CONSULTORA W: ENCUESTA DE MEDICIÓN Y CONSUMO
GUILLERMO OLIVETO (W) RECLAMA CONFIANZA EN MACRI76% valora mantener Precios Cuidados, 84% Ahora 12 y 70% la AUH
Los aumentos de la electricidad, de los alimentos en general, de la nafta, carne y gas arrastraron a una canasta familiar que ya venía cascoteada por la devaluación y las remarcaciones preventivas anteriores al cambio de gobierno. La inflación promedia más del 4% mensual desde noviembre y es uno de los puntos reprochables de la gestión de Mauricio Macri. Pero un análisis integral, con encuesta y medición de consumo que hizo la Consultora W de Guillermo Oliveto, es rebosante de optimismo en cuanto al futuro y abre un crédito a la gestión de Cambiemos, que si bien goza de un fuerte apoyo explícito de las clases altas, deparó la sorpresa de que una gran mayoría declara estar convencida de que se trata de un gobierno que mira por todos. Muestra que en general la sociedad tiene conciencia de que el reacomoda miento de la economía que aplica la Casa Rosada es responsabilidad de la herencia que dejó CFK. Justo lo que Durán Barba se oponía a esgrimir como justificativo de las duras medidas a tomar.
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La mayoría de los 1.000 casos que toma el trial panel de la Consultora W en todo el país consideró que la devaluación, los aumentos en las tarifas de los servicios públicos y los combustibles y el impacto que ejercieron sobre los precios de la canasta familiar, en especial, no son en sí un ajuste, sino que para más de la mitad de los encuestados se lo identificó más con un ordenamiento necesario de la economía, fruto de la herencia recibida, que con un ajuste económico en su acepción ortodoxa. W, consultora de Guillermo Oliveto, reconoce que el tratamiento fue de shock, pero igual terminó aprobando en general la gestión del presidente Mauricio Macri en lo que lleva del mandato. Al comparar la percepción que había tenido la ciudadanía de las medidas adoptadas en el primer cuatrimestre de 2014, cuando era ministro de Economía Axel Kicillof, con relación a las aplicadas en el mismo período de este año por el equipo económico del actual gobierno, la conclusión a la que llega W es que el nivel de consumo resultante, en ambos casos, ha sido similar pero, para el 86% de las respuestas, el recorte en los gastos del hogar había sido superior en aquel momento contra el 64% que se inclinó por éste. La sensación de pérdida de poder adquisitivo detectada fue pareja en torno del 70% de las opiniones, si bien la preocupación a las posibilidades de consumo que trajeron aparejados los aumentos generalizados, en uno u otro caso, había resultado mayor, en una proporción de 72 a 64%, en 2014 que la de 2016. Ajuste de cinturones El titular de la Consultora W, Guillermo Oliveto, expuso el análisis estratégico de la evolución del consumo en el 1er. semestre 2016 y su proyección, considerando el clima de época, contexto social y nuevos patrones de conducta. Y el cruce de datos extraídos de distintas fuentes que se dedican a la auditoría comercial y las percepciones tomadas de los paneles y focus groups sobre las que construyen los escenarios microeconómicos, ratificó que hubo, efectivamente, una caída del 3% en el consumo durante este último período, porcentaje en el que coinciden casi todas las auditorías. Desagregado, pegó con más intensidad en las clases bajas (superior e inferior) en el doble y más del promedio, mientras que el segmento de NSE más alto mejoró 3%. De la desigualdad de las cargas habla a las claras que 11 puntos separan a ambos extremos de la pirámide. El detalle que extrae W de los comportamientos sectoriales da indicios de por dónde pasó la tijera: se dejaron de comprar 5,8% de automotores; 12% de electrodomésticos y tecnología; 8% de indumentaria; 7,7% de carne, 7,5% de motos, 3,5% de alimentos, bebidas, cosmética y limpieza. La construcción (tomando el índice Construya) bajó 11,7%, pero por los despachos de cemento se acentuó al 14,2%, aunque paradójicamente en inmuebles hubo un alza del 15%. En las salidas por esparcimiento, se combinó un recorte del 25% del gasto en ir a comer afuera (gastronomía), con un 4,7% más de concurrencia al cine. La retracción en la canasta familiar fue estimada en un 8% para las bebidas; 3%, los lácteos; 5% el cuidado personal; alimentos e infusiones se mantuvieron, mientras cuidado del hogar y congelados tuvieron signos positivos. Los hogares tuvieron que reacomodar sus gastos en función del impacto que sintieron en el costo de la electricidad, de los alimentos en general (en primer término), más el de la nafta, carne y gas, en ese orden. Fueron éstos los 5 principales rubros que un 60% de los consultados marcó como los que más hicieron sentir sus aumentos en la economía familiar. En un 2do. plano se ubican medicamentos, colectivo y prepaga. Y un escalón más abajo, colegio, alquileres, celular, ropa, cable, agua e internet. Casi todos, menos los combustibles y las prepagas, pegaron más de lleno en la clase baja de la pirámide socioeconómica, a la que identifica Oliveto con los que ganaban el año pasado menos de $ 3.950 y representaría el 14,5% de la población económicamente activa. La culpa recayó primero en el gobierno de CKF, mucho más atrás en Macri, pero las empresas no salieron en general mal paradas en cuanto a la responsabilidad por remarcar (11%) y dentro de éstas, los supermercados apenas ocuparon 5%. Los comportamientos que suscitaron estas modificaciones en los precios relativos de la economía cobran forma en las catarsis anotadas en los focus groups de W, con frases como: > “La plata no alcanza”; > “Hay que hacer malabares para llegar a fin de mes”; > “Al gobierno hay que tenerle paciencia, darle tiempo”; > “Es un año pero otro más no aguantamos”; > “Antes comía siempre asado y ahora no puedo”; > “Estamos resignados y cuidando el peso todo el tiempo, recortamos todo pero la inflación nos mata”; > “Corté un poco el remis, venía zarpado, estaba gastando fortunas”; > “Antes era vamos dale, ahora comés en casa y después salís a pasear”; > “Qué bien estábamos cuando estábamos mal”, y > “El tema es que todos puedan cruzar el puente”. Shock y gradualismo La sensación transmitida por los consultados es que, si para el 86% Macri aplicó un shock y para el 14% sólo hubo gradualismo, lo que espera el 65% es que afloje el “ordenamiento”, o ajuste como prefieren llamarlo los menos, y las medidas que faltan sean graduales, pero 35% se teme que haya un shock por delante. Si fuera por lo que desean, 24% se inclinaría por ajustes drásticos, mientras 76% los preferiría graduales. En cuanto al apoyo a las medidas por considerarlas necesarias, el gap entre los NSE más altos (74%) y los más bajos (54%) asciende a 20 puntos. Todo lo cual remite al margen de tolerancia popular existente hasta que se llegue al equilibrio económico buscado. Para el 13% el plazo era hasta mediados de este año, baja al 9% entre los que pusieron la meta a fin de año, y 12% para comienzos de 2017. Ya declara haber perdido la paciencia 12% y firmaría un cheque en blanco un 18% de los encuestados. El 5% dice no saber. Muy mala es la opinión sobre el control de la inflación ejercida por el gobierno de Macri en 39% (más 35% regular) de las respuestas, sobre los tarifazos 40% (más 34% que los calificó con regular), el aumento en colectivo, trenes 37% y el manejo de la inseguridad 34% (más 41% como regular). O sea que la suma de regular y mala significa reprobación. Sin embargo, parecería surgir de un juicio actual sobre la situación del país que, contra 12% que la ve positiva, 48% tiene una opinión regular y 40% negativa. Pero si se consulta por el futuro, ahí 63% la vislumbra mejor, 16% igual y 21% peor. Podrían resumirlo en que “estamos mal pero vamos bien”. Es que después de las medidas económicas más drásticas, en mayo último, 64% respira un clima de tranquilidad, contra 36% que se manifiesta preocupado; 44% denota cansancio, 56% se siente con fuerza; 75% contento; 25% triste: 80% esperanzado: 20% desesperanzado. El optimismo a futuro acorta la brecha entre la clase más alta y la más baja a 7 puntos. La confianza en el gobierno va en degradé de la clase alta a la baja, 66% en aquella y 23% en esta: 58% afirma que se va por el buen camino, mientras 21% cree lo contrario, pero 22% no lo sabe aún. De todos modos, 84% desea que al gobierno le vaya bien en esta etapa para poder profundizar las medidas. 8% le desea el mal para que cambie y 9% no tiene opinión al respecto. Es elevado el porcentaje que cree que Macri terminará la gestión mejor que lo que la empezó (68%), más o menos igual 13% y peor 19%, ponderación en la que la clase alta y la baja se abren en 21 puntos. El mayor optimismo lo irradian ABC1 y C2. La sorpresa en la compulsa ha sido que 36% opinó que el gobierno beneficia a los ricos, cuando el 47% sostiene que es a la mayoría de las clases. Macri y CKF En el análisis que realiza la consultora se contrasta un delicado equilibrio en la etapa 2003-2011 entre inflación y crecimiento económico, baja de desempleo, suba de salarios, anabólicos del consumo, ofertas, promos y descuentos, disminución temor a perder el empleo, y asignación universal por hijo, versus un desequilibrio que se produjo en marzo-abril-mayo porque los precios nuevos quedaron muy por encima de los sueldos viejos. La principal preocupación que despierta esta dicotomía en la sociedad sería, según las respuestas, en 1er. lugar el poder adquisitivo (38%, desagregado en 15% que los sueldos suban menos que los precios; 12% que el ingreso no alcanza; 8% que los precios aumenten, y 2% que no se pueda ahorrar). Luego se manifiesta como inquietante el rumbo (20%, que se reparte entre 14% que teme que no dejen gobernar y aplicar las políticas y 7% que está desconcertado acerca de para dónde vamos). Los valores en juego preocupan al 16%, con la corrupción (6%) en primer término; la ética y la moral (4%), la pérdida de la cultura del trabajo (3%) y la calidad de la educación pública (3%). También la inseguridad (13%) con un breve capítulo para el narcotráfico (2%). Y finalmente, el empleo: 5% miedo a perderlo, 4% que no se generen nuevos y 2% cierres de fábricas Pymes. Oliveto deslinda responsabilidades por la tasa de inflación amalgamando los nuevos cálculos del INdEC y el IPC del Congreso. De noviembre a junio (8 meses), el alza fue del 36,6%, mientras en el semestre (de enero a junio) alcanzó el 28,8%. El promedio mensual, en consecuencia, fue muy similar en los dos meses finales del mandato K y los 6 iniciales de Macri. En cuanto a la percepción de cómo se siente la gente con este gobierno en relación con el anterior, 69% se declara más tranquila, 31% más tensa, 65% más alegre y 80% más realista. 76% con mejor futuro, 24% con peor y 70% ve a la actual administración más conectada con las necesidades de la gente. Juega a favor del gobierno del matrimonio Kirchner que durante los 3 períodos hubo movilidad social, con el ascenso de 11.882.500 personas de la clase baja inferior. En el nivel siguiente registró 6.355.000 más, mientras la clase media subió 7.400.000 y la media alta, 4,020 millones. Por eso, > 76% valora que se hayan mantenido los precios cuidados, > 84% que siga el Ahora 12, > 70% que se ampliara la AUH, a lo que se suma > 71% de adhesión a la salida del cepo y > 78% a la devolución IVA alimentos a jubilados. El 66% cree que deberían corregirse los errores pero mantener lo bueno del kirchnerismo, contra 29% que se inclina por cambiar y 29% que la experiencia sea totalmente distinta a la K. Sólo 5% dijo que querría que se continúe con todo lo que se hizo en la década anterior. La idea que se plantea es encontrar alguna fórmula intermedia que no sean los ´90, ni la era K, sino que 82% opta porque se equilibren Estado y mercado. 13% son los que quieren asemejarse a los K en cuanto a un sesgo más nacional y popular, con más Estado, y 5% son los que añoran el neoliberalismo de los ´90. La interpretación que Guillermo Oliveto extrajo del Análisis Estratégico, evolución del consumo 1er. semestre 2016 y proyección (clima de época, contexto social y nuevos patrones de conducta) es que el país transita un delicado equilibrio, con una sociedad realista, restricción y precisión presentes, pero al mismo tiempo confianza y optimismo. Que al gobierno de Cristina Kirchner se lo veía en su último año mal en macroeconomía en cuanto al cepo cambiario, al default, a la desconfianza externa, al déficit fiscal y comercial, que la administración Macri mejoró con la salida al cepo, el acuerdo con los holdouts, la visión externa y las intenciones de atraer inversiones. En la microeconomía, 2015 tiene buena ponderación por el empleo estable, precios contenidos, subsidios y consumo estable alto, lo cual contrasta con el empeoramiento que trajeron la suba de precios, de tarifas, la disminución de los subsidios, el consumo en baja y el temor por la estabilidad laboral. La gente espera más y mejoría en el 2do. semestre, más precisamente en el último trimestre y en el 1ro. de 2017. Para el cruce del puente del que habló Macri para llegar a la Argentina que prometió la gente manifiesta que espera comprensión y cercanía efectiva, utilidad, claridad, seguridad, inspiración y valores. El 80% ve la comprensión del 2030 como una oportunidad histórica para el desarrollo y crecimiento del país: 29% la cree inmejorable y 51% buena. Cuando se les pregunta por el modelo a seguir, 57% se inclina por seguir uno propio; 12% el de Alemania; 9% el canadiense, y 5% el chileno, francés y estadounidense. Un ejercicio imaginario de 2019 que planteó W muestra que para el C2 Argentina llega al mundo; C3 está persuadido de que van a venir inversiones de otros países; C1 y D creen que van a llegar inversiones, y resaltar la visita Obama. “Nos va a volver a incluir el mundo así podemos ocuparnos de los pobres”, escribe. La esperanza es que haya mayor accesibilidad al consumo, a los bienes de consumo y a la casa, a los créditos a 20 años de Procrear graficado en casitas. Que el país cuente con actividad, principalmente industrial. Que haya garantías estatales en seguridad, salud y educación. Que el hospital represente una salud pública considerable, gratuita, limpia ordenada, que se invierta en infraestructura y en la solución de los temas de fondo, como energía, inundaciones y caminos. Finalmente, que se toque el tema del narco para que no se meta en los espacios vacíos, como sucedió en otros lados. Parafrasea Oliveto al filósofo español contemporáneo José Antonio Marina, autor de Crónicas de la Ultramodernidad, quien dijo que lo que define a la inteligencia es "Salir bien del conflicto; hay buenas y malas salidas, se trata de saber cuáles son” |
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