LA CAJA PREVISIONAL DIEZMADA
JUBILACIONES EN ALERTACuidado: Problemas de empleo y salario diezman la caja previsional
La recaudación impositiva de noviembre dejó al desnudo el devastador efecto que durante 2018 han venido causando en la seguridad social la destrucción de puestos de trabajo registrados, la precarización y el retroceso del poder adquisitivo del salario frente al ritmo de la inflación: -17,2% de caída real. En definitiva, repercuten en un menor consumo, lo cual se viene notando desde hace 5 liquidaciones consecutivas de IVA, negativas en términos reales. Y como también pegan de lleno en la actividad económica, o sea en el PBI, reavivan la espiral de la stagflation. Terminan así desembocando en el área del conflicto social, explícito o no, y presionan al alza el déficit fiscal 0 comprometido en el Presupuesto 2019, y en el acuerdo stand by con el FMI que ataja los penales de eventuales cor ridas cambiarias. El titular de la AFIP, Leandro Cuccioli, se cubrió al dar a conocer los últimos resultados de la recaudación: “La capacidad de la fiscalización para combatir al efecto de la recesión llega hasta un punto. Vemos que hay mucho uso de nuestros planes de pago y eso da la idea de que algunos contribuyentes, incluso queriendo hacerlo, no pueden cumplir". El faltante de aportes previsionales agranda el agujero que el propio contexto inflacionario le creó al cambio de la movilidad para los haberes jubilatorios: en el afán de cerrar los números del actual presupuesto, el gobierno cambió la fórmula que regía desde 2009 por una indexatoria que toma el anterior semestre. Las pasividades, que en la mutación del anterior sistema resignaron el último ajuste de diciembre, este año fueron a pérdida frente a la inflación. Pero resulta que en marzo, cuando recién reciban la compensación atrasada de la devaluación y el pass through en el IPC de este 2do semestre, el desfasaje en las cuentas fiscales por la menor recaudación presionará para situar un nuevo recorte a las jubilaciones y pensiones en el centro de la escena política.
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Por RUBÉN CHORNY
Periodista. Columnista de Urgente24.
El anuncio del jefe de AFIP, Leandro Cuccioli, de que en noviembre la recaudación de las cargas previsionales fue 17,2% menor a la del año pasado, descontada la inflación, no extraña al usuario habitual del transporte público en horas pico, cuya estadística ameritaría ser cotejada en simultáneo.
Se viaja apretado, pero ahora es posible abordar los trenes, colectivos y subtes en el primer intento, sin necesidad de esperar el siguiente.
Y no es porque haya crecido la cantidad de automovilistas, ya que se patentó un 46% menos que en igual mes de 2017 (en motos la caída fue peor, 54%) , que tomando los 11 acumulados entre enero y noviembre, daría casi 10% por debajo en las 4 ruedas (y -13,5% en las 2), sino que sencillamente disminuyó la gente que va a trabajar.
El sistema previsional no ha sido inmune a los problemas de empleo. Las arcas también recibieron plata de menos, sea porque hubo precarización (personal que trocó relación de dependencia por facturación monotributista o autónoma) o directamente pasó a la clandestinidad, denominada mercado informal, si bien desde el gobierno descartan que haya subido ese indicador.
El último dato oficial del Ministerio de Trabajo, correspondiente a setiembre, arroja una pérdida de casi 30.000 puestos. Lo demás serían recomposiciones.
Descartando las deserciones totales o a medias (desocupación y subocupación, en la jerga lega), se nota también el re troceso salarial de la nómina registrada, pública y privada, del 12% y en ascenso.
El director ejecutivo de AFIP lo puso en palabras: "No se generó empleo durante el último año y el poder de compra del salario no logra empatar a la inflación. Noviembre no fue distinto. Eso por supuesto tiene su impacto en el consumo y en la actividad económica. Y a eso lo vemos en la recaudación del IVA impositivo, que también quedó algunos puntos atrás de la inflación", señaló.
La repercusión de que haya descendido la masa imponible de las remuneraciones y la inflación licúe su poder adquisitivo se sintió, asimismo, en que AFIP recaudó 4,6% menos de IVA, es decir, de la porción del consumo en blanco de la que nadie, o casi nadi e, por las excepciones, se salva.
Alarma contante y sonante
Por 5to mes consecutivo, los números reales de la caja fiscal vienen para atrás, lo cual enciende las alarmassobre la contracara negativa de la recesión por el lado de los ingresos, ya que, vista desde los gastos, banca la comodidad de evitar decir que no anke de no perseverar en la ejecución práctica de las políticas, y dejar que el trabajo sucio del recorte lo haga la inflación.
Es que nada más que con comparar la recaudación con el crecimiento del nivel general de los precios (de los pocos factores que se van para arriba, junto a las tasas de interés) se ve con claridad que el relegamiento supera los 14 puntos: 33,7 contra 48%.
La estacionalidad del fin de año y el estímulo adicional de las promociones primaverales de comercio digital(como el Black Friday extendido y antes el CyberMonday) le están dando una manito al alicaído consumo, de lo cual el ente recaudador registró, como aperitivo del IVA que entrará en diciembre, el incremento del 45,3% de las entradas del impuesto al cheque (débitos y créditos bancarios).
Como las tres cuartas partes del gasto público está indexada hacia atrás, obviamente, y la cobranza registra los niveles del día a día (sucede con tarifas de servicios públicos, combustibles, transporte, jubilaciones, ¿paridad cambiaria?), cualquier meta descendiente que se quiera aplicar tropieza con una espiral que viene en sentido contrario.
El counter del déficit 0 empieza así a girar y las miradas del equipo de gobierno se dirigen a los que no tienen voz en Argentina, como se ve que sí en Francia y cómo): los contribuyentes de siempre.
En el análisis que ensayó durante el anuncio de los resultados de noviembre, Cuccioli deslindó responsabilidades: "En un contexto de debilidad económica, la recaudación se defendió bastante bien. Con la caída de la actividad debería haber algún salto hacia la informalidad y no lo estamos viendo. La fiscalización está sosteniendo a una recaudación que se tendría que haber visto más afectada”.
Y lanzó una advertencia digna de ser tenida en cu enta acerca de los límites que tiene una desmedida presión impositiva: “La capacidad de la fiscalización para combatir al efecto de la recesión llega hasta un punto. Vemos que hay mucho uso de nuestros planes de pago y eso da la idea de que algunos contribuyentes, incluso queriendo hacerlo, no pueden cumplir".
La incógnita de cómo sigue la película del ajuste reside en el verdadero comportamiento que tendrá la actividad económica. Hay un abismo entre el cálculo de un leve retroceso del -0,5%, como el que consta en el sancionado por ley (y acordado con el FMI) Presupuesto 2019, y estimaciones opositoras de -2,2%, como la brindada a BAE Negocios por el director de PxQ y ex viceministro K, Emmanuel Álvarez Agis.
La diferencia se verá expuesta en la recaudación faltante, con lo cual entre ambos extremos de PBI esperado, anida un mínimamente 1% de déficit primario, que habrá que ver de dónde y a qué tasas se consigue financiar.
Cuando ocurren estos desajustes fiscales, como el que asoma, la cátedra desempolva la reforma previsional como receta
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