Cuando el gasto es mayor al ingreso
El hecho de que los distintos gobiernos (municipal, provincial o nacional) tengan déficits de manera recurrente puede impactar en la realidad de las pequeñas y medianas empresas. Luis Affranchino, socio de MCL Consultores, analiza las consecuencias de esta situación.
Desde que somos chicos, vamos incorporando una de las máximas de la economía: es difícil gastar más de lo que tenemos y, si lo hacemos, en algún momento estaremos en problemas. Esta regla aplica a personas, familias, empresas, clubes de fútbol y gobiernos. Sin embargo, en la actualidad nos hemos acostumbrado a ver que los gobiernos, en todos sus niveles, con normalidad suelen tener de manera constante lo que se llama déficit fiscal, es decir, que los gastos son mayores a los ingresos.
No es el objetivo de estas líneas discutir si tener déficit fiscal es correcto o saludable. Lo que quiero analizar aquí es de qué manera impacta en la realidad de las pequeñas y medianas empresas el hecho de que los distintos gobiernos tengan déficits de manera recurrente. Dos puntas (el déficit fiscal y las pymes) que parecen tan distantes y, como veremos, están directamente conectadas.
¿Por qué las pymes? Porque sus estructuras de negocios son muy sensibles a cambios en el contexto. Por otro lado, cuentan con menor disponibilidad de capital y crédito, lo que les da menor margen de maniobra frente a cambios en variables críticas de negocio como inflación, interés o impuestos. Por último, son el mayor empleador del país y uno de los motores principales de la economía.
Lo que debemos analizar para hacer esta relación es el modo en el que los gobiernos (municipales, provinciales o nacional) financian ese gasto que no tiene su ingreso correspondiente o, dicho en otras palabras, de qué manera se genera ese dinero que no se tiene.
La primera fuente a la que se suele recurrir son los impuestos. Los gobiernos pueden generar mayores recursos aumentándolos o, directamente, creando nuevas imposiciones, tasas o contribuciones. El impacto aquí es claro. Los gravámenes impactan directamente en la rentabilidad de las pymes.
Otra manera de financiar los déficits es aumentar las tareas de fiscalización de impuestos. Es decir, incrementar el control sobre los contribuyentes. En esto no solo debemos pensar en AFIP, sino también en todos los niveles de gobierno incluyendo provincias y municipios. Un aumento de la fiscalización muy probablemente termine con ajustes de deudas, multas e intereses, un combo mortal que castiga la rentabilidad de las pymes y suele consumir una parte importante de su capital de trabajo, una herramienta de suma necesidad para este tipo de empresas y su sustentabilidad en el tiempo.
Impacto del endeudamiento
Una manera de cubrir déficit muy utilizada por los gobiernos también es el endeudamiento. Muchas veces, se llega a pensar que esto no tiene impacto sobre los negocios, lo que es falso. Veamos. El capital disponible para inversiones es finito, es decir, tiene un límite. Si los gobiernos salen a captar este capital generarán, por un lado, un menor stock de capital disponible para inversiones en pymes y, por el otro, un aumento en las tasas de interés en los préstamos por un mayor riesgo en las pymes que en el gobierno. En definitiva, si los gobiernos salen a endeudarse, aumenta el costo financiero de las pymes castigando su capital de trabajo, proyectos de inversión y rentabilidad.
Por último, el Estado nacional tiene una carta más para jugar, que es la emisión de moneda para financiar el mayor gasto. Esta herramienta, muy utilizada a lo largo de la historia argentina, está más que probado que es la principal causa de la inflación. El razonamiento es simple, hay más pesos para los mismos bienes. Un escenario inflacionario es muy difícil para las pymes, ya que no es tarea sencilla trasladar a sus clientes la inflación que se recibe en los costos. Al ser los recursos humanos el principal gasto o costo en la estructura de las pymes, el desafío es trasladar el costo de las paritarias al precio del producto y no perder volumen de ventas. Muy difícil. Habitualmente, no se logra y el impacto en la rentabilidad es directo, generando situaciones muy complejas.
A modo de conclusión, podemos ver como un desarreglo macroeconómico como el déficit fiscal tiene un impacto altísimo en la estructura de negocios del sector privado. En este caso, le dimos una visión enfocada en las pymes, pero el impacto en el resto de la economía es similar. Por todo esto, recomendamos a los empresarios pymes estar atentos a la evolución de los gastos del Estado y a la manera en que los financian, porque el impacto lo van a sentir en sus estructuras de negocios.
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