2014 GRAN CONFLICTIVIDAD SOCIAL EN LAS PROVINCIAS
Informe de Economía
& Regiones.
La protesta policial desatada recientemente en la
provincia de Córdoba, que se propagó casi instantáneamente al resto de
las provincias, modifica radicalmente el escenario para el 2014, dado
que afecta la variable más sensible para la “caja” provincial, esto es,
el gasto en personal.
Sobre un total de 2.000.000 de cargos públicos a nivel provincial,
el personal afectado a la función Seguridad (policía y servicio
penitenciario) concentra unos 300.000 agentes, esto es, un 15% de la
planta total, y algo similar del gasto salarial. De este modo, en 2013
el conjunto de provincias habrían destinado $39.000 millones para cubrir
los sueldos del personal de seguridad, sobre un gasto en personal total
de $260.000 millones.
Pese a que la incidencia relativa del personal policial es
reducida, existe una alta probabilidad de que el aumento otorgado o por
otorgarse a dicho sector, termine dificultando las negociaciones
salariales del resto de los empleados de la administración pública
provincial.
Esta situación se daría en un contexto de escaso margen
para incrementar los recursos propios, ya que la mayoría de las
provincias introdujo amplias reformas tributarias en los últimos dos
años, llevando la presión fiscal provincial a sus máximos históricos, y
un 2014 donde, de no mediar refinanciación, las provincias deberán
atender los servicios de la deuda reprogramada con el Gobierno Nacional,
que le insumirían un gasto adicional de $10.000 millones en concepto de
intereses y amortizaciones, solo por este concepto.
Escenarios
Al cierre de este ejercicio, las provincias lograrían reducir de
$16.000 a $11.000 millones su déficit financiero, lo cual revierte la
tendencia fiscal observada desde 2010 a la fecha. Esta dinámica se logró en base a dos drivers fundamentales:
> La contención del crecimiento de las erogaciones públicas, aun
en un año electoral. En este sentido, la pauta de incremento salarial
promedio bajó del 28% (2012) al 24‐25% en 2013, logrando que la tasa de
expansión del gasto primario “sólo” se acelerase del 22% al 29%.
> Las subas impositivas que lograron subir del 30% al 45% la
tasa de expansión de la recaudación local, generando $21.000 millones
adicionales a lo largo del año. El incremento de las transferencias de
coparticipación desde la órbita nacional acompañó este crecimiento,
permitiendo cerrar el ejercicio con una suba global de los recursos del
32%, 3 puntos porcentuales por encima del crecimiento de las
erogaciones.
No obstante esto, las condiciones actuales impiden pensar en un 2014 tan benevolente.
Por un lado, la presión tributaria local (también nacional) ya se ubica
en niveles récord, lo cual no da margen para una nueva ola de subas
impositivas. Esto se vio con claridad en la provincia de Buenos Aires,
cuyo Proyecto de Presupuesto incluía una “contribución especial” del
18% en las partidas del Impuesto Inmobiliario y que debió ser eliminada
ante la negativa de la oposición a aprobar la ley en caso contrario.
De esta manera, la recaudación volvería a crecer en torno
al 30%, cayendo 15 p.p. interanuales, en tanto que los giros por
coparticipación lo harían a una tasa similar, sin ganar dinamismo frente
al año anterior.
Si subir impuestos luce difícil, más aún lo será contener la
demanda salarial por segundo ejercicio consecutivo. De hecho, nuestro
escenario base preveía una pauta salarial del 26% (+1.5 p.p. a/a) como
promedio para las 24 jurisdicciones, aunque los acontecimientos
recientes hacen pensar en una suba superior. En este punto, vale aclarar
que en caso que el aumento sea del 26%, el costo salarial subiría un
31%, producto de las actualizaciones automáticas por antigüedad y
reacomodamientos escalafonarios que se activan a principios de año.
En base a esto, desarrollamos distintos escenarios de aumentos
salariales, con el objeto de cuantificar las necesidades financieras de
las provincias, y reflejar las bajas probabilidades de atender reclamos
generalizados de magnitud como la generada en el conflicto actual, y más
aún teniendo en cuenta que la mayoría de las Leyes de Presupuestos
Provinciales preveían déficit incluso sin política salarial.
Antes de avanzar, se debe destacar que nuestras estimaciones
indican que cada punto de aumento salarial que otorguen las provincias,
implicará un gasto consolidado de $2.200 millones anuales durante 2014.
En este sentido, dado que el personal afectado a los servicios de
seguridad concentra el 15% de la planta total, se deduce que cada punto
de aumento limitado a este sector, implica una erogación de $330
millones.
En principio, con un aumento promedio salarial del 26%, nuestro escenario base arroja un déficit anual cercano a los $17.000 millones, es decir, se “perdería” lo ganado en 2013, ya que el rojo crecería un 56%, volviendo a los niveles de 2012.
En este caso, cuya política salarial es desdoblada en un 16% en el
2do. Trimestre y otro 10% en el 3er. Trimestre, las necesidades
financieras anuales suben al 1.2% del PIB ($39.000 millones),
expandiéndose un 55% a/a. Como se observa, dicho incremento no obedece
únicamente a la aceleración del gasto, sino también a la suba de $14.000
millones en los servicios de deuda (intereses + capital), lo cual se
analizará más adelante.
El segundo escenario, incluye el de base (26% aumento promedio),
junto a una suba del 30% para el personal de seguridad. Este incremento
diferencial implica un gasto adicional de $1.320 millones, de modo que
de convalidarse este escenario, la situación de las finanzas
provinciales no diferiría mucho de nuestras expectativas preliminares.
Ahora bien, como destacamos al inicio del documento, asignamos muy
baja probabilidad al Escenario II, ya que resultará una tarea casi
titánica mantener a raya al resto de los gremios, otorgándoles subas
salariales menores al 30%.
En este contexto, surge el Escenario III, que incluye
aumentos del 30% para la totalidad de las áreas de la Administración
Pública Provincial, subiendo en este caso a $350.000 millones el gasto
en personal y a $26.000 millones el déficit anual. Incluyendo el pago de
amortizaciones, el rojo sube hasta $47.500 millones, prácticamente el
doble del alcanzado en 2013, y representando el 1.5% del PIB, una cifra
cada vez más difícil de financiar.
En busca de financiamiento
Para compensar el conflicto salarial, el Gobierno Nacional anunció
la factibilidad de reprogramar nuevamente el pago de los servicios de
intereses y amortizaciones de la deuda que las provincias mantienen con
la Nación en el marco del PFDP (Programa Federal de Desendeudamiento
Provincial). Es conocido que su diferimiento anual ahorraría al conjunto
de provincias unos $10.000 millones.
Teniendo en cuenta nuestro cálculo de incremento del gasto salarial
por cada punto de aumento de salarios, esta cifra alcanzaría a cubrir
en forma plena un aumento promedio del 30% las fuerzas de seguridad. Sin
embargo, de trasladarse el reclamo al resto de los empleados públicos
provinciales, los $10.000 millones de ahorro solo logarían financiar un
incremento no mayor a 5 puntos en los salarios públicos.
De esta manera, bajo nuestro Escenario III, el resultado financiero caería a $21.000 millones y las necesidades de financiamiento de $47.500 millones a $37.500 millones, cifra significativa si se tiene en cuenta que durante 2013 las provincias lograron colocar deuda en el mercado local por $14.200 millones.
Aún cuando la cifra fuera “financiable” por el mercado local, hay que tener en cuenta el costo del financiamiento. En este sentido, por las colocaciones dollar linked las provincias deben pagar la variación del tipo de cambio más un spread de hasta 500 pb. Teniendo en cuenta una proyección de devaluación del tipo de cambio oficial del 36% ‐ 38% (dic 2013/dic 2014), el rendimiento a pagar se ubicaría en el 41‐43% anual en moneda local.
En el caso de poder acceder a los mercados internacionales, el costo sería aún mayor, si se tiene en cuenta que además de la variación de tipo de cambio implícita en la colocación de deuda en moneda extranjera, las tasas de los bonos podrían ubicarse entre el 8% y 10% n.a. si se
toman como referencia las ultimas colocaciones de provincias en los
mercados internacionales de deuda, como fueron los casos de las
provincias de Chubut (bono a 10 años al 9.7% anual en 2010), Neuquén
(bono a 10 años a una tasa del 8% n.a. en 2011) y Salta (bono a 10 años
al 9.50% n.a. en 2012), todos ellos con garantía de recursos
hidrocarburíferos, o la última colocación de la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires en 2012, un bono a 5 años a una TNA del 9,95%.
En resumen, las provincias no contarían con recursos propios suficientes para financiar los aumentos salariales que se vienen, en tanto que el acceso al mercado de capitales se acotaría a partir de las elevadas tasas que habría que convalidar, tanto en moneda extranjera como en pesos atados al dólar oficial.
Nótese además, que las necesidades de financiamiento de las
provincias crecerán en la medida que aumente la tasa de devaluación del
tipo de cambio de la deuda concertada en moneda extranjera. En efecto,
al cierre de 2013 las provincias tienen colocados US$ 9.200 millones de
títulos públicos y préstamos de Organismos Internacionales por US$ 3.100
millones. Los vencimientos de la deuda en moneda extranjera (y dollar
linked) para el 2014 se estiman en US$ 1.710 millones (US$ 750 millones
en bonos emitidos en dólares, US$ 470 millones de títulos 'dollar
linked', US$ 90 millones de títulos en euros, y US$ 400 millones de
Organismos Internacionales). Con una devaluación del 36% (dólar al
cierre 2014 de $8.50), los servicios de la deuda se incrementan en
$3.700 millones.
En este sentido, todos los caminos conducen al Gobierno Nacional, que debería asumir el rol de
prestamista, no tan sólo prorrogando los $10.000 millones del Programa
de Desendeudamiento, sino también aportando financiamiento fresco.
Adoptar una postura intransigente no sería beneficioso, ya que
incentivaría la emisión de cuasimonedas por parte de las Gobernaciones
Provinciales. Por ende, se mantiene latente el riesgo de que la
asistencia financiera nacional se traduzca en mayor emisión monetaria.
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