Plan antiinflacionario por empresarios es como si el Dr. Amor administrara dietas

LOS PRECIOS SIGUEN ESCALANDO Los encuentros de gabinete nacional se asemejan más a reuniones de comité ejecutivo de las compañías privadas en la que la prioridad es generar rentabilidad, que de funcionarios políticos compelidos a asociar los objetivos buscados con la repercusión social que deberán ir piloteando. Pretender que los Ceos de los que se rodeó un líder de extracción empresaria también, como Mauricio Macri, tengan sensibilidad y muñeca para erradicar la pobreza y bajar la inflación es como si Cormillot contratara al “Doctor Amor” para administrar online una dieta adelgazante. No extraña entonces que el gobierno mismo venga de desatar una descomunal disputa mediática por el inviable tarifazo de los servicios públicos y que, aun sin los “efectos conducentes” materializados, se haya reflejado en la tasa de inflación de junio. Que no se explica por la emisión monetaria que solventa los subsidios, ni devaluación de la moneda alguna, ya que se mantuvo en los niveles a los que llegó con el levantamiento del cepo, en diciembre. El director del INdEC, Jorge Todesca, apuntó contra las empresas privadas, como Lilita Carrió lo había hecho un mes atrás, mencionando taxativamente a Molinos y Arcor, cuyos presidentes achacan a la alta carga impositiva y a la cultura inflacionaria de los mercados, respectivamente. Ahora, al “comité ejecutivo” gubernamental le toca aplicar un plan antiinflacionario arribado este punto en que los precios adelantan, mientras atrasan los salarios, el tipo de cambio y las tarifas.

Se le queman los papeles al enfoque Macri de la inflación 2016.

El director del INdEC, Jorge Todesca, reconoció estar “preocupado por los aumentos de precios que vienen del sector privado”, a los que atribuye el 60% del aumento del 3,1% que se registró en junio, con lo que en un semestre se deglutió las previsiones de inflación para todo el año. Pero fue sugestiva su extrañeza de que siga subiendo el índice a pesar de que “el Gobierno ha corregido muchos de los factores tradicionalmente inflacionarios. No estamos teniendo una gran expansión monetaria ni tampoco procesos devaluatorios”. Principalmente llama la atención que el manto de duda que la marcha de la economía echa sobre el diagnóstico oficial de que la monetización del déficit fiscal es lo que hace subir los precios haya sido puesto sobre el tapete por un funcionario de la administración de Mauricio Macri, que llegó al cargo portador de una vasta trayectoria en organismos internacionales, incluyendo viceministro de Economía en el anterior gobierno radical y cabeza de un prestigioso estudio que alguna vez sancionó el ex secretario de Comercio,Guillermo Moreno, por difundir cálculos de inflación que no coincidían con los del cuestionado INdEC. En ese sentido, colegas del gabinete nacional estuvieron utilizando como argumento para justificar el tarifazo que la emisión para subsidiar el consumo de gas, luz y agua era lo que provocaba inflación. El periodista Jorge Lanata, mentor de exitosos medios de comunicación, suele repetir públicamente como un aserto ese enfoque monetario de la inflación que puede ser válido para economías competitivas y más transparentes que la nuestra, pero la realidad por estos lares es que en junio ninguna boleta con los brutales aumentos de los que se hablaba llegó al usuario, aunque los precios se remarcaron como si hubieran sido efectivamente pagadas. La Justicia hizo dar marcha atrás, pero nadie los retrotrajo. En consecuencia se trató de una mera redistribución del ingreso entre los que fijaron precios y los consumidores que los convalidaron. Una explicación de esa transfusión de ingresos la dio el instituto Patria Grande cuando cuantificó los 4 primeros meses del año en el IPC San Luis, que había arrojado 19,8%, en unos US$ 5.991millones vía aumento de precios hasta abril, “excluyendo de la consideración tanto las paritarias en curso como los aumentos de los insumos importados, que subieron con la devaluación”. Estima, en consecuencia, US$ 13.392 millones en concepto de transferencias directas a los sectores empresarios exportadores y bancarios, en tanto las indirectas alcanzan los US$ 5.991 millones. “De complementarse ambas líneas de ingreso se estaría hablando de US$ 19.383 millones durante los primeros 5 meses, suma que se reparte en US$ 1.762 por trabajador ocupado; US$ 451 por habitante; US$ 160 millones por día; US$ 7 millones por hora; US$ 111.242 por minuto”, señala el instituto kirchnerista. Había que verlo a Todesca con las series de la encuesta de precios en la mano confesándose perplejo por la incapacidad de la política monetaria contractiva para controlar la inflación. Aunque también descartó que la dinámica inflacionaria esté afectada por la megadevaluación, la quita de retenciones y el desmantelamiento de los esquemas de control. Formadores de precios El comportamiento del último índice, que dio 1,1 punto menos que el de mayo, mostró en la delantera aalimentos y bebidas; y en el rubro servicios, las expensas y una parte del aumento del agua. Entre los estacionales, bajó el pollo, se mantuvo la carne, pero el aceite subió 16% y el pan, 5%. Ergo, la canasta familiar se fue para arriba sin que incidieran la política cambiaria ni los precios internacionales. ¿Y entonces qué? Cofundadora del frente Cambiemos que gobierna el país, Elisa Carrió, daba nombres y apellidos para instar a la sociedad a no comprar las primeras marcas que suben los precios: “Arcor y Molinos Río de la Plata tienen que bajar los precios", disparó, para poner de relieve que “los formadores de precios se humillaron con Guillermo Moreno y se desataron con la libertad”. El CEO de Molinos, Amancio Oneto, en una entrevista concedida a Pablo Ortega, de la revista Apertura, lo aclaró sin dar nombres: “Como nos basamos en decisiones de largo plazo, no puede decirse que la relación con el Gobierno anterior haya sido mala, pero también puede decirse que nos sentimos bastante hostigados en cuestiones corporativas. Con este Gobierno compartimos la visión, el camino, y creemos que va en la dirección correcta. Obviamente, podemos tener diferencias sobre la velocidad del cambio, pero tenemos una relación normal. Si todo va bien, quizás en la Argentina los privados podamos conocer menos funcionarios públicos en el futuro”, dijo. Al respecto sostiene que “en este país hay muchos que piensan que la inflación la generan los empresarios y el empleo, el Estado. El trabajo para que haya menos inflación es del Estado y el de generar más empleo, de los privados. La sociedad discute eso, y es una discusión que no lleva a nada. Hay inflación por otras cosas, no porque el trigo sea más caro. La inflación está en el déficit fiscal”, insiste. Destacó que casi dos tercios del precio de los alimentos son impuestos y costos de distribución. “Y con esto no quiero tirarle una parte a los supermercados, porque ellos también cargan con altos impuestos. Si me preguntaran, al final, quién tiene la culpa de los aumentos en la cadena, diría que los impuestos”, sentencia. El presidente de la Compañía de Negocios Moiguer, Fernando Moiguer, un influyente asesor de grandes cadenas comerciales y de marcas, suele recordar en sus charlas que “las grandes industrias alimenticias lograron posicionarse en el abastecimiento de los multicanales del país (asiáticos, canal tradicional, farmacias, almacenes, quioscos)”, y sólo a modo de ejemplo enumera los de elevada participación en cada mercado: “80%, en el caso de Quilmes con la cerveza; más del 60% en las leches con la Serenísima; el 80% de las pastas secas en poder de Pérez Companc, del grupo Molinos, que también hegemoniza los congelados; Danone y Nestlé en las aguas, y Unilever, Procter y Johnson & Johnson, en limpieza”. A punto caramelo El titular de la otra compañía a la que Carrió pidió que bajara los precios, Luis Pagani, de Arcor, sostuvo “atítulo personal”, que “el empresariado tiene un rol clave en la sociedad y el caso de generar riqueza y trabajo nos cabe a todos”. Opinó que ahora, teniendo de Presidente a un colega, como lo es Mauricio Macri, un poco lo expone al empresario más públicamente, y “como por eso la conducta de cada empresario es mucho más vista y juzgada, el proceder tiene que ser lo más correcto que se pueda”. Pero a la vez advierte que “tampoco nos podemos olvidar de que uno viene de un país en el cual tuvo que bajar su nivel de exposición porque era empresario, con lo cual para que vengan a invertir de afuera, el accionar del empresariado local tiene que invitar a que eso pase”. Define a la inflación como un tema estructural, “por lo que llevarla a valores normales va a tomar años. Pero también es un tema cultural, porque la población se acostumbró a vivir con un 30% de inflación anual”. De ahí que se conforme con el plan del ministro Alfonso Prat-Gay para estar a fines de este período de Gobierno en una marca por debajo del 10% anual. Porque ya vimos que el camino drástico no nos llevó a buen puerto. “En general, manejamos una cartera de productos que nos permite adecuarnos a los distintos mercados y priorizamos y medimos el poder de compra que el consumidor tiene. En el plano interno, estamos trabajando todo un tema de ahorro de costos de logística. La entrada a Mastellone conlleva eso para nosotros”, afirma. Oneto esgrime que “todos en la cadena, desde la tierra hasta la góndola, agregamos tres costos: salarios, impuestos, costo financiero”.Y que como “la Argentina tiene un costo de capital alto debido a décadas de incumplimientos, la tasa de presión fiscal es récord. A lo que agrega que, “obviamente, no queremos bajar el nivel de los salarios”. Finalmente, el N°1 de Molinos, desde una presencia en muchas categorías bastante inelásticas de consumos extendidos, avizora un año de caída del consumo “pero tan dramática como se pensó”. Asume que en materia de fijación de precios perdieron margen al estar dolarizados los costos, porque se transforman productos primarios que cotizan a valor dólar, y también tenemos tasas de interés, impuestos y salarios. “Hemos aumentado los precios menos de lo que subieron estos costos”, asevera calculando una diferencia negativa de 25 puntos.