DÓLAR ATRASADO, PESO SIN VALOR

Autos, viajes al exterior, bagayeo y gastronomía: los brotes pero del verde


El gobierno espera un crecimiento en torno del 3% para este año y que el consumo privado lo haga un poco por debajo de ese guarismo, entre 2,5 y 2,7%. Promedia una Argentina a la que los gastos de los particulares no le vienen dando nada mal, que son “casualmente” en los que el dólar tiene algo que ver. Es el caso del patentamiento de autos y motos, que desconcierta hasta a la propia comercializadora del sector, ya que cerró agosto con un caudal que correspondería a un mes como enero, cuando cambia la antiguëdad de los modelos. En lo que va del año se habilitaron del 30 y 48%, respectivamente, de incremento con relación a 2016. Lástima que 7 de cada 10 vehículos procedan de Brasil, y que aun las tres cuartas partes de los componentes de los que salen de las fábricas locales sean impor tadas. Son divisas generadas en Argentina que emigran, al igual que las que portan, a falta de mejor opción, los 3,5 millones de argentinos que tarjetearon en Chile 4 veces y media más que en los shopping del país, o los 304,9 mil residentes que hicieron turismo hacia todos los destinos foráneos en el primer semestre. Gracias a las ofertas y promociones por internet el comercio online atrajo una mejora del 3 al 7% y también la gastronomía se lució hasta en los patios de comida de los shopping. Pero a la mayor parte de los que mueven el consumo masivo en la inflacionada moneda argentina no se les mueve el amperímetro. La consultora Kantar Worldpanel calculó que, en contraste con toda aquella bonanza, se contrajo -3%.
“Patentar casi 85 mil unidades en un mes que no sea enero es algo realmente asombroso, nada parece detener la voluntad de los clientes que están decididos a canalizar sus recursos en nuestro sector”, reflexionó el presidente de la Asociación de Concesionarios de la República Argentina (ACARA), Dante Álvarez, al presentar el reporte de la entidad que da cuenta que, entre enero y agosto de este año, crecieron 30,4% el rubro automotores y 48% el de las motos respecto de igual período de 2016.
Fueron 618.941 unidades de 4 ruedas y 434.055 las 2 que se vendieron en el mismo lapso que 304,9 mil residentes salieron hacia diferentes destinos, en el primer semestre se efectivizaron 25.231 actos escriturales de compraventa de inmuebles, 43,4% por encima de similar período del año anterior, poco más de 3,7 millones viajaron a Chile a hacer compras, se registraron unos 12 millones de cruces a Encarnación, Paraguay, y el comercio por internet aumenta entre 3% y 7%.
Son números espectaculares que transmiten una sensación diametralmente opuesta a la que se vive en el día a día en materia de consumo. La Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) relevó que las cantidades vendidas por los comercios minoristas los primeros 8 meses del 2017 acumulan una baja anual de -2,6%.
De los 18 rubros relevados en 1750 comercios de todo el país, en 6 se registró alza interanual, la mayor cantidad desde diciembre de 2015.
Las mayores bajas en la comparación agosto 2017-2016 se registraron en calzados (-2,8%), marroquinería (-2,9%) y textil e indumentaria (-2,2%)
A la consultora Kantar Worldpanel la contracción del consumo masivo le da parecido: -3% en el primer semestre.
Las 61 empresas distribuidas en todo el territorio nacional, con un total de 2.393 puntos de atención al público, que sigue la Encuesta de Supermercados del Indec, informaron retrocesos en los tickets, sobre todo de los híper. El Cronista Comercial reproduce una comparación que hizo el economista Federico Muñoz, titular del estudio que lleva su nombre, de lo que se consume en los 37 shoppings de Capital y el Gran Buenos Aires que releva el Indec en su informe sobre Centros de Compras y el gasto con tarjeta de los argentinos que van de shopping a Chile. Le da, tomando junio de 2017 con el mismo mes de 2016, que en el primer caso las ventas de cadenas comerciales del Gran Buenos Aires reportadas por el Indec representaron $ 3504 millones, en tanto que, según el Ministerio de Economía, Turismo y Fomento de Chile, en esos 12 meses los cruces cordilleranos les dejaron u$s 984 millones, que a un cambio promedio de $16 daría $15.744, o sea 4 veces y media más.  
Durante 2016  ya habían cerrado sus puertas 4.462 empresas y se perdió un total de 68.314 puestos de trabajo, según un informe difundido por el INDEC. Y si bien este año continuó la sangría comercial, sobre todo en las principales ciudades del interior, en el conglomerado metropolitano de Buenos Aires bajó la intensidad en general, pero se acentuó en locales de galerías comerciales.
Algunas de las particularidades en este aspecto fueron:
  • La cantidad total de locales habilitados bajó el 1%. Dentro de éstos, la cantidad de locales inactivos (en alquiler, abandonados o en refacción) creció el 24%.
  • La cantidad de salas de cine apenas menguó en dos: había 191 en junio de 2016 y hay 189 en junio de 2017. Sin embargo, el promedio de público que visita esas salas bajó de 9.362 a 5.560: el 40,6% de cinéfilos pochocleros menos.
Más allá de las consecuencias visibles que trajo la retracción del gasto privado en general, un reciente informe de KPMG detecta al consumidor eligiendo segundas marcas, en busca de una mejor relación entre precio y calidad, que opta por canales de venta mayorista y otras alternativas (como las ferias), visita una mayor cantidad de puntos de venta antes de comprar, presta más atención a las promociones y ciñe sus compras a un listado.
Este comportamiento explica que actualmente los canales electrónicos estén evolucionando muy favorablemente (entre 3% y 7%) en desmedro de los comerciales convencionales (los locales), ya que los consumidores navegan precios de manera más efectiva a través de las compras online.
Pero otra de las caras y las contracaras del consumo se manifiesta entre el dolarizado y el no dolarizado, con la línea de la pirámide del nivel socioeconómico (NSE) que le pasa "de sombrero" a la clase media.
De hecho, funciona una paridad cambiaria desdoblada: la que sitúa oficialmente los precios domésticos en los $17,50 y la que descuenta el atraso de la cotización respecto de diciembre de 2015 e imaginariamente los transporta a los $ 23,12 en que debería haber estado en junio.
Dólar atrasado
Según el último informe del Centro de Estudios de la Nueva Economía (CENE) de la Universidad de Belgrano, el tipo de cambio se encontraba, en pleno proceso de alzas de julio, atribuido a una reacción del mercado por la presentación a elecciones de CFK, un 3,7% atrás respecto de junio y 22,3% para toda la gestión del gobierno de Mauricio Macri.
Técnicamente el CENE estima la evolución del dólar hasta el presente, le agrega la inflación en Estados Unidos, medida por el índice de precios al productor; finalmente, la divide por la evol ución del Índice de Precios al Consumidor para el rubro servicios y le da el poder adquisitivo de la divisa, mientras por otro lado, la inflación local de los servicios aproxima la pérdida de valor del peso en términos de los bienes no comercializables.
No se trata sólo de tribulaciones estadísticas que ocurren en los laboratorios económicos o en la mente de las personas, sino que se comprueban en la sideral diferencia entre lo que cuesta comprar de un lado y otro de las fronteras.
"Hay una parte muy importante del consumo que se está manifestando en el exterior y no necesariamente en el plano local. Esto se debe principalmente al diferencial de precios que encuentran los consumidores al comparar un mismo producto acá o en otro país", resaltó a El Cronista Comercial  Esteban Domecq, presidente de la consultora Invecq.
Damián di Pace, especialista en c onsumo y comercio, estima que en Argentina es casi 158% más caro comprar tecnología que en otros países de la región. "En Brasil ronda el 58%, en Uruguay el 38% y en Chile, el 15%", compara.
IntegraGo realizó un sondeo entre los países latinoamericanos para saber en qué países - y qué categorías- es más barato comprar tecnología. Argentina quedó última en un relevamiento que incluyó 7 categorías, 14 marcas, 60 productos y 38 tiendas en ocho países.
Cuando se suman todas, el resultado da que en Argentina los precios son 123% más caros respecto a Estados Unidos, el mercado benchmark para esta clase de comparaciones.
El resto de los países presentan precios inflados pero no tanto: en Uruguay son 73% más caros; en Brasil 34%; en Chile, 33%; en Perú, 32%, en México, 25% y en Colombia solamente 10%.
En cuanto a la divisoria del consumo que se manifiesta en el NSE se revela en el dinamismo que están teniendo los sectores de venta de productos duraderos, como los automóviles y las motocicletas, que suben, ante la baja demanda en Brasil y por promociones del canal y las terminales.
Acumulan crecimientos de más de 30%; también el sector turístico está siendo gran canalizador de consumo; lo mismo que servicios, como la gastronomía, que exhibe un buen desempeño.
El comportamiento excepcional del mercado automotor entre tantos signos negativos del consumo se explica en que el creciente patentamiento de unidades se debe a que las propias fábricas tienen el permiso para abrir la ventanilla importadora y traen al país vehículos que están en liquidación en sus plantas en Brasil, a valores que, aún cargándoles una presión tributaria local de casi 50%, reúnen condiciones precio-calidad más competitivas que los producidos en Argentina. Tal es así que 7 de cada 10 de los que se inscriben en los registros de la propiedad del país provienen de afuera.
Y de los 10 modelos más vendidos, salvo la Hilux de Toyota y algunas de las Nuevo Sandero de Renault, el resto vienen de Brasil: Gol de Volkswagen, Onix de Chevrolet,, Peugeot 208, Toyota Etios, Ford Fiesta Kinetic, Prisma de Chevrolet, Palio de Fiat u Duster Oroch de Renault.    
Pero hay un dato aún más significativo en la economía automotriz que brindó el jefe de Sociedad de Ámbito, Horacio Alonso, y desnuda que no sólo el atraso cambiario afecta nuestra competitividad: el 92,5% de piezas e insumos que llevan los autos que salen terminados de las líneas de producción nacionales se importan de otros países, con lo cual el peso total extranjero en el auto made in Argentina es de 97%.
Ocurre que el 75% de las autopartes que se utilizan para la fabricación de un vehículo en las plantas locales -medido en unidades- son importadas y el 25% restante -en un cálculo optimista- son piezas producidas en el país, sostiene Alonso.
Dentro de la Asociación de Fábricas de Automotores (ADEFA), el diagnóstico se reparte en dos ejes que no se descartan entre sí, pero a los que adjudican distintos órdenes de importancia: para el titular de Volkswagen, Pablo Di Si, el meridiano pasa principalmente por la carga impositiva, mientras su colega de Toyota, Daniel Herrero, prioriza la incidencia comparativa de la mano de obra.
La tangibilidad del quiebre en el poder adquisitivo según su grado de dolarización se nota en que las importaciones del sector, medidas en toneladas, crecieron 40,3% entre junio de 2017 respecto del mismo mes de 2016, a lo que se agrega que en los comercios minoristas del rubro, la venta de ropa retrocedió 2,5% entre julio 2017 y julio 2016, y acumulaba -9,3% de caída entre el primer trimestre de 2017 e igual período de 2016, de acuerdo con el Semáforo de la Indumentaria Argentina, que lanzó la Cámara Industrial Argentina de la Indumentaria.
El equipo económico descubrió que si la recuperación salarial respecto de la inflación que le dieron las estadísticas este año tarda en reflejarse en el nivel general del consumo es porque la distribución es muy desigual y parte en mucho menos de la mitad a la población que mejora su capacidad de gasto y puede hacerlo respecto de la mayoría que aplica esa mejora en el poder adquisitivo a la subsistencia (alimentos y tarifas, en el caso urbano) y a pagar cuentas atrasadas.
El aumento de las jubilaciones del 13,32% dispuesto, que se empieza a cobrar este mes, contrabalancea el consumo con $ 50.000 millones que principalmente irán a parar a necesidades básicas insatisfechas.

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