CRISIS LÁCTEA EN ARGENTINA

OTRA INDUSTRIA ASFIXIADA POR EL COSTO ARGENTINO

No se sabe qué está peor, si la lechería en general o SanCor en particular

La crisis que enfrentan las principales usinas lácteas, como Mastellone y SanCor, obedece a que la caída del 14,17% que registró la producción de leche en la Argentina en 2016 fue la peor los últimos 50 años y a que el precio internacional de la leche en polvo viene en picada desde 2014, según datos del Ministerio de Agroindustria. 
Las causas principales son: un exceso de oferta a nivel global y una caída de demanda por parte de Rusia, que prohibió las importaciones de productos lácteos provenientes de occidente hace más de 2 años. Los países más afectados fueron los productores de la Unión Europea, Australia y Uruguay, escribe el editor de Carta Financiera, Miguel Angel Boggiano. 
La devaluación primero y las inundaciones luego empeoraron la situación de la lechería en general, y d e los 11.500 tambos que abastecen a SanCor en particular. La cooperativa aplica un plan de ajuste, que no la alejan de los rumores de quiebra y concurso.

La angustia que crean las dificultades que atraviesa la producción láctea en las cuencas santafesina y cordobesa tiene nombre propio: SanCor. La cooperativa parece atacada por las 7 plagas de Egipto, pero en verdad quedó arrastrada por el triángulo de las Bermudas que representa el denominado costo argentino. Lo conforman:

-Los problemas de infraestructura, 


-Los altos costos laborales, y 


-Los altos impuestos.

Conforman lo que se podría llamar “el costo argentino”. Así como asfixian los márgenes de la industria lechera, lo hacen con tantas otras industrias de la Argentina.

Al mismo tiempo, como si esto fuera poco, la industria lechera tuvo un impuesto extraordinario (retenciones) e n el momento en que podría haber generado ahorro para los momentos malos.

Y para rematar, la devaluación y las inundaciones le han propinado un golpe extra al sector.
¿Se necesitan medidas económicas para ayudar al sector? Se podría discutir, pero mucho antes que esto, es necesario que el Estado deje de perjudicar al sector privado con sus impuestos asfixiantes, diagnostica el director de Carta Financiera, Miguel Boggiano.

De nuevo, la amenaza de quiebra o concurso se cierne sobre SanCor, al igual que hace un año la carpeta de la cooperativa lechera quemaba en el escritorio del entonces presidente del Banco Nación, Carlos Melconián, a la espera de un salvataje que la sacara de la cesación de pagos.

La cuenca productiva compuesta por 1.400 productores tamberos en las provincias de Santa Fe y Córdoba, que abastecen con 1.400 millones de litros anuales de leche 16 plantas industriales en todo el país para la elaboración de más de 100 productos, soportó lluvias e inundaciones todo el año pasado, que hicieron caer en algunos períodos más de 20% la producción interanual, con caídas en la facturación (por precio y volumen) y de exportaciones, y mermas del 9% en toneladas y del 32% en dólares.

El balance fiscal cerrado el 30/06/2016 arrojó pérdidas por -$ 2.421 millones (contra un rojo de -$447 millones en 2015), no obstante a haber vendido a la compañía Vicentín el negocio de yogures, postres y flanes por US$100 millones (Dicen que Vicentin planifica quedarse con algunas plantas industriales de Sancor si hay más desinversión de la cooperativa). Actualmente, tiene una facturación anual de $ 2.530.919.000 para el mercado interno y de US$ 103.101.000 para el mercado externo.

SanCor explicó la crÍ­tica coyuntura invocando "verdaderas catástrofes climáticas, continuas variaciones en los mercados y la errática marcha de la economía nacional durante muchos años, que distorsionaron el desarrollo de todo el sector, aumentaron los costos de producción y elaboración de manera desproporcionada y agudizaron los problemas ya existentes".

Durante el último año, la producción de leche arrojó una caída de entre el 10% y 11% respecto a 2015, totalizando unos 10.100 millones de litros de leche, con un descenso a tambo constante del orden del 8%, según un informe difundido por el Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA).

La fatalidad no entra en el análisis realizado por la Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera de la República Argentina (Atilra), cuyo secretario general, Héctor Luis Ponce, atribuyó la mala performance a la "mala o incorrecta utilización de los recursos que se hicieron para financiar los desajustes presupuestarios” y expresó mediante una carta la "honda preocupación que hay en la representación sindical respecto del futuro de la cooperativa”. Enumeró las dificultades que tienen su origen en problemas estructurales de la organización, la adquisición de empréstitos onerosos desde el punto vista financiero y una incorrecta visión de los escenarios nacional e internacional.

"Los importes recibidos por esas ventas o alianzas, como en el caso de la leche maternizada, nunca fueron aprovechados para encarar una reestructuración empresaria y financiera seria que permitiera encarar el futuro con cierta previsibilidad", destacó Ponce, quien proyectó que el estado en que se encuentra la empresa "hace vislumbrar que tiene muy seriamente comprometida su continuidad en el corto plazo".

Intendentes al habla

La preocupación por el cierre se trasladó a las localidades donde la cooperativa tiene establecimientos productivos. Las dudas crecen en las distintas plantas productoras.

Gustavo Tevez, intendente del municipio cordobés de Brinkmann, donde SanCor posee una planta de producción, presentó un pedido de audiencia al directorio para anoticiarse de la problemática y de la realidad de la planta industrial. Con la firma de funcionarios municipales, comercios, industrias y mutuales de la localidad, reclamaron por nota al presidente de la cooperativa, Gustavo Ferrero, precisiones sobre el futuro de la empresa, en momentos en que los rumores sobre el cierre de fábricas, quiebra o venta, acechan. Recuerdan que en dicha planta trabajan 133 operarios, cuando años atrás lo hacían unas 400 personas.

"Como comunidad llegó el momento de hacer valer derechos, ya que Brinkmann fue protagonista en los inicios y creación de SanCor, y desde hace más de 30 años fue cediendo lugares, puestos de trabajo y queremos se le reconozca a la planta su importancia", afirmó Tevez, según publica el sitio Sunchaleshoy.

Anticipó que el lunes 20/02 habrá una reunión con el ministro de Industria cordobés, Roberto Avalle. "Si hay que hacer recortes queremos se hagan de manera seria y con un plan de trabajo, y no que nos dejen sin la planta de un momento para el otro", manifestó.

Una situación similar de incertidumbre se vive en Chivilcoy, donde 220 trabajadores denuncian dificultades a la hora de cobrar y los rumores de venta o cierre de la planta ganan espacio.

Según medios locales, los empleados cobran su sueldo en cuotas y no se estaría abonando lo prometido.
Ante esta situación, y la ausencia de comunicación oficial de parte de la compañía, salió a hablar el intendente de la ciudad de Sunchales, donde la cooperativa tiene su base, Gonzalo Toselli, quien se mostró optimista respecto de la "reestructuración" que los directivos están encarando y que "están pudiendo lograr el cumplimiento de los objetivos que se van trazando paso a paso".

“SanCor tiene un plan para salir adelante", señaló relativizando la crisis en que la cooperativa está sumida.
Las declaraciones toman más valor al haber sido efectuadas tras reunirse con los directivos de SanCor, a los que el intendente vio "bien plantados", y "reconociendo esfuerzos para poder cumplir con todo: proveedores, productores, transportistas". También, negó que se vayan a producir despidos aunque aceptó que en la cooperativa se estén realizando procesos de ajuste.

La recuperación, en pesos, es verificable, pero en dólares estadounidenses no. Además, los costos han incrementado.


Análisis sectorial

Boggiano identifica el comienzo de la crisis del sector lechero en mayo de 2015 y se profundizó con la devaluación del peso realizada en diciembre de ese año por el gobierno de Mauricio Macri.

Aborda el análisis desde una triple perspectiva:

* El contexto internacional.

* Los problemas estructurales de la Argentina.

* Los problemas coyunturales locales.

El 80% de la producción láctea argentina se consume internamente. Esto ofrece una base de demanda importante para la industria. En el polo opuesto tenemos a Nueva Zelanda, que exporta el 90% de lo que produce y deja a ese país m uy expuesto a las oscilaciones del precio internacional, describe el economista,vaunque advierte que, a pesar de la amortiguación que proporciona el consumo interno, la industria lechera debe afrontar los graves problemas de la economía local.

Divide la cadena de valor de la industria láctea en 3 secciones bien definidas:

1) la producción primaria,


2) el procesamiento industrial, y


3) la comercialización/distribución.

Calcula que hay más de 11.500 tambos con distintos sistemas de producción primaria (pastoriles, semipastoriles y estabulados), de los cuales el 95% se encuentran en Santa Fe (36%), Córdoba (30%), Buenos Aires (22%) y Entre Ríos (7%).

La particularidad actual que identifica Boggiano es que “hoy en día los tamberos producen a pérdida. Reciben aproximadamente $ 4,71 por litro, con costos de producción estimados entre $5,30 y $5,50 por litro”.

Esto se da aún después de la fuerte recuperación del 82% que tuvo el precio que recibe el productor en 2016.

Por su parte, el procesamiento industrial (usinas lácteas) agrupa a unas 1.100 empresas pero la demanda se encuentra muy concentrada: 4 firmas representan el 55% de la demanda de leche cruda y el 86% del volumen de ventas. En este contexto, a los tamberos les resulta imposible fijar un precio al litro de leche cruda que sea competitivo.

En cuanto a la comercialización, los supermercados concentran el 40% de las ventas de lácteos (el resto lo tienen mayoristas y comercios tradicionales).

El director de la consultora Carta Financiera advierte q ue los supermercados se quedan con casi el 40% del precio del precio de la leche líquida en góndola, pero si se toma al conjunto de productos lácteos la participación de los comercios es cercana al 30%.

Si se tiene en cuenta que los comercializadores deben pagar altísimos costos laborales e impuestos, el margen neto oscila en el 4% a 5%.

Boggiano señala que una vez más el costo argentino es la raíz del problema:

* costos laborales,

* falta de infraestructura logística, e

* impuestos.

Estos 3 factores terminan devorando los márgenes de toda la cadena y dejan a cualquier industria asfixiada.

Como si fuera poco, hay también una serie de condiciones coyunturales que han afectado negativamente al sector, agravando aún más la crisis:

* El 60% de los insumos de los tamberos están atados al dólar,

* El ajuste tarifario,

* El aumento de los combustibles (logística),

* La eliminación/reducción de retenciones agrícolas (subió costo de alimentar a las vacas).

Atribuye a 2 factores finales la configuración final de una tormenta perfecta para el sector:

* Durante el último año, las zonas productoras de leche se vieron seriamente afectadas por recurrentes inundaciones, lo que afectó severamente a la producción lechera.

* En la era kirchnerista, la leche tuvo retenciones más altas que la soja, cuando el precio de la leche en polvo estaba en máximos históricos. Esto impidió que los productores pudieran capitalizarse para afrontar momentos adversos como el actual.

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