CENTRO DE ESTUDIOS DE LA NUEVA ECONOMÍA CENE


SE COMPLICA EL ESCENARIO

Cae casi 7% el Índice de Confianza en el Sistema Financiero

De acuerdo al más reciente reporte del Centro de Estudios de la Nueva Economía (CENE) de la Universidad de Belgrano, volvió a caer el Índice de Confianza en el Sistema Financiero, ahora 6,7% intermensual. En tanto, Luis Varela, desde Sabere.Invertir.com.ar/ explicó el regreso del dólar blue y el tobogán de los bonos públicosw argentinos.
El gráfico de SaberInvertir.com.ar/ coincide con la estadística del CENE.

N. de la R.. El Índice de Confianza en el Sistema Financiero (ICSF), que calcula el Centro de Estudios de la Nueva Economía (CENE) de la Universidad de Belgrano, cayó 6,7% en noviembre respecto de octubre y 3,2% con relación a igual mes de 2015. 

“El retroceso experimentado en noviembre refleja la caída verificada en los depósitos a plazo fijo tanto en pesos como en dólares, pese al incremento de la base monetaria. La caída de las tasas de interés impulsada por el Banco Central se tradujo en un retiro de depósitos y una mayor demanda de dólares”, dijo al respecto Víctor Beker, director del Centro de Estudios de la Nueva Economía (CENE) de la UB.

Cabe recordar que el Índice de Confianza en el Sistema Financiero (ICSF) se construye dividiendo el monto de depósitos a plazo fijo del sector privado por el de la base monetaria. Se adoptó como valor 100 el que dicho índice tuvo en 1996, considerando el total de plazos fijos tanto en pesos como en dólares.

Acerca de la coyuntura, muy importante lee r a Luis Varela en SaberInvertir.com.ar/

En otra semana complicada, con viento en contra desde afuera y una ventisca arremolinada puertas adentro, el mercado argentino experimentó un escenario con fuerte suba para el dólar blue, dólar oficial frenado artificialmente, brecha cambiaria nuevamente en alza, inversores saliendo de las operaciones con tasa de interés y acciones y bonos con cotizaciones a la baja, algunas con descensos tan pronunciados que ya empiezan a tener precios ridículos.

El mosaico financiero es tan complejo que hay que separar los escenario para intentar entender hacia dónde van las cosas:

En el exterior se dio lo que se esperaba. La Reserva Federal de EE.UU. subió su tasa por préstamos a un día (overnight) de 0,5 a 0,75% anual. Pero lo sorpresivo de este movimiento fue su advertencia: Janet Yellen dijo que en 2017 la FED duplicará su tasa de interés, llevándola de 0,75 a 1,5% anual.

Obviamente, en un juego de póker muy conocido, a algunos operadores la advertencia de Yellen les sonó a amenaza: piensan que en vez de realizar tres subas de tasa en 2017 realizará sólo dos, y que posiblemente la tasa de la FED llegue solo a 1,25%. Pero claro, todo dependerá también de la inflación global: si el petróleo pega otro salto, la tasa puede llegar a tener incluso más presión que en este momento.

Con el movimiento de la FED ya realizado, la tasa larga de EE.UU. ya subió de 1,4 a 2,6% anual, la tasa promedio mundial pasó de 2,4 a 2,9% anual y la tasa larga argentina pasó de 6,2 a 7,2% anual (arriba nuestro están sólo los mexicanos, que tiemblan por Trump).

El factor Trump

Con este cuadro, los operadores se preguntan: conocida la movida y el aviso de la FED, ¿qué puede pasar con Trump en la Casa Blanca a partir del 20 de enero? ¿Qué ocurrirá a fines de marzo con la efectivización del Brexit? Además, si la FED sube la tasa a un día al 1,5%, ¿hasta donde puede llegar la tasa larga de EE.UU.? ¿al 4% anual? Si eso pasa, ¿la tasa argentina puede subir al 9% o al 10% anual, tal como estaban a mediados del año pasado?

Con todas esas dudas a futuro, el mercado de monedas sigue entregando temblores muy consistentes. Por supuesto, con los bonos de la FED pagando 2,6% anual, los títulos del Tesoro estadounidense se convirtieron en una verdadera aspiradora de capitales. Inversores de todo el mundo desarman posiciones en otro tipo de colocaciones y se van al dólar, por lo que el billete verde subió otro escalón esta semana.

Con el triunfo de Trump, el 8 de noviembre pasado, el dólar ya había subido fuerte en America latina, pero luego se había tranquilizado, pero esta semana -con la nueva tasa de la FED- el billete volvió a afirmars e: llegó contra el euro a su valor máximo de 14 años, contra el yen a su máximo de 11 meses y en América latina (tras la pausa de fines de noviembre, vuelve a entonarse y a testear los máximos post triunfo de Trump.

En números concretos, esta semana el dólar subió 3,3% en Chile, 2,4% en la cotización blue de la Argentina, 2,2% contra el yen, 1% contra el euro, 0,9% contra el franco suizo, 0,7% contra la libra, 0,6% contra el yuan, 0,4% contra el real brasileño y, lo que es más sorprendente, no tuvo modificación en la cotización oficial de la Argentina, punta a punta se mantuvo en 16,19 pesos.

Regresa el dólar blue

En el balance de lo que va de diciembre, el dólar sube 3,3% en la cotización blue de la Argentina, 3% contra el yen, 1,4% contra el euro, 0,9% contra el franco suizo, 0,7% contra el yuán y apenas 0,5% contra el tipo de cambio oficial argentino. ¿Por qué se produjo una diferencia tan grande entre el dólar oficial y el blue? ¿Y sobre todo qué puede pasar de aquí en más?

Frente a eso, cada país elige su propia estrategia. Hay naciones que dejan sus tipos de cambio a la evolución flotante, según lo que van decidiendo millones de inversores. Y otros países que deciden intervenir: China, por ejemplo, salió a imponer restricciones cambiarias para evitar el desbarranque del yuán. Puso un límite para las remesas al exterior que pueden cursarse sin obtener una autorización estatal específica: ese límite es el equivalente a cinco millones de dólares.


Con todo este cimbronazo en tasas y monedas, los commodities actuaron en consecuencia. El petróleo, gracias a los acuerdos orquestados por la OPEP para cerrar grifos desde enero, acaba de subir hasta 52 dólares, con un avance del 6% en la primera mitad de diciembre.

Los metales preciosos fueron heridos por la suba de tasas de la FED. El oro bajó 3,2% en la primera mitad de diciembre y ya pierde 16% desde julio. Y la onza de plata achicó 2,3% en diciembre y ya se derrumba 20,6% desde julio.

Los metales básicos, que habían brillado en noviembre cuando Trump confirmaba que iba a llenar a EE.UU. con obra pública, evolucionaron este mes de manera mucho más tranquila, por lo que se mantienen en zona de máximos de un año y medio: en lo que va de este mes el cobre baja 1,6%, el aluminio sube 0,6% y el níquel gana 1,5%.

Por suerte, como el mejor de los datos que puede recibir la Argentina, en medio de una cosecha que viene en récord, con las alforjas llenas, los precios de los granos resisten pese al súper dólar: en los últimos meses la soja subió de 350 a 380 dólares por tonelada y por ahora se mantiene.

Ganancias alimenta la desconfianza

Obviamente, para entender bien las cosas, a todo ese cuadro externo hay que agregar todo lo que pasa puertas adentro: Según expresaron de manera reiterada varios operadores y analistas del mercado local, el blue sube porque los inversores ven que la presión tributaria no cederá. Es mas, esta semana empezó a correr el rumor de que se vienen otros dos tijeretazos: se modificará el impuesto a la herencia y se implementará un impuesto a las bebidas alcohólicas.

Pasmados, los inversores argentinos ven que Macri -el político que hasta ahora se mostró como el mas amigable posible con el mercado- tampoco baja el gasto. Lo cambia de lugar, lo transfiere, pero no lo achica. Frente a eso, la gente, harta, vuelve al negro: vuelve a ocultar una parte de lo que vende y, además, por toda esta discusión sobre impuestos se pone en juego una buena parte del éxito del blanqueo.

Es mas, por directa amenaza de un impuesto a los plazos fijos, el stock en ese tipo de herramienta acaba de bajar en nada menos que 30.000 millones de pesos, pasó de 717.000 a 687.000 millones de pesos. Y eso ocurre con el proyecto ómnibus de Ganancias todavía sin solución...

¿Cómo se entiende lo que está ocurriendo? Macri sabe que prometió eliminar Ganancias. También sabe que fue votado para que haga recortes en el gasto público excesivo. Pero ya pasó un año y ni eliminó Ganancias ni recortó el gasto. Por supuesto, no elimina Ganancias porque el rojo fiscal es enorme. Tomando en cuenta Nación, Provincias, Municipios y Banco Central, el bache llega al 12% de PBI.

Y lo más grave de todo es que para que el rojo fiscal no sea tan grande, el Presidente empezó a postergar pagos en la obra pública: las grandes constructoras no están cobrando sus facturas. O sea, Macri no recorta gastos, sino que los posterga, para cerrar el año con un número imaginario menor. Con forceps y maquillaje, quiere mostrar como sea un rojo nacional que se parezca a un 5% del PBI.

Pero todo lo que no pague en el cierre del año lo pagará en el primer trimestre siguiente, o las obras públicas empezarán a paralizarse. Además, ni las provincias ni los municipios pueden hacer lo mismo: en esas jurisdicciones los gastos son casi todos salarios y jubilaciones.

Y debajo de toda esa estructura están las empresas públicas. Con YPF, por ejemplo, pasa algo parecido. Está reduciendo 11% sus inversiones de este año y, al mismo tiempo, sale a tomar deuda: aprobó la emisión y coloc ación de Obligaciones Negociables (ON) por 1.000 millones de dólares, en el marco de un programa global que autoriza a la compañía a tomar deuda por 10.000 millones de dólares, lo tiene que hace porque tiene por delante vencimientos de deuda kilométricos.

Y para los ciudadanos que aprueban la suba de determinados impuestos, porque no poseen ese tipo de tenencias o consumos, les viene otra sorpresa: Macri prepara otro sablazo con los servicios públicos y otras tarifas para marzo-abril. La nafta subirá 8% en enero y luego aumentará cada tres meses. La idea será la misma, que todos pongan mas, sin que recorte gastos en el sector público. No puede hacerlo, por gobernabilidad.

Por eso, el Presidente está haciendo equilibrio en una cuerda floja a gran altura. No puede dejar de darle dinero al descomunal gasto público porque si lo hace no gana en octubre de 2017 y su iniciativa política habrá terminado. C ree que los que los votaron no votarán a otro, y hace lo que sea para que los que no lo votaron, lo terminen votando.

Basta de más impuestos

Frente a esa estrategia, la gran pregunta es: ¿puede aparecer alguien que se ponga más a favor del ciudadano individual, y no del ciudadano grupal? En EE.UU. ya le dieron un cachetazo a los partidos demócrata y republicano. Los Yankees acaban de iniciar un experimento votando al inesperado Trump. Lo hicieron temblando, no saben cómo les irá. A partir del 20 de enero empezaremos a ver de qué se trata...

En este mercado, como ocurría con Hillary Clinton en EE.UU., los privados están hasta el techo de pagar impuestos. Hartos, empiezan a negrear ventas, le dan la espalda al Gobierno y se van al dólar: compran en el canal oficial todo lo que pueden, pero el Gobierno, para frenar la corrida, instruyó a los bancos oficiales para que salgan a vender y que con eso el dólar oficial baje artificialmente.

O sea, otra mentira. Nada de flotación: es flotación mientras las cosas van como al Gobierno le gustan, pero cuando el devenir de los negocios va de otro modo, terminó la flotación y empieza la intervención... La historia vuelve a repetirse... esto lo vimos cientos de veces los argentinos.

La derivación tiene siempre la misma dirección. Como cobran muchos impuestos, la gente va al negro, compra dólares donde puede y la brecha cambiaria se acaba de estirar al 3%, la diferencia más grande de los últimos siete meses.

Y el negreo, por supuesto, no es solo irse al dólar: tener un empleado en blanco significa 70% más caro que tener a un empleado en negro. Con esa estructura, un estudio de la UCA informó que más de la mitad de los trabajadores argentinos está en la informalidad: específicamente, el 51,3% de los ocupados mayores d e 18 años tiene un trabajo informal. Algunos miembros del PRO que se bajaron para irse más a la derecha advierten: "se tiene que fijar una estructura de impuestos racional y no expropiatoria. Si es abusiva, todo vuelve al negro.

Para peor, como el gasto público sigue empujando, la inflación se resiste. Las mediciones privadas dan 1,9 o 2% en noviembre, y el INDEC midió menos por segundo mes consecutivo: 1,6% en noviembre. Y esto sucede con muchas empresas achicando envases de sus productos para disimular la inflación.

El hombre medio, ya pisoteado cientos de veces, resopla: "El INDEC mide menos, la brecha cambiaria se amplia. ¿Se fue Cristina? ¿Cambiamos en algo? Si esto no es K, los K donde están".

Tal como ocurre cada mes, sin que nadie lo crea demasiado, analistas vinculados al Gobierno salen a decir que el mes nuevo viene más tranquilo. Afirman que diciembre viene con una suba que apunta al 1,4% mensual, a pesar de ser un mes con muchos gastos. Y todos sabemos que estacionalmente enero, febrero y marzo siempre están más entonados.

El Banco Central sigue hablando de 17% anual en la suba de precios para todo el 2017 y los privados no bajan del 24%. Ahora se viene la gran discusión por los alquileres: cerramos el año con una inflación anual del 43%. Habrá problemas.

Frente a todo eso, para contrarrestar una recesión que no termina, las tasas dejaron de bajar. Los plazos fijos pagan entre 16,5 y 18% anual y las Lebac pagan 24,75% en el tramo más corto y 22,88% en el más largo. Pero entre la inflación y la desconfianza, las tasas no tientan y los inversores están de retirada.


El riesgo-país
De ese modo, entre lo que pasa afuera y lo que pasa adentro, el riesgo país de la Argentina sigue subiendo. El Gobierno dice que es por Trump. Y es cierto, Trump genera mucho temor. De hecho, un estratega como Paolo Rocca el titular de Tenaris (del grupo Techint) acaba de vender su negocio de conductores eléctricos de acero en Norteamérica, conocido como Republic Conduit, por 335 millones de dólares, libre de caja y deuda. Pero lo que pasa en la Argentina no es solo por Trump, y Macri lo sabe.

Uno de los principales bancos de Wall Street advirtió que las reformas macroeconómicas que hizo la Argentina este año no se traducirán necesariamente en un fuerte crecimiento económico y puso en duda la posibilidad de una mejora en la situación fiscal el año próximo. 

El Credit Suisse anticipó que tiene menos confianza "de que los sacrificios económicos de 20 16 aporten crecimiento y éxito en las elecciones de medio término del año próximo", ya que "la recesión ha sido mayor y más larga de lo que anticipamos, lo que reduce las perspectivas de crecimiento para 2017".

Según la calificadora Moody's, las medidas realizadas por el Gobierno este año sientan las bases para la recuperación económica, pero advierte: "Si Macri no logra bajar el déficit en los próximos meses, va a haber problemas". Y detrás de esto, el Banco Santander, que había pronosticado para este año un crecimiento del PBI argentino del 4%, bajó su expectativa a sólo 3%.

Guillermo Calvo, ex economista jefe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y Roque Fernández, ex ministro de Economía, alertaron sobre el difícil escenario externo que afronta la Argentina, de subas en las tasas de interés y escasez de capitales dispuestos a invertir, y subrayaron que es preciso bajar el gasto público y el déficit fiscal.

"Fuimos muy favorecidos (en la última década) por flujos de capitales muy abundantes que empezaron a caer, lentamente, pero podría ser más rápidamente. Por eso es necesario mirar las vulnerabilidades (internas): hay muy poco ahorro", indicó Calvo, quien puso de relieve que "las cosas pueden empeorar, y hay serias razones de que eso puede suceder".

Por eso Roque Fernández afirmó que "es necesario bajar el gasto público, los impuestos y reducir el déficit fiscal". Además sostuvo que "en Argentina existe el prejuicio de que los salarios no son ingresos", y remarcó que "por eso no se les aplica la ley del impuesto al ingreso (Ganancias)".

A todo esto, el país está por recibir el resultado de una noticia esperada durante todo el año: en pocos días se verá cuán exitoso fue el blanqueo. Seguramente dará un número importante, a pesar de los sustos de los últimos días. En este punto debe decirse que el grueso d e los capitales que se están blanqueando no lo hacen por apoyo a Macri, sino porque los bancos internacionales les advirtieron a los inversores que bloquearán sus cuentas si no cumplen con sus respectivos departamentos de impuestos. Lo hacen porque fueron multados. Avisaron que si el dinero no está en blanco, no dejarán moverlo. Y la respuesta está empezando a verse: los inversores van al negro, pero no podrán dinero nuevo en esas entidades.

Con este esquema, los analistas en impuestos dicen que en definitiva se blanquearán unos 60.000 millones de dólares, dos tercios pagando la multa correspondiente y un tercio comprando bonos a siete años para eludir la multa. Con eso, la AFIP puede recibir vía blanqueo unos 4.000 millones de dólares por multas pagadas y unos 6.000 millones de dólares por compra de bonos. Por lo que la entrada efectiva será de unos 10.000 millones de dólares. Nada mal, pero casi todo eso se irá con los pagos a los jubilados, aunque a hí hay otro rulo de Macri: les dicen a los jubilados que vayan al ANSeS a reclamar lo suyo, pero una vez ahí la mayoría se encuentra con que no tiene derechos a mayores cobros por algún tipo de impedimento...



Bonos en el tobogán

Con todo ese ese cuadro, los papeles argentinos, acciones y bonos, siguen colocados en un tobogán descendente. Macri, las provincias y los municipios colocan tantos papeles de deuda que los bonos argentinos siguen bajando. La tasa a 10 años ya subió un punto, de 6,2 a 7,2% anual, y hay operadores que la ven en el 9%, lo cual indica que los bonos van a seguir bajando.

Con semejante empapelado de bonos, la deuda pública, que Cristina Kirchner había dejado en niveles bajos, crece de manera peligrosa con Macri: el endeudamiento público ya suma 264.600 millones de dólares con cifras al 30 de septiembre del Ministerio de Economía. 

Respecto a diciembre de 2015, hubo un aumento de sólo 10.634 millones de dólares. Pero ese número también es engañoso: no incluye lo que adeudan las provincias y tampoco la deuda del Banco Central en LEBAC que ronda el equivalente a 45.000 millones de dólares.
Durante el 2017 se acumula el 15% de los vencimientos de deuda que tiene el país. Abril y junio son los meses con más compromisos. Y, computando el rojo fiscal, se espera que Macri deba contraer deuda nueva por unos 55.000 millones de dólares. De ahí que el riesgo argentino, que había bajado hasta 420 puntos, esté otra vez arriba de 510 puntos, y que haya gran riesgo de que el país siga siendo otro año país de frontera, y no país emergente como se esperaba hasta setiembre pasado.

Y si a los bonos les fue mal, a las acciones les fue peor. En el balance semanal, la Bolsa de Madrid logró subir 2,7%, Tokio ganó 2,1%, Nueva York mejoró 0,2%, pero todas las Bolsas latinoamericanas bajaron: Santiago de Chile perdió 1,2%, San Pablo 3,5%, Buenos Aires 3,7% y México 3,8%.

En en balance de diciembre, Madrid es la que mas sube con un avance del 8,3%, Frankfurt 7,2%, Tokio 6%, Nueva York 3% y Santiago de Chile 0,2%. México achica 0,4%, pero las Bolsas del Mercosur bajaron mucho: Buenos Aires retrocedió 5% y San Pablo 5,7%. Medidas en dólares, las acciones argentinas caen nada menos que 15% desde mediados de octubre, volvieron a precios de julio pasado

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