OBLIGAN A LOS COMERCIOS A DIFERENCIAR PRECIOS CONTADO Y PRECIOS CON TARJETA
Desde el próximo miércoles 01/02 los comerciantes estarán obligados a mostrar en sus vidrieras cuál es el precio de contado y el financiado con tarjeta.
Se trata de un régimen informativo con el que se pretende diferenciar en los valores las modalidades de pagar en efectivo o tarjetear, que en el gobierno estiman que estarían en el orden del 15% al 20%.
Basa ese cálculo en ejercicios monetarios que preparó el Banco Central en los que comparan el movimiento del dinero cash y del bancarizado para llegar a una conclusión: hay una cantidad superior a la normal de billetes retenidos por el público vs. una mayor rotación relativa dentro del sistema financiero, lo cual se lee como que el consumo con tarjeta se encuentra sobreincentivado y el contante y sonante se estira lo que cada uno puede para que alcance hasta fin de mes.
Le hubiera bastado a “Pancho” Cabrera ver cómo hacían los supermercados ante sus narices para ganar fortunas con la martingala entre la política de remarcación de precios y la de descuentos (2x1, 30,50, 70% off, etc.) que aplicaban según el día de la semana, gracias a convenios con las tarjetas de crédito, para darse cuenta cómo funcionaba el juego de pinzas entre la inflación y el consumo.
Otra muestra la hubiese podido extraer, tambi én, de los excepcionales éxitos de ventas de los Cyber Monday, Black Friday y de las ofertas online en las páginas que las reúnen en internet.
Parecía un mundo aparte el denominado e-commerce, que crecía a tasas superiores al 50% (claro que con una base aún baja), en contraste con la desolación del presencial, que retrocedía más del 5%.
Tampoco era difícil de interpretar el trasfondo de la guerra que la Cámara de la Mediana Empresa (CAME) le declaró a las entidades administradoras de plásticos por las comisiones en transacciones financiadas, con la Secretaría de Comercio, a cargo del pariente del jefe de Gabinete, Miguel Braun, como uno de los teatros de operaciones junto al Congreso de la Nación.
Por si todas estas evidencias no alcanzaron para trazar un cuadro de situación estaba el titular de la ONGConsumidores L ibres, Héctor Polino, diciendo por todos los programas de televisión y radios que “en los últimos tiempos a raíz de la pérdida del poder adquisitivo de los salarios y haberes jubilatorios, y a un menor nivel de la actividad económica, los negocios en general y las cadenas de supermercados están incentivando las ventas a través de tarjetas de créditos en cuotas”. Y alertaba sobre la existencia, la mayoría de las veces, de varios precios: de lista, de contado y en cuotas, ya que se vendía en 3, 6, 12 y hasta 24 mensualidades sin interés, aunque no tanto, porque en realidad el costo que se terminaba pagando le daba vuelta y media a la tasa bancaria.
A la postre, Cabrera repitió el argumento: las opciones de pago que se promocionan como "cuotas sin interés" encierran un gasto adicional oculto: "Hoy no hay cuotas sin interés; hay cuotas con interés oculto", aseveró.
Precios explicitados
En la conferencia de prensa que dio en la Casa Rosada junto con el secretario de Comercio, Miguel Braun, y los diarios reproducen en las portadas de este miércoles 25/01, cuando se publica en el Boletín Oficial la disposición que obliga a transparentar los precios, el ministro transmitió -aunque con delay- que "se da la situación de que, si uno compra al contado un producto durable que tiene una oferta en cuotas, está pagando implícitamente una parte del costo de financiamiento que ya hoy tienen esos productos".
Y justificó la resolución anunciada en que “apunta a diferenciar el precio contado del costo de financiamiento y obliga a que los comercios tengan que exhibir claramente lo que es el precio contado del producto, el valor de cada cuota que tiene que pagar y el costo de financiamiento total implícito en el financiamiento con cuotas".
Desarrolló como ejemplo figurado que si un jean hoy cuesta $ 1.200 cualquiera que sea la modalidad de pago, bajo la hipótesis de que los comercios incluyen en el precio el valor del financiamiento, su costo al contado será de $ 1.054. Pero si se lo adquiere en 12 cuotas de $ 105,83 cada una, con un costo financiero total del 42,9%, terminará desembolsando casi $ 1.270.
El objetivo planteado de "incentivar la competencia y el consumo y bajar los valores de contado" es loable y obedece a una lógica ancestral de los mercaderes, que la inestabilidad de los precios relativos que ocasionan los procesos inflacionarios obstaculiza. Siempre interactúan las listas de precios con las ofertas de contado y, en general, la tasa de interés las diferencia. Los of f (rebajas) forman parte de las prácticas habituales: en países de alta rotación donde habitualmente se los aplica en cambios de temporada, de stocks o de fabricación, y en tiendas del mundo persa en las que se ejercita el libre juego de la oferta y la demanda.
El Ministerio de Producción interviene en el modo de publicitar las alternativas que ofrece el comercio a los consumidores, al disponer que a partir del 01/02, cuando los precios se exhiban financiados, se indique la cantidad y monto de cada una de las cuotas, el costo financiero total (CFT) y el precio de contado.
O sea que en el cartelito de las vidrieras deberá figurar que un artículo se vende en X cuotas de X cada una, valor total X. O al contado en X menos. Casi un manifiesto. En todo caso desaparece que sea “sin interés”, lo cual es considerado engañoso.
Asociaciones de consumidore s consultadas por la web del diario Ámbito Financiero celebraron la resolución porque habrá "más información", pero no abrigan demasiadas esperanzas de que su puesta en marcha provoque una caída de los precios de los productos, tal como afirman en el gobierno que será entre el 15% y 20% en el pago de contado.
Los usuarios de exitosos planes como el Ahora 12, o aquellos que exprimen las tarjetas de crédito que generosamente les entregan los bancos, toman como excusa la promoción del financiamiento sin interés que brindan para armar una rueda de diferimientos en los pagos que le permitan consumir por encima de sus ingresos. Y aunque, en general, se daba por sentado que la tasa de interés, entre 20% y 30%, era anticipada e integraba el precio de lista, la decisión de compra respo ndía más al monto de cada cuota y a la cantidad de tiempo en que habría que pagarla antes que al valor final.
El Ahora/12 fue un invento del kirchnerismo que promocionaba la adquisición de bienes y servicios de 14 rubros distintos en más de 100 mil negocios de todo el país, en 12 cuotas sin interés con tarjeta de crédito. En agosto último, al evaluar que desde su implementación había movilizado más de $85 mil millones en más de 39 millones de transacciones, el gobierno de Macri no se atrevió a tocarlo, sino que decidió extenderlo por 3ra vez desde su creación hasta el próximo martes 31/01. Hasta le incluyó juguetes y juegos de mesa de manera permanente entre los rubros.
El Ahora/12 fue un invento del kirchnerismo que promocionaba la adquisición de bienes y servicios de 14 rubros distintos en más de 100 mil negocios de todo el país, en 12 cuotas sin interés con tarjeta de crédito. En agosto último, al evaluar que desde su implementación había movilizado más de $85 mil millones en más de 39 millones de transacciones, el gobierno de Macri no se atrevió a tocarlo, sino que decidió extenderlo por 3ra vez desde su creación hasta el próximo martes 31/01. Hasta le incluyó juguetes y juegos de mesa de manera permanente entre los rubros.
En todo el año pasado, los planes de compra con tarjeta de crédito Ahora 12 y Ahora 18, principalmente en Librería, Línea Blanca, Anteojos y Teléfonos Celulares 4G, totalizaron 26 mil lones de operaciones, equivalente a $70.000 millones y en diciembre se alcanzó el récord de $10.870 millones de recaudación, un verdadero oasis en medio de tanta mishiadura comercial.
La financiación del plan es parte de un acuerdo entre: comercios, tarjetas de crédito, bancos y el Estado. Mientras que el Ministerio de Economía establece el marco legal para implementar la medida, el Banco Central de la República Argentina (BCRA) define los encajes bancarios que las entidades pueden disponer una tasa preferencial en las tarjetas, o sea que el BCRA termina cubriendo la diferencia, además de que los comercios aportan el 10% de tasa.
El ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, le echó el ojo a ese subsidio y la norma para transparentar precios y financiación a partir de la semana próxima que anunció su colega “Pancho” Cabrera va en línea con un eventua l réquiem de los Ahora 12 y 18.
Y como el uso de los plásticos conlleva el desembolso de comisiones que, en el caso del efectivo, no ocurrirían, naturalmente entraña, como mínimo, la existencia de precios diferentes a cualquier alternativa de pago incluida en el contado.
Que en el sistema del Ahora 12 se hacía cargo el Banco Central de compensar la tasa y, en caso de no prorrogarse nuevamente, quedaría a repartir entre oferta y demanda. De ahí que el gobierno haya dispuesto que la primera lo haga por escrito y visible, a fin de que el consumidor haga sus números.
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