MERCOSUR: La batalla de los Placares.
Un comerciante mueblero en la Patagonia me comentaba que las fábricas brasileñas un par de veces al año, lo invitan a recorrer sus fábricas y que le ha llamado la atención ciertos carteles de colores muy llamativos que informan a los visitantes que los equipos nuevos han sido adquiridos gracias a un préstamo del banco xxxx.
Comparado esto con la restricción crediticia que existe en la Argentina para quienes fabrican muebles y para tantos otros sectores, parece de ciencia ficción la abundancia de préstamos en Brasil para todo el que decide exportar.
Desde el 2001 cuando cambio la relación peso - dólar - real en forma violenta, Brasil se abastecía de las fábricas argentinas. Hoy el 50% de los placares que se comercializan en Argentina viene desde Brasil.
La lista de los fabricantes brasileños cabe en una hoja A4, pero su capacidad de producción es inmensa. Fábricas como Titalia Moveis, Gaudencio, Kappesberg, producen en promedio 2.000 placares diarios. En la Argentina, ese número se alcanza recién en un mes.
A las ventajas de escala se le suma la posibilidad de financiación ¿Cómo funcionan? Las empresas acceden a fondos con bajas tasas de interés y plazos medianos y largos en el tiempo. La restricción viene dada en que cuando no logran exportar lo comprometido, esa línea se les cae y se las reemplazan por otra línea mucho más costosa. Y esto es lo que impulsa a exportar como sea.
El precio del placard en Brasil es de 0,70 a 0,73 dólar por kilo. Pero ingresa a la Argentina a 40 centavos de dólar por kilo.
La competencia es brutal en medio de una caída del consumo local de este tipo de muebles, que pasó de una media anual de 445.000 placares a 235.000.
Los industriales argentinos dicen estar acorralados y aseguran que ya se han perdido más de mil puestos de trabajo y se seguirán perdiendo muchos más.
Hablarán de estos temas Cristina y Dilma cuando se encuentran?. Tendrá en cuenta Guillermo Moreno que los precios en Argentina son en el mercado interno iguales a los de importación y que la diferencia que paga el consumidor con un menor consumo contiene un margen de ganancia que queda en manos de alguno o algunos partícipes de la cadena de comercialización.
Un ejemplo para pensarlo.
Comparado esto con la restricción crediticia que existe en la Argentina para quienes fabrican muebles y para tantos otros sectores, parece de ciencia ficción la abundancia de préstamos en Brasil para todo el que decide exportar.
Desde el 2001 cuando cambio la relación peso - dólar - real en forma violenta, Brasil se abastecía de las fábricas argentinas. Hoy el 50% de los placares que se comercializan en Argentina viene desde Brasil.
La lista de los fabricantes brasileños cabe en una hoja A4, pero su capacidad de producción es inmensa. Fábricas como Titalia Moveis, Gaudencio, Kappesberg, producen en promedio 2.000 placares diarios. En la Argentina, ese número se alcanza recién en un mes.
A las ventajas de escala se le suma la posibilidad de financiación ¿Cómo funcionan? Las empresas acceden a fondos con bajas tasas de interés y plazos medianos y largos en el tiempo. La restricción viene dada en que cuando no logran exportar lo comprometido, esa línea se les cae y se las reemplazan por otra línea mucho más costosa. Y esto es lo que impulsa a exportar como sea.
El precio del placard en Brasil es de 0,70 a 0,73 dólar por kilo. Pero ingresa a la Argentina a 40 centavos de dólar por kilo.
La competencia es brutal en medio de una caída del consumo local de este tipo de muebles, que pasó de una media anual de 445.000 placares a 235.000.
Los industriales argentinos dicen estar acorralados y aseguran que ya se han perdido más de mil puestos de trabajo y se seguirán perdiendo muchos más.
Hablarán de estos temas Cristina y Dilma cuando se encuentran?. Tendrá en cuenta Guillermo Moreno que los precios en Argentina son en el mercado interno iguales a los de importación y que la diferencia que paga el consumidor con un menor consumo contiene un margen de ganancia que queda en manos de alguno o algunos partícipes de la cadena de comercialización.
Un ejemplo para pensarlo.
Comentarios