AGENDA PRESIDENCIAL ARGENTINA PARA EL PRÓXIMO LUNES
Informe de Economía
& Regiones
Todas las decisiones de política económica están
centradas en la señora presidenta. La evolución de su salud es
satisfactoria y podría reasumir sus funciones ejecutivas en el corto
plazo.
En este escenario, es importante intentar anticiparse y entender qué medidas podría tomar este gobierno en el corto plazo. El principal problema de la macroeconomía actual es la escasez de dólares y el exceso de pesos.
En palabras coloquiales, hay menos dólares y más pesos que
los que demandaría el mercado (sector público + privado) sin
restricciones.
¿Cuál es el origen de la escasez de oferta de dólares y del exceso de oferta de pesos?
La política fiscal y monetaria, la política oficial de
desendeudamiento y el cepo cambiario son el origen de la escasez de
dólares (ver segundo punto). Este combo de políticas inconsistentes es
responsable de que la inversión extranjera directa (IED) sea escasa y de
la inexistencia de financiamiento externo, dejando a las exportaciones y
al superávit comercial como única fuente de ingreso de dólares.
En este sentido, es probable que el gobierno tome medidas aisladas tendientes a generar entrada
de divisas. Las tratativas iniciadas para solucionar la deuda con el
Club de París y efectivizar el pago de las sentencias firmes en el
CIADI, tendría la intención de atraer nuevas inversiones del exterior y
liberar préstamos del Banco Mundial. Otra opción es presionar a
empresarios locales para que suscriban BAADE1 de manera engrosar las
reservas.
Sin embargo, estas medidas para atraer divisas serían insuficientes para aumentar la oferta de dólares en la cuantía que la macroeconomía argentina necesita.
Por el contrario, la escasez de dólares sólo sería resuelta
sustentablemente atacando las causas de su origen: la política fiscal,
la política monetaria, la política oficial de desendeudamiento y el
cepo.
Difícilmente estos 4 pilares de la actual política
económica se modifiquen, por lo que la escasez de dólares no sería
resuelta por medio de un incremento de su oferta.
El exceso de oferta de pesos tiene su origen en la política fiscal
desmedidamente expansiva, que deteriora en forma creciente el resultado
fiscal, y en la política oficial de desendeudamiento que impide
financiar el déficit con crédito.
En este marco de dominancia fiscal, el BCRA es (prácticamente) el
único financiador y prestamista de última instancia del Tesoro. De
acuerdo al Presupuesto 2014 y nuestras proyecciones fiscales, el BCRA
deberá dimitir en adelante igual o más para financiar al Tesoro por lo
que, sin cambios en la política fiscal, seguirá el exceso creciente de
pesos el año próximo. No obstante, es probable que el gobierno comience a
reducir gradualmente los subsidios energéticos y al transporte.
El monto total de los subsidios equivale a la totalidad del
déficit fiscal y a la emisión monetaria del BCRA destinada a financiar
al Tesoro. Es esperable sólo una reducción parcial de los subsidios, por
lo que el exceso de oferta de pesos continuaría en nuestra economía.
En definitiva, las medidas que se adoptarían no resolverían la escasez de dólares, ni eliminarían el exceso de oferta de pesos. Seguramente el gobierno proseguirá intentando hacer dos “cosas” que van en el mismo sentido: reprimir la demanda de dólares y apuntalar artificialmente la demanda de pesos.
Con palabras más sencillas, probablemente se fortalezca el cepo
cambiario para reprimir aún más la demanda de dólares e intentar
apuntalar más fuerte y artificialmente la demanda de pesos. De la cuenta
corriente de la balanza de pagos, el Turismo, viaje, pasajes, compras
con tarjeta, etc. son el principal canal de pérdidas de reservas. De
hecho, sin ningún cambio de política, este año, la cuenta
servicios podría ser negativa en -US$9.046 millones; un aumento de
+US$5.236 millones con respecto a 2012.
De ese aumento del déficit, el 74.5% (US$3.906 millones) se debe al
incremento de la salida de dólares y 25.5% (US$1.333 millones) se
explica menor entrada de dólares.
De las mayores salidas, el 90.5% (US$3.534 millones) es explicado por Turismo, Viajes y Pasajes.
En este escenario, no habría que descartar el desdoblamiento cambiario con un tipo de cambio
oficial, cercano al valor del dólar paralelo, para las compras con
tarjetas de crédito, turismo y bienes suntuarios. Probablemente, un tipo
de cambio más alto desalentaría las compras con tarjetas en el exterior
e impactaría en la salida de dólares por Turismo, pasajes y viajes; que
afectan negativamente a las reservas (más allá de la política oficial
de desendeudamiento).
Paralelamente, también contribuiría a aumentar el ingreso de dólares por Turismo.
Adicionalmente, el desdoblamiento cambiario le brinda al gobierno
un canal de financiamiento dado que potencia las utilidades contables
del BCRA, que luego son giradas al Tesoro para financiar las políticas
activas y el gasto corriente del SPN.
El BCRA le compra a los exportadores los dólares al tipo de cambio
oficial actual y le vende los dólares a los turistas extranjeros y a los
argentinos que viajan al exterior o compran con tarjeta “afuera” al tipo de cambio más elevado.
El desdoblamiento cambiario es una alternativa superior a la suba del impuesto a las compras con tarjeta y/o establecimiento de cupos o límites de compra con tarjeta en el exterior, porque brinda más “caja” al Central y al Tesoro.
En este escenario, Argentina pasaría a tener 2 tipos de
cambio oficiales, uno comercial o de exportación y otro turístico o de
tarjeta; que deberían depreciarse como mínimo al mismo ritmo de manera
de mantener constante la brecha entre ambos.
Este potencial desdoblamiento cambiario mitigaría la demanda de
dólares en el corto plazo y por ende la pérdida de reservas podría
reducirse circunstancialmente en el cortísimo plazo.
Con el desdoblamiento cambiario y pisando la demanda de dólares el gobierno intentaría pasar el verano y llegar al 2do. trimestre 2014, cuando se inicie la liquidación de las exportaciones de soja y aumente la oferta estructural genuina de dólares.
Sin embargo, en el mediano plazo el desdoblamiento cambiario (sin aumento de LEBACs y suba de
tasas) potenciaría el exceso de oferta de pesos que estimularían la
suba del dólar paralelo, ampliando la brecha cambiaria con el tipo de
cambio oficial. En este escenario, la percepción de inconsistencia de las políticas aumentaría, incrementando las expectativas de inflación y de devaluación.
Los exportadores volverían a retener y no liquidar la totalidad de
las exportaciones con lo que la oferta de dólares no sería la esperada.
Nuevamente estaríamos en una situación similar a la de este año, aunque
podría ser peor si los precios internacionales de
la soja fueran más bajos (es probable) y/o la cosecha fuera menor a la esperada (no se sabe).
En ese contexto, la situación de la economía real sería más
delicada, la demanda de trabajo sería más baja, el salario habría
perdido poder adquisitivo y el nivel de actividad crecería a un ritmo
inferior.
En síntesis, con el retorno de la presidente a sus funciones se esperan algunas medidas económicas tendientes a intensificar las políticas actuales, es decir “más de lo mismo”.
Y, al igual que en ocasiones anteriores, sólo darían “aire” en el corto plazo. El
problema es que nunca se atacan los problemas de fondo, por ende las
medidas son cada vez menos efectivas y sus efectos positivos duran menos
en el tiempo.
¿Cuál es el problema de fondo? La inconsistencia dinámica de la política económica.
¿Cuál es la inconsistencia dinámica? El combo de política
fiscal y monetaria expansiva con política oficial de desendeudamiento y
cepo cambiario, que origina escasez de dólares y exceso de oferta de
pesos.
Ninguno de estos problemas son atacados en sus causas. Las reservas seguirán cayendo y el dólar paralelo seguirá subiendo.
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