ECONOMÍA POS-ELECTORAL

Un grupo de importantes economistas -algunos titulares de consultoras-, coincidieron durante un seminario sobre un muy adverso escenario poselectoral y dos años “muy duros” para el gobierno de Cristina Fernández que tampoco contará con el ‘viento de cola’ por la incertidumbre en Brasil, cambios en las tasas de interés y caída en el precio de los granos. El escenario esperado es de más cepo cambiario, especialmente con más trabas para el turismo y una aceleración de la devaluación. También se avizora un importante ajuste fiscal sobre los argentinos.

Fuente: URGENTE 24

Un grupo de economistas que participó del seminario organizado el martes 06/08 por la consultora abeceb.com, Dante Sica donde se presentó su alianza con Isonomía Consultores, coincidieron en un preocupante pronóstico sobre la economía poselectoral y para los dos últimos años del gobierno de Cristina Fernández, años que suelen conocerse como los del ‘pato rengo’, cuando el mandatario atraviesa su última etapa de gestión sin chances de un nuevo mandato con la consecuente pérdida de poder.

Los especialistas coincidieron en que el dólar será el principal problema de la economía; aumentará la demanda pública, ingresarán menos divisas porque el precio de los granos no subirá, el déficit en la balanza del turismo se acentuará y se acelerará el ritmo de devaluación aumentando la brecha cambiaria.

En el plano exterior, los economistas advierten que aún la economía de Brasil no da claras señales de dinamismo.

Según abeceb.com, no crecería este año más de 3%, y un dato que preocupa es la inflación.

En tanto, un dato de la actualidad que habla de la caída del precio de la Soja podría extenderse y acentuarse: los precios internacionales de los granos podrían mantenerse o empeorar, lo que relativiza el efecto de una mayor cosecha.

Y por último, se teme sobre un cambio en la tasa de interés lo que alteraría la situación para las economías emergentes.

En ese escenario también coinciden en que la reacción del Gobierno será la conocida: más cepo cambiario, más trabas para el turismo en el exterior que podría incluir un aumento en el recargo de compras con tarjeta de crédito o un desdoblamiento en el sector, y algunos arriesgan un fuerte ajuste fiscal sobre los argentinos. En cuanto a la, la proyección ronda el 2,5% y el 3% mensual.

Según el director de Isonomía Consultores, Juan Germano, entre los debates pendientes están el del rol del Estado en los servicios públicos, el sistema tributario y la reforma de la Justicia.

El avance de los precios se mantendría acotado y similar al del año pasado, con una tasa mensual de entre el 2% y el 3%. Y sólo se aceleraría por encima de esos niveles en el caso de que el Gobierno optara por el camino de la devaluación. "Hoy la emisión monetaria no genera tanto una aceleración de los precios como una inconsistencia en la paridad cambiaria. Éste es, al final, el canal a través del cual podríamos ver una mayor inflación", explicó la economista del Estudio Bein, Marina dal Pogetto.

Los economistas creen posible que se amplíe aún más, pasado octubre, la brecha entre el dólar oficial y el paralelo. El pronóstico es, si bien similar, algo más dramático que el que dieron en los meses previos a las elecciones de 2011: no sólo el atraso cambiario de aquel año se profundizó y es, ahora, más significativo; sino, también, la caída de reservas pone esta vez mayor presión al Central para tomar medidas, reflejó este miércoles 07/08 el diario Ámbito Financiero.

Aquella vez, el Gobierno buscó sortear ese efecto inevitable con un inédito cepo cambiario (por ajuste de precio o de cantidad, el objetivo es al fin de cuentas el mismo). Y por eso las consultoras se inclinan más por preanunciar un desenlace poco ortodoxo: "Después de las elecciones, no me imagino una devaluación a la venezolana. Quizás sí, en cambio, un aumento de las restricciones que pueda afectar la distancia entre el dólar y el "blue". Este modelo es de brecha y precios alcistas", comentó Carlos Melconian. Por el lado de los precios, sin embargo, el economista no espera grandes sobresaltos: "El resultado electoral puede influir, pero la economía ya tiene vuelo propio. Esta emisión monetaria es la que garantiza un piso del 25% anual; pero de todos modos está claro que la velocidad crucero de la inflación no es un 3% mensual, si bien pudo asustar un poco en julio superando ese nivel", agregó. Es la misma senda de precios que están estimando las consultoras Espert & Asociados, Elypsis y Econviews.

"La inflación mensual debería mantenerse en un rango de entre el 2,5% y el 3% mensual; y poselección es probable que continúen con el dólar igual que hoy, excepto que antes se vean afectados por algún problema en el 'blue'", comenta José Luis Espert. "El 'deber ser' consiste en un plan antiinflacionario que incluya una devaluación para eliminar el cepo. Pero lo que puede pasar es que, si se complica más la pérdida de reservas, vayan por más prohibiciones y trabas", completó.

En Econviews ya tratan de inferir por estos días cuáles pueden ser las medidas de regulación cambiaria que estaría dispuesto a tomar el Gobierno para responder a la incesante salida de reservas. "Las variantes son enormes pero que se van a tener que hacer es seguro. Dilatan esto para hacerlo después. El candidato número uno es el dólar turista porque genera un agujero importante. Por lo cual es probable que veamos cambios en el gasto con tarjeta, o en un desdoblamiento para el turismo. Quizá también más trabas para quien gira dólares hacia afuera, o para quien importa autos de alta gama. No es fácil saber qué pasará pero sí estimar que el dólar se va a encarecer más hacia adelante", comentaron en la consultora.
"El problema actual es de pérdida de reservas y no tanto de atraso cambiario. Sucede que el Central no está comprando divisas y debe volver a sumar reservas", agregaron.

Para Luciano Cohan, de Elypsis, "las elecciones no deberían afectar particularmente la dinámica de la inflación, y posiblemente ésta converja hacia un ritmo del 2% mensual, para terminar el año en un nivel similar al que se registró en 2012, de entre un 25% y un 26% anual".

Una de las formas que el mercado ve factible para domesticar al dólar y, por ende, los precios, es la suba de tasas de interés. Fue el camino que empezó a transitar el Gobierno, precisamente, desde marzo pasado.

En tanto, el director de la consultora abeceb.com, Dante Sica, trazó un pronóstico preocupante del tiempo que le resta a la gestión de Cristina Kirchner. "Vienen dos años duros", señaló.

El período, según su análisis, se caracterizará por una mayor demanda de dólares por parte del sector público y por limitaciones para el crecimiento de la actividad. Y así, entre las medidas que podrían esperarse están una mayor presión tributaria y más restricciones para el turismo, lo que implicaría profundizar el modelo actual. "Así como Maduro planteó el «papel higiénico o patria», acá vamos hacia el «Mar del Plata o muerte»", ironizó el economista. En otro escenario posible, dijo, el Gobierno podría ajustar tarifas, buscar financiamiento externo o, en una estrategia más riesgosa y no tan probable, devaluar en forma acelerada, consignó el diario La Nación el 07/08.

Sica expuso su visión durante un seminario organizado por la consultora para presentar su alianza con Isonomía Consultores. El director de esta firma, Juan Germano, sostuvo que entre los debates pendientes están el del rol del Estado en los servicios públicos, el sistema tributario y la reforma de la Justicia.
Sica sostuvo que este año podría cerrar con un crecimiento del PBI de entre 2,5 y 3%, y afirmó que, en general, sus números dan entre uno y un punto y medio por debajo de los del Indec. Además, proyectó que 2013 cerrará con reservas de entre 35.000 y 36.000 millones de dólares.

"Las reservas [por su caída], la inflación [con expectativas de agravamiento] y el dólar [que con un mercado desdoblado lleva a distorsiones] son los temas protagonistas del año y lo seguirán siendo", evaluó Sica. Las políticas tomadas, según el economista, son de represión y no logran solucionar problemas de fondo. "No se hace algo contra la inflación, sino que se atacan efectos; se clausuran cuatro supermercados por cuatro horas para dar la impresión de que se ocupan del tema", ejemplificó.

Respecto de las trabas para importar, consideró que "Moreno traba todo" y después ve quién se queja. Claro que no todos los productores llegarán a esa instancia, advirtió. "Ninguna fábrica se anima a decir que tiene que parar por no poder importar" insumos, afirmó.

Una cuestión de fondo que está en el eje de los desequilibrios, pero que no se está considerando, según advierten desde hace tiempo los analistas, es la política energética. Y las consecuencias se disparan cada vez con más fuerza (léase, con más ceros) en el balance fiscal y comercial.

Los subsidios otorgados por el Estado para los servicios energéticos llegaron al 2,5% del PBI en 2012, mientras que en 2005 representaban el 0,4%, y en 2010, el 1,9%. Pero como también se subsidia a otros sectores, como el transporte, el total de la erogación de fondos públicos para ese destino trepa al 4,6%, mientras que era de 0,7% siete años atrás.

Esa política contribuyó a que el sector público tenga hoy un déficit primario (antes del pago de intereses de deuda) de 0,59% del PBI, en gran medida contenido por la contabilización de ganancias del Banco Central y del fondo de garantía previsional. Sin los millones provenientes de estas fuentes, el desequilibrio alcanza el 1,94%, según abeceb.com.

"El año que viene no se va a poder mantener la tarifa plana [de servicios públicos] y a la vez aumentar la Asignación Universal por Hijo", advirtió Sica. Y agregó que será difícil atraer inversiones para la actividad.

Entretanto, subsisten altas tasas de pobreza y de informalidad, según la descripción de Daniel Arroyo, ex secretario de Políticas Sociales, quien también participó del seminario. Según dijo, el gasto social llegará este año a $ 43.340 millones, y un desafío que se plantea es cómo "empalmar" la percepción de un subsidio personal con el ingreso en un puesto de empleo formal. La propuesta de Arroyo implica la existencia de un período con una superposición de ingresos -el social y el laboral-, hasta lograr la estabilidad en el empleo y la autonomía de los ingresos.

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