AUTOS ELÉCTRICOS: EL FUTURO AL ALCANCE DE LA MANO
Posted: 10 Jan 2017 03:23 PM PST
Los coches del futuro se conducirán solos, tendrán puertas que se abren hacia arriba y un asistente personal, para darle todas las órdenes que puedas imaginar mientras disfrutas de un viaje sin preocupaciones y, además, solo tendrás que cargarlo, como a un móvil, para poder usarlo. Un momento, esto último no es una realidad tan lejana o eso defiende Bloomberg, que cree que los vehículos eléctricos llegarán a ser tan populares que causarán una crisis del petróleo.
Mucho se ha hablado de cómo afecta el auge de las energías renovables al petróleo, y al revés. Es decir, qué pasa cuando el precio del petróleo cae y no es necesario depender de fuentes alternativas. Sin embargo, el crudo no juega en la misma liga que la energía solar y la eólica, cumplen papeles diferentes: el oro negro se utiliza para el transporte y las energías verdes para generar electricidad.
En algún momento los expertos pensaron que el petróleo se estaba acabando (teoría del pico del petróleo) y, más allá de factores medioambientales, vieron la urgencia de conseguir fuentes de energía alternativas. Nada más alejado de la realidad: el fracking, las zonas de aguas profundas y las arenas bituminosas han creado momentos de sobreabundancia en los últimos meses. Resulta que hay mucho más crudo del que los expertos pensaban, solo hay que saber buscar.
Entonces… que pasaría si en vez de quedarnos sin petróleo empezásemos a prescindir de él por voluntad propia. Según las cifras de Bloomberg, en todo el mundo hay 1,200 millones de coches en circulación y, de momento, esta cifra no para de aumentar, impulsada por las economías en desarrollo y los países emergentes, como China. Por su parte, Estados Unidos y Europa se reparten la mitad del parque de automóviles del mundo, liderando el mercado.
Este escenario, sin embargo, podría cambiar de forma radical en menos tiempo del que imaginamos, 2022 es el año de la revolución, cuando los coches eléctricos llegarán para quedarse. En 2015 el precio de las baterías -que supone entre el 30% y el 50% del coste total del vehículo- cayó un 35% y parece que la tendencia seguirá a la baja, hasta que los vehículos eléctricos sean igual de asequibles que los de gasolina en los próximos seis años, según un nuevo análisis del mercado de los coches eléctricos; ya en 2040 estos vehículos costarán alrededor de 22,000 dólares y el 35% de los coches serán eléctricos.
La industria del petróleo no parece tener la más mínimo preocupación y no podemos culparles, los coches eléctricos solo representan en la actualidad un 0,001 del total de vehículos que circulan por las carreteras de todo el mundo. Los gigantes de los automóviles (Tesla, Toyota, Volkswagen) están haciendo un esfuerzo por crear, fabricar y diseñar cada vez mejores modelos, sobre todo con más autonomía, impulsando así la venta de coches respetuosos con el medio ambiente.
Y esto está ayudando al sector, que el año pasado creció un 60%, cifra de la que parten los cálculos de Bloomberg que afirma que, si ese crecimiento anual se mantiene, en 2023 los coches eléctricos podrían reducir la demanda de barriles de petróleo hasta en dos millones al día, causando una crisis parecida a la que se originó en 2014. Buenas noticias para los inversores de petróleo porque las fluctuaciones que se pueden producir en el precio del crudo podrían jugar a favor de los inversores y, así como aumentaría su volatilidad, lo haría también el potencial de ganancias.
¿La energía y el petróleo se dirigen, entonces, a un futuro incierto? Los expertos han hablado. Recientemente tuvo lugar en Estambul el 23º Congreso Mundial de la Energía, donde Jefes de Estado, ministros de Energía e importantes empresas se dieron cita para llegar a la conclusión de que la transición energética no tendrá nada que ver con el fin del petróleo. En la cumbre desarrollaron tres escenarios sobre la evolución del mundo en los próximos 50 años. El primero de ellos plantea un crecimiento económico mundial sostenible, solo porque ese cambio resulta favorable. En el segundo supuesto la fuerza que llevaría al cambio ya no es la conveniencia, sino una coordinación global. Por último, el tercer caso presenta un escenario donde los países no cooperan y solo cumplen con los objetivos de desarrollo sostenible si les interesa.
El mundo se dirige hacia un cambio de rumbo -influido por los constantes avances en tecnología- y los coches eléctricos forman parte de él. Ya lo hemos visto antes con la llegada de los ordenadores, la televisión y tantos otros inventos que parecían sacados de la ciencia ficción y que acabaron formando parte de la vida diaria de las personas. La transición hacia las energías limpias no será radical, pero sin duda afectará a otras fuentes más contaminantes, de igual forma que los coches eléctricos obligarán al petróleo a buscar una nueva razón de ser.
Mucho se ha hablado de cómo afecta el auge de las energías renovables al petróleo, y al revés. Es decir, qué pasa cuando el precio del petróleo cae y no es necesario depender de fuentes alternativas. Sin embargo, el crudo no juega en la misma liga que la energía solar y la eólica, cumplen papeles diferentes: el oro negro se utiliza para el transporte y las energías verdes para generar electricidad.
En algún momento los expertos pensaron que el petróleo se estaba acabando (teoría del pico del petróleo) y, más allá de factores medioambientales, vieron la urgencia de conseguir fuentes de energía alternativas. Nada más alejado de la realidad: el fracking, las zonas de aguas profundas y las arenas bituminosas han creado momentos de sobreabundancia en los últimos meses. Resulta que hay mucho más crudo del que los expertos pensaban, solo hay que saber buscar.
Entonces… que pasaría si en vez de quedarnos sin petróleo empezásemos a prescindir de él por voluntad propia. Según las cifras de Bloomberg, en todo el mundo hay 1,200 millones de coches en circulación y, de momento, esta cifra no para de aumentar, impulsada por las economías en desarrollo y los países emergentes, como China. Por su parte, Estados Unidos y Europa se reparten la mitad del parque de automóviles del mundo, liderando el mercado.
Este escenario, sin embargo, podría cambiar de forma radical en menos tiempo del que imaginamos, 2022 es el año de la revolución, cuando los coches eléctricos llegarán para quedarse. En 2015 el precio de las baterías -que supone entre el 30% y el 50% del coste total del vehículo- cayó un 35% y parece que la tendencia seguirá a la baja, hasta que los vehículos eléctricos sean igual de asequibles que los de gasolina en los próximos seis años, según un nuevo análisis del mercado de los coches eléctricos; ya en 2040 estos vehículos costarán alrededor de 22,000 dólares y el 35% de los coches serán eléctricos.
La industria del petróleo no parece tener la más mínimo preocupación y no podemos culparles, los coches eléctricos solo representan en la actualidad un 0,001 del total de vehículos que circulan por las carreteras de todo el mundo. Los gigantes de los automóviles (Tesla, Toyota, Volkswagen) están haciendo un esfuerzo por crear, fabricar y diseñar cada vez mejores modelos, sobre todo con más autonomía, impulsando así la venta de coches respetuosos con el medio ambiente.
Y esto está ayudando al sector, que el año pasado creció un 60%, cifra de la que parten los cálculos de Bloomberg que afirma que, si ese crecimiento anual se mantiene, en 2023 los coches eléctricos podrían reducir la demanda de barriles de petróleo hasta en dos millones al día, causando una crisis parecida a la que se originó en 2014. Buenas noticias para los inversores de petróleo porque las fluctuaciones que se pueden producir en el precio del crudo podrían jugar a favor de los inversores y, así como aumentaría su volatilidad, lo haría también el potencial de ganancias.
¿La energía y el petróleo se dirigen, entonces, a un futuro incierto? Los expertos han hablado. Recientemente tuvo lugar en Estambul el 23º Congreso Mundial de la Energía, donde Jefes de Estado, ministros de Energía e importantes empresas se dieron cita para llegar a la conclusión de que la transición energética no tendrá nada que ver con el fin del petróleo. En la cumbre desarrollaron tres escenarios sobre la evolución del mundo en los próximos 50 años. El primero de ellos plantea un crecimiento económico mundial sostenible, solo porque ese cambio resulta favorable. En el segundo supuesto la fuerza que llevaría al cambio ya no es la conveniencia, sino una coordinación global. Por último, el tercer caso presenta un escenario donde los países no cooperan y solo cumplen con los objetivos de desarrollo sostenible si les interesa.
El mundo se dirige hacia un cambio de rumbo -influido por los constantes avances en tecnología- y los coches eléctricos forman parte de él. Ya lo hemos visto antes con la llegada de los ordenadores, la televisión y tantos otros inventos que parecían sacados de la ciencia ficción y que acabaron formando parte de la vida diaria de las personas. La transición hacia las energías limpias no será radical, pero sin duda afectará a otras fuentes más contaminantes, de igual forma que los coches eléctricos obligarán al petróleo a buscar una nueva razón de ser.
Beatriz Díaz es periodista, especializada en información de agencia.
Ha escrito en una revista, disfrutado en la radio y trabajado en la delegación londinense de una agencia de prensa
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