ARGENTINA NECESITARÁ IMPORTAR GAS POR 10 AÑOS
Argentina necesitará importar gas por 10 años
El gobierno de Mauricio Macri implantó un fuerte aumento en las tarifas de gas que muchos usuarios intentan frenar con medidas judiciales. Al mismo tiempo, ahora tuvo que apelar a los cortes a la industria para privilegiar los hogares debido al faltante heredado por las políticas kirchneristas. En los últimos 5 años de gobierno de Cristina Fernández, la producción de gas cayó un %12. Nunca se logró ni se apuntó al autoabastecimiento, y ahora el gobierno nacional tiene que apelar a la importación. Ya compró 49 cargamentos de gas natural licuado y traerá otros 90 durante este año.
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Julio De Vido, en sus épocas de ministro K
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El gobierno de Mauricio Macri tuvo que contener a los gobernadores patagónicos que alzaron la voz por el aumento del gas. Eso terminó con un acuerdo para instalar un tope. Luego, clubes de barrio, agrupaciones de usuarios y hasta intendentes del peronismo iniciaron acciones judiciales y lograron frenar el ‘tarifazo’. Pero el problema del suministro, la cuestión de fondo de todo el problema con el gas, no tiene solución a corto plazo y ante el faltante se apeló ahora a los cortes para las industrias con el objetivo de garantizar el gas en los hogares. Paralelamente, ya se compraron 49 cargamentos de gas natural licuado y se traerán otros 90 durante este año provenientes de Europa, el Caribe, Brasil y Estados Unidos, con el altísimo costo que esto representa para el Estado.
El kirchnerismo ataca el tarifazo y la importación, pero también tuvo que apelar a la última opción y a los cortes en industrias. Todo para ocultar el fracaso del prometido autoabastecimiento y la autosuficiencia que se perdió en 2010. Pero en su lugar, en los últimos 5 años la gestión de Julio De Vido (ahora Diputado nacional) en el ministerio de Planificación Federal, hubo una caída del 12% en la producción de gas.
Es un gran negocio para las grandes petroleras que están compitiendo por una porción del lucrativo mercado que representa Argentina, que tardará varios años hasta reimpulsar su producción de gas y petróleo.
El portal MDZ Online entrevistó al consultor en energía Roberto Brandt, quien opinó: "Las inversiones en exploración se han retomado, pero tardará en verse el resultado".
"El país seguirá siendo un importador neto de gas al menos durante los próximos 10 años", estimó.
Argentina intentó limitar las costosas importaciones de GNL a unos 25 cargamentos por año desde que inauguró su segunda planta regasificadora en el 2010, y terminó comprando más de lo planeado para frenar el creciente déficit.
Además de las compras de GNL, Cammesa -el ente regulador de la energía en Argentina- también ha adquirido 22 cargamentos medianos de diésel este año.
Brasil, que en abril despachó el mayor cargamento de diésel en su historia a Argentina, ha tenido menos combustible para enviar, mientras que la crisis económica en Venezuela ha terminado por minimizar la exportación de diésel, prosigue MDZ.
Las importaciones de GNL se agregan a las compras de gas de Bolivia, un proveedor tradicional para Argentina, así como de Chile. Aun siendo un importador, Chile comenzó a venderle su excedente de GNL a Argentina en diciembre y planea continuar así hasta fin de año, dijo una fuente de la estatal chilena Enap.
El presidente Macri está tratando de atraer capital extranjero a la industria petrolera para impulsar la producción, luego de una década de bajas inversiones y la nacionalización de YPF.
"Argentina es un importador neto de energía con déficits significativos", dijo Daniel Redondo, secretario de planeamiento energético. "No hay manera de revertir eso en este momento", agregó el funcionario.
La producción de Argentina cayó un 12% en los últimos cinco años, y llegó a 532.000 barriles por día de crudo y 117 millones de metros cúbicos por día de gas en el 2015, de acuerdo con datos del Instituto Argentino del Petróleo y el Gas (IAPG).
La balanza comercial energética del 2015 arrojó un déficit de 6.500 millones de dólares. Pero las mayores importaciones de este año podrían contrarrestarse en parte por precios globales más bajos, dijo el consultor Brandt.
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