EMPRESARIOS DESORIENTADOS
ENCUESTA DE ADECCOEmpresarios desorientados “como perro en bote” con el gobierno pro-mercado
Mauricio Macri está desilusionado con los empresarios porque supuestamente eran sus aliados pero en lo que lleva de gestión capitalizaron la devaluación, recompusieron sus precios, pudieron despedir personal y tienen la oportunidad de acogerse a un blanqueo, sin decidir a cambio las inversiones que requiere la economía. Tampoco en la mayoría de los casos aceptan pagar el bono resarcitorio que devuelva algo de poder adquisitivo a los sueldos. Los hombres de negocios, por su parte, se muestran desconcertados con el rumbo del gobierno. Una encuesta de Adecco revela que 35% habla de incertidumbre, 26% percibe estabilidad, 24% es optimista, aunque sólo 15% marca un contexto pesimista. Todo un justificativo a la actitud cauta que Macri les reprocha mientras les advierte que cambió la célebre frase de Luis XV: “después de mí, el diluvio”, por “ganamos nosotros o regresa el populismo”.
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Los hombres de negocios continúan desorientados en torno de las marchas y contramarchas de la Administración, que se encamina a cumplir un año al frente del Poder Ejecutivo Nacional.
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Da la impresión que los empresarios no se romperán el traste, tal como los exhortó el presidente Mauricio Macri, sino que se queman los sesos al intentar avizorar hacia dónde va un gobierno con el que deberían entenderse mejor que con ningún otro.
En sendas encuestas recientes, algo más de un tercio de ejecutivos de multinacionales y nacionales manifestó incertidumbre sobre la perspectiva de sus negocios en el país, en una, y cerca de la mitad reconoció que no podrá pagar a fin de año el bono fijo de $2.000, en otra. De las pymes, directamente, dos de cada tres afirmaron no poder afrontarlo. Todo esto no significa que las patronales no reconozcan la pérdida que sufrieron los salarios este año. Según datos que aportaron a la Guía Salarial Regional 2016-2017, empresa s nacionales y multinacionales relevadas por Adecco Argentina, filial de la empresa líder en el mundo en consultoría integral en Recursos Humanos, el promedio de incrementos salariales otorgados en forma anual en lo que va del 2016 está en el orden del 25% al 29%, dependiendo de la industria. Pero en líneas generales, y para aquellas posiciones fuera de convenio, el mercado ha dado entre el 23% y el 30%. Del desglose surge que los sueldos en la Patagonia siguen siendo los más altos y los más bajos se encuentran en la región de Cuyo y en el NOA-NEA. Entre los pormenores detectados en la encuesta quedó en claro que, al momento de decidir otorgar un aumento de sueldo para los empleados, las empresas utilizaron más frecuentemente criterios como el desempeño o mérito, el encuadramiento con el mercado (general y/o específico), el aumento del costo de vida, la equidad interna y otros, como los ajustes por convenio sindical en pos de evitar o mitigar el solapamiento. En el caso particular de las medias y altas gerencias, “incorporar y retener personal clave es una preocupación permanente en toda empresa de nuestro país, por lo que es un factor indispensable conocer qué sucede en el mercado general para adoptar las decisiones correctas en materia de remuneraciones y beneficios”, afirmó Ramiro Bado, director de Adecco Professional. La representatividad del relevamiento está garantizada por el procesamiento y análisis efectuados durante más de 6 meses con los sueldos de más de 537 empresas participantes y 196 posiciones relevadas con el corte de actualización salarial al 31 de abril de 2016. Pero una cosa es admitir implícitamente que los precios hayan subido por encima de los salarios y otra es aceptar que se concrete un resarcimiento a travé s de un bono compensatorio fijo. Las conclusiones que Sel Consultores extrajo de las entrevistas efectuadas a 700 compañías de diverso tamaño indican que poco menos de un tercio de las pequeñas y medianas empresas (31%) manifiestan una probabilidad de pago efectivo del bono de fin de año (un 16% lo cree muy probable, mientras que otro 15% lo considera bastante probable), en tanto que el 69% de esas compañías no prevé abonar el suplemento (33% lo cree nada probable y 37% poco probable). En el caso de las grandes compañías, la probabilidad aumenta 13 puntos y se ubica en un 44% (un 23% considera muy posible pagarlo y un 21% bastante probable). Las que manifiestan como "poco probable" hacer frente al pago del bono representan un 31%, en tanto que otro 25% considera "nada probable" pagarlo. Respecto a los montos del suplement o que el sector empleador estima poder hacer frente, en el caso de las pymes se ubica en un promedio de $ 1.000, la mitad del parámetro consensuado en el marco del diálogo tripartito. La cifra se duplica y alcanza los $ 2.000 en las grandes compañías. De todos modos, las empresas, en plena puja distributiva, recuerdan que no sólo se miden en cash las retribuciones, sino que ofrecen descuentos y beneficios en comercios en el 86% de los casos. El 64% otorga acceso gratuito a posgrados y cursos, el 75% de ellas específicamente a mandos medios y jerárquicos para desarrollarse profesionalmente, el 73% trabaja con horarios flexibles, días de cumpleaños, días compensatorios, paternidad y extensión de licencias. El 63% beneficia con mayores plazos de los que indica la ley, mayor flexibilidad en su goce y reintegro de gastos en vacaciones. El 73% brinda planes de salud elevados al mínimo indispensable, counseling psicológico para empleados o planes de salud y bienestar dentro de la empresa. El 84% otorga planes de retiro, préstamos de emergencia, cobertura de gastos por cargas familiares, reconocimientos por hijo, casamiento, graduación o antigüedad. Y en el 90% de las compañías, los mandos jerárquicos tienen la posibilidad de participar en el paquete accionario. Los barquinazos del modelo Los hombres de negocios continúan desorientados en torno de las marchas y contramarchas de la Administración, que se encamina a cumplir un año al frente del Poder Ejecutivo Nacional. Aún después las consecuencias que provocaron los ajustes macroeconómicos en la actividad económica y en los ingresos de la población, el gasto público y el déficit crecieron en lugar de disminuir, al igual que la pobreza. Lo único que aumentó fue la deuda, como sustituta del financiamiento con emisión monetaria y reservas al que apelaba la administración anterior. De acuerdo con las respuestas recogidas en los relevamientos sobre la perspectiva de negocios que encaró Adecco, 35% de los empresarios habla de incertidumbre, 26% percibe estabilidad, 24% es optimista, mientras que sólo un 15% marca un contexto pesimista. Sin embargo, el Índice de Confianza del Consumidor (ICC), elaborado por el Centro de Investigación en Finanzas (CIF) de la Escuela de Negocios de la Universidad Torcuato Di Tella, en base a una compulsa de Poliarquía, registra una mejora del 6,3% en octubre con respecto a septiembre. Pero en términos interanuales el indicador aún arrastra una caída de 19,2%. Para suavizarla, el director de la muestra de la UTDT, Juan José Cruces, se remite al mismo mes pero del anteaño pasado (2014) y ahí da una mejora del 4,8%. Las expectativas más optimistas provienen de los sectores de mayores ingresos del Gran Buenos Aires dedicados a bienes durables e inmuebles. La realidad es que en agosto se celebró el descenso de la inflación y se habló de que asomaban brotes verdes en la economía, pero ya pasado el momento del ingreso extra a las arcas de la seguridad social por lo que tributa el medio aguinaldo en julio, los ingresos volvieron al nivel de junio, con los gastos ya montados en esa ola. “El desequilibrio entre gastos e ingresos requirió de una importante contribución por parte del Banco Central, que debió aportar $ 37.500 millones al Tesoro Nacional, equivalentes al 29% del total de ingresos primarios percibidos por el fisco”, aler tó Víctor Beker, director del Centro de Estudios de la Nueva Economía (CENE) de la Universidad de Belgrano. |
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