los patentamientos, serán algo más acotadas. La política monetaria menos moderada (la emisión de dinero estará en línea con el crecimiento del PBI nominal), las condiciones de liquidez menos holgadas y el mayor ritmo de depreciación de la moneda impulsaran al alza las tasas de interés lo que puede moderar la expansión de los prestamos prendarios.
 
Al menor dinamismo de la demanda se le suma las dificultades que enfrentará la oferta interna ante los esfuerzos del gobierno para reducir el déficit comercial del sector. Pese a la mayor protección a la industria (por la mayor depreciación y los controles directos sobre las importaciones), es dificil que en los próximos años se avance en una mayor integración nacional de la producción, por lo que el ajuste que exigen las restricciones oficiales repercutirá inicialmente sobre el nivel de actividad.
 
En función de estos argumentos, esperamos un estancamiento de la producción automotriz, en línea con la performance de la economía general.

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